Este domingo 26 los ecuatorianos resolveremos el futuro inmediato de nuestro país. No sabemos si lo podremos hacer limpiamente o si nuestra voluntad colectiva será manipulada por autoridades sujetas a la voluntad del autócrata que nos gobierna, para continuar con su programa de destrucción nacional.
Hemos tenido más de dos años de muestra de la calidad de gobernante que tenemos. A los pocos días de inaugurado ya se dieron escándalos de corrupción que han continuado en una retahíla que se ha agravado hasta llegar a la traición a la patria, como lo demuestran las denuncias del mayor Silva en el caso de Angostura, pero que han quedado en la impunidad gracias al poder total que el autócrata hábilmente ha logrado acaparar.
Los ecuatorianos tenemos el defecto de dejarnos engañar por falsos mesías, algo demostrado a través de nuestra historia, pero por alguna tara ambiental, porque no es genética, persistimos en repetir los mismos errores y aún agravarlos, como el caso presente.
Por buscar el cambio de la partidocracia corrupta caímos en manos de un mesías que pregonaba un gobierno de justicia social y manos limpias. No nos ha dado ni nos dará lo uno o lo otro y, es más, nos ha impuesto artificiosamente una Constitución tan llena de ambigüedades e incoherencias que pone en peligro la continuidad del país como unidad heterogénea, para llevarnos a un estado ultra-centralizado, compatible únicamente con un sistema autocrático. La Constitución del 2008, como tantas otras, ha sido un experimento legislativo, pero este ha sido especialmente malo, pues es el más sectario de todos los que hemos tenido. A más de ello, pocas veces en la historia ha habido tal concentración de poder y pocas veces ha sido tan abusado ese poder para imponer la dictadura de una mayoría coyuntural.
La Constitución del 2008 es tan sectaria que corre el riesgo ya experimentado por constituciones precedentes, de ser efímera por ser tan mala.
No me cabe duda que el Ecuador se equivocó al elegir a Rafael Correa como su presidente. Buscamos en él un redentor, como lo hemos buscado anteriormente, para encontrarnos con lo que debíamos esperar si lo valorábamos correctamente. Sufrimos un autoengaño, ayudados por los medios de comunicación que nos presentaron una imagen falsa. Caímos en una trampa que se ha repetido muchas veces porque los verdaderos valores humanos con que contamos en el país no se atreven a lanzarse a la palestra política debido a que es un ejercicio tan viciado, que pocas veces enaltece al individuo y generalmente lo degrada… ¡pero es el único medio democrático!
Nuestro futuro inmediato se juega el 26 de abril y es cuestionable si sabremos escoger a las personas idóneas para ejercer los varios cargos del Estado. ¡Ya nos hemos equivocado tantas veces!
El cargo de mayor impacto será el de Presidente, pues quien salga electo ocupará el cargo en un momento sumamente crítico en la historia nacional. Corremos el riesgo de continuar con un autócrata destructor, pero hay la oportunidad de darle el mando a alguien diferente… si nos lo permiten.
Las proximas elecciones tienen 7 candidatos quefavorecen la reeleccion de Correa pues debieron renunciar en favor de uno de ellos para que haya posibilidad de cambio,pero es el mismo electoradoi que se equivoco 5 veces con el Dr,Velasco Ibarra y ojala no lo repita con el alumno de Chavez——- QUE PENA POR MI ECUADOR