Seguimos en lo de siempre

Sí. En lo de siempre. O sea, en el cuento político del cambio y la prosperidad, como oferta electoral. Pero, en realidad, al despertar luego del conteo en las urnas, la misma cloaca de la mentira, la corrupción y el despotismo. Quisiera de todo corazón que no fuera así. Sin embargo, los documentos y los sucesos nos gritan, y con voz muy alta, sobre el atropello diario a los derechos, a la justicia, a la dignidad humana.

Transcribiré unos párrafos de 3 comentarios periodísticos que escribí hace más o menos 15 a 20 años en la prensa nacional, y que al leerlos hoy, parecerían salidos de alguna pesadilla interminable, por lo que denuncian y reclaman. Desgraciadamente era la vigencia de la vida social de entonces, sinónimo de atraco político al país y robo directo al bolsillo de sus pobladores. Para el gobierno de turno, sin embargo, nada estaba mal y, desde fuera, los organismos internacionales nos sonreían con el discurso que a partir de ese instante, Ecuador entraría, por fin, en el camino del desarrollo…

1. “Hay quienes, desde luego, con muy poca imaginación creativa, reconocen en cada elección una verdadera fiesta cívica. Es la reafirmación del compromiso democrático, opinan, la expresión máxima de las libertades públicas. Para los ecuatorianos, sinembargo, que saben del hambre diario, no ha pasado de ser hasta ahora sino una trampa mortal, en donde cada cierto tiempo son desplumados ideológica y socialmente. Las ofertas de campaña no son cumplidas desde el gobierno, en un contexto político de burla y desprecio, contra un pueblo desmemoriado. Hacer política se ha convertido, a estas alturas del vivir republicano, en un lucrativo negocio. ¿Cómo hacer, ahora, para recuperar el dinero gastado? “Robar” dice el pueblo.

Caerle al tesoro público sin miramientos, levantar lo que se pueda, embolsicar lo que vaya saliendo. Contratos, licitaciones, tráfico de influencias, nombramientos de funcionarios, convenios, porcentajes por comisiones, distribución del presupuesto, aprobación de leyes y tantos más vericuetos para desarrollar la democracia.”.

2. “El país vive el cacos. Caos político, caos económico, caos social. No hay liderazgo gubernamental. Sólo autoritarismo, prepotencia, arbitrariedad. La pretensión, y está visible para todos, es imponer por el garrote y la represión un modelo económico, típicamente coyuntural, que no permitirá, por ningún lado, la reactivación productiva. En Ecuador, entre la desesperación y la impotencia, el hambre, la miseria y la delincuencia están carcomiendo, a pasos acelerados, la sociedad. Los sectores sociales, políticos y económicos han pedido al gobierno, hasta el cansancio, la rectificación y el reencaminamiento de la reconstrucción nacional. ¿Contestación? Ofrecimientos incumplidos, mentiras y engaños.”.

3. “¿Cuándo, realmente, habrá un gobierno que piense en el país, que beneficie a los ecuatorianos y que actúe buscando el desarrollo nacional? El pueblo ha venido sufriendo, en sus valores sociales, en su economía, en su salud. Cada vez más al margen de los derechos elementales de subsistencia. Hoy vive al borde de la desesperación. ¿No es que, en tales condiciones, un presidente elegido popularmente, pierde su derecho como representante de ese pueblo, al usar su voto para denigrarlo, boicotearlo, destruirlo social, cultural, moralmente al impedirle reconocerse en libertad y en justicia a cada uno de sus integrantes como ser humano, como persona?”.

15, 20 años después… Los jubilados son, literarlmente, descarnados en sus posibilidades últimas de vida, los narcos buscan trepar y algunos lo logran usando la frágil escalera de los llamados derechos humanos, de los servicios sociales pese al “buen vivir” que obliga la Constitución nadie se acuerda, ciertos ministros entregan a dedo contratos favoreciendo a los beneficiarios con adelantos de más del 60% del costo de la obra, que nunca la cumplen.

¿Y el actual presidente? Igual que ayer los anteriores mandatarios, con cinismo y desparpajo, sigue bailando en la tarima de la partidocracia, como que si nada pasara. ¿Es que no significa algo haber desperdiciado, en apenas dos años, más de 30.000 millones de dólares en dádivas y emergencias, ciertas o ficticias, pero cuyo efecto social positivo nadie sabe dónde está?.

Lo que, en verdad, está muy claro es que para cerrar la brecha del déficit fiscal de este año 2009 el gobierno ha tenido que recurrir a prestar más de 600 millones por lo pronto, a las mismas entidades prestamistas calificadas por la verborrea presidencial de explotadoras y usureras. ¿Y esta deuda, deuda externa, es o no legal? Al parecer sí, de acuerdo al socialismo del siglo XXI. Y, además, bienvenida sea porque es de marca. Marca Correa. Alias Viteri/Borja. ¡Troica de incapaces! Qué ufano, sin embargo, se mostraba este amigo Borja, parecía niño de teta, por el “tremendo” logro con el BID. Como si estuviera clasificado para el mundial en Sudáfrica y además amarrado para el triunfo. ¡Qué lástima!. Seguimos en lo de siempre!

Nota: Para los lectores de “Mi Trinchera” de Guayaquil: Están invitados el miércoles 29 de este mes (6.30, pm) a la presentación de otro de mis pequeños ensayos, “Proyección Social de la Obra de Alfaro”, en la Alianza Francesa de Guayaquil. Vengan, discutamos y aportemos salidas para el país.