21 noviembre, 2024

Jesucristo es un personaje histórico

En aquel tiempo contaban los discípulos lo que les había acontecido en el camino y cómo reconocieron a Jesús en el partir el pan. Mientras hablaban, se presentó Jesús en medio de sus discípulos y les dijo: -Paz a vosotros. Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo: -¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo. Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: -¿Tenéis ahí algo que comer? Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. El lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: -Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí, tenía que cumplirse. Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió: -Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén.[1]

 

1.            Para los cristianos, el mensaje más concreto y que más nos afecta e importa de la Resurrección – dejando aparte lo que ella nos testifica sobre nuestro futuro eterno tras la muerte – es que la fe cristiana gira en torno a una Persona viva: Jesucristo. Lo dice la Biblia: Cuando (yo, Juan) lo vi, caí a sus pies como muerto. Él (Jesucristo) puso su mano derecha sobre mí diciendo: «No temas, soy yo, el Primero y el Último, el que vive; estuve muerto, pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos [2], en otro contexto: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que está  vivo?[3] Los cristianos aseveramos, pues, que Jesús está vivo.

2.            Pero en nuestra afirmación de Jesucristo, tenemos que distinguir dos planos: la ciencia y la fe. Lo que afirmamos por fe es su divinidad; no su existencia histórica; porque la existencia de Jesús es un dato científico, de simple cultura general, como la de Sócrates, Simón Bolívar o JF Kennedy. Jesús es uno de los personajes  de la historia;  no de la ciencia ficción, como Superman; ni de los cuentos, como la Caperucita Roja; ni de la mitología, como Mercurio; ni de la pura imaginación, como los fantasmas y duendes. Jesús de Nazaret es un personaje histórico y, tanto, que los historiadores, a pesar de que no todos ellos creen en Él como Dios, no les queda más remedio que dividir la Historia en dos partes: antes y después de Cristo.

3.            No sólo la Biblia, en el Nuevo Testamento habla de Jesucristo.

a.   Hay escritores judíos que se refieren a Jesús:

                                           i.         Justino, el filósofo judío muerto en el 165, cuando escribe su primera Apología dice que hacía 150 años que había nacido Jesucristo en una cueva cercana a la aldea de Belén y que él había conocido los arados hechos por el carpintero de Nazaret.

                                         ii.         Orígenes en el siglo III escribe: "Se muestra en Belén la cueva donde nació Jesús. El hecho es público en todo el país. Los paganos mismos saben que en esta gruta nació un cierto Jesús adorado de los nazarenos.

                                       iii.         Tertuliano, que nació en Cartago hacia el año 160, cuando estudió las leyes e instituciones romanas, dice que en los documentos oficiales de Roma podía verse la genealogía de Cristo y el nombre de sus padres en el censo realizado en tiempo de Augusto.

b.   Hay escritos romanos, generalmente breves, pues a los autores no les interesaba una Vida de Jesús, que, sin querer,  atestiguan la existencia de Cristo y de una religión fundada por Él.

                                           i.         Suetonio, pagano[4],  menciona a Cristo a propósito de un edicto del emperador Claudio expulsando a todos los judíos de Roma, por los desórdenes que había promovido el barrio judío a propósito de Cristo. "Claudio expulsó de Roma a los judíos convertidos en una causa permanente de desórdenes a impulsos de un tal Crestos” Acontecimiento que es recordado en los Hechos de los Apóstoles: En el año 52 Pablo encuentra en Corinto a Aquila y Priscila, recién llegados de Italia: "Por haber decretado Claudio que salieran de Roma todos los judíos"[5].

                                         ii.         Tácito habla también de los cristianos a propósito del incendio de Roma. Su texto es mucho más importante porque es más circunstanciado. Los menciona relacionándolos con Cristo afirmando que éste fue ejecutado en Judea bajo Tiberio, por orden del procurador Poncio Pilato.[6]

                                       iii.         Plinio el Joven, gobernador de Bitnia, en una carta al emp
erador Trajano le pregunta qué conducta ha de seguir respecto a los cristianos de su provincia. A este propósito, indica el resultado de la encuesta que ha hecho como consecuencia de numerosas denuncias: "Afirmaba tener costumbre de reunirse en días fijos, antes de salir el sol, para cantar a Cristo, considerado como Dios. Un cántico alternado, y comprometerse por juramento a no cometer crimen ninguno sino abstenerse del robo, asesinato, adulterio, infidelidad… Después de esto se separaban para volver a tomar un alimento común e inocente".[7]

c.   La existencia de la Iglesia actual prueba la existencia de Cristo, pues ésta no se explica sin Aquél. Cristo es la causa de la existencia de la Iglesia como sociedad y el recuerdo siempre presente en su culto. "La Iglesia cristiana es una de las realidades de nuestro tiempo que podrá agradar o no, pero no puede ignorar ningún observador inteligente del panorama contemporáneo. Por tanto, cuando tratamos de estudiar los acontecimientos de los que surgió el papel que desempeñó en ellos su fundador, no procedemos como los arqueólogos, que reconstruyen un organismo extinguido. Los acontecimientos forman parte del edificio viviente de una sociedad contemporánea, cuya dependencia de su fundador es un rasgo permanente de su continuada existencia". [8]

4.            El conocer a Jesucristo es esencial para los cristianos. Lo dijo Él: Esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo[9]. Evidente: ¿Por qué he de ser fiel a alguien de quien nada en concreto sé? ¿Cómo morirme de admiración, de amor y de ternura por y con quien no tengo ningún contacto, y todo lo que sé es de oídas; pero nada sé de modo personal? ¿Cómo confiar en un extraño? ¿A cuenta de qué renunciar a todo por amor a un Dios al que no amo, y al que no amo  porque no lo conozco? ¿Cómo difundir con convicción la fe en un Dios del que no sé explicar a  mi interlocutor por qué mi Dios es también un hombre? Justamente porque no lo conocen, abundan los cristianos que no se ‘mueren’ de admiración, de amor y de ternura por Jesucristo; que pertenecen al catolicismo pasiva, indiferente y fríamente. A ellos les diría otra vez el Bautista: En medio de vosotros hay uno al que no conocéis…

5.            Dejando claro que sólo hay un Jesucristo, antes y después de la Resurrección (igual que cuando se casa una persona, es la misma y única, antes y después del matrimonio), podemos distinguir dos épocas en Jesucristo: la anterior y la posterior a la muerte y resurrección. A nosotros no nos es dado tratar con el Cristo pre-pascual, como los Doce, que convivieron con El,  sino sólo con el post-pascual, con el resucitado y glorioso.

6.            Pero no nos debemos sentir en inferioridad de condiciones en relación con los Apóstoles, porque ellos no tuvieron la perspectiva y oportunidades que nosotros tenemos. No debemos sobrevalorar el contacto con el Jesús de la historia: No podemos ni es necesario experimentarlo físicamente:

a.   Muchos lo trataron, lo vieron, lo tocaron; pero no lo conocieron: El Bautista les decía los contemporáneos de Jesús: “En medio de vosotros está uno a quien no conocéis”. Como si dijera: le tratáis, le veis, le escucháis, lo tocáis… pero no lo conocéis. Lo mismo le pasaba a Herodes: Era un hombre lujurioso, frívolo: “Cuando Herodes vio a Jesús se alegró mucho, pues hacía largo tiempo que deseab
a conocerle, por las cosas que oía de  él, y esperaba presenciar alguna señal que él hiciera. Le preguntó con mucha palabrería, pero él no respondió nada”[10]
. Jesús no se rebaja a decirle ni palabra, como diciéndole: Entre tú y yo no puede haber nada. Tú me ves físicamente, pero estás incapacitado para conocerme.

b.   Hay discípulos de Jesús que no lo trataron físicamente y, sin embargo, lo conocieron a fondo:

                                           i.         San Pablo: Juzgo que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a Cristo” [11]. No vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí. [12]

                                         ii.         Los primeros cristianos, a quienes se dirige san Pedro: “Por lo cual rebosáis de alegría, aunque sea preciso que todavía por algún tiempo seáis afligidos con diversas pruebas, a fin de que la calidad probada de vuestra fe, más preciosa que el oro perecedero que es probado por el fuego para la revelación de Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto[13]; en quien creéis, aunque de momento no le veáis, rebosando de alegría inefable y gloriosa;  y alcanzáis la meta de vuestra fe, la salvación de las almas.[14]

7.            ¿Cómo podemos conocer a Jesucristo?

a.   Teniendo vivo interés en conocerle: Como el pequeño Zaqueo del Evangelio[15]: Tenía serios obstáculos morales y físicos para llegar a Jesús, pero mostró la intensidad de su interés venciendo esos obstáculos: ‘Capo’ de un grupo publicanos, de corruptos cobradores de impuestos, muy rico; pequeñito de estatura, y tanto que la gente le impedía ver a Jesús, y para conocerle tuvo que treparse, siendo un hombre grande, a un árbol, como un chiquillo; pero cuando conoció a Jesús, su vida comenzó de nuevo, planteando su cambio en lo que más le gustaba: el dinero: ¡Maestro: voy a repartir la mitad de mis bienes a los pobre; y, si de alguien me he aprovechado, le devolveré cuatro veces mas

b.   Siendo conscientes de que conocerle es una gracia, un don de Dios: Nadie puede conocer al Hijo si el Padre no se lo revela[16]. Revelación que Dios hace sólo a los humildes; una gracia que hemos de pedir con humildad como dio a entender el mismo Jesús a la arrogante Samaritana: Si conocieras el Don de Dios, y quien es el que te dice dame de beber[17]. Dios da esta gracia a sus amigos, aunque ellos no hagan nada para conseguirla, en tanto en cuanto sean de verdad, amigos: Si el Señor no construye la casa… es inútil que madruguéis… Dios lo da a sus amigos mientras duermen[18]. Claro, para ser sus amigos hay que obedecerle: Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando…[19]

c.   Dejándose llevar por el Espíritu de Cristo: No ceso de pedir en mis oraciones para que el Padre de la gloria, os conceda Espíritu de sabiduría y de revelación para conocerle perfectamente; iluminando los ojos de vuestro corazón. [20] El Espíritu os enseñará la Verdad completa[21], porque ese Espíritu es el mismo Espíritu de su Hijo enviado a nuestros corazones[22]. Si la unción del Espíritu está en nosotros no necesitamos que nadie nos enseñe.[23]

d.   Sabiendo que el Espíritu de Cristo es el de las virtudes cristianas: Lo que vale, cuesta: ¿Qué estoy dispuesto a dar por conocerle? ¿Qué está Ud. dispuesto a dar para hacerse con un carro increíble? ¿Diez dólares?  ¡Con eso no tiene ni para comenzar! Si usted quiere conocer a Jesucristo tendrá que dejar a un lado la TV sucia, las drogas y los alcoholes que le destruyen como persona; las traiciones conyugales… Porque, imposible servir a dos señores…. No basta, por tanto con poseer fe, a la fe hemos de añadir otras actitudes: Poned el mayor empeño en añadir a vuestra fe la virtud, a la virtud el conocimiento,  al conocimiento la templanza, a la templanza la tenacidad, a la tenacidad la piedad,  a la piedad el amor fraterno, al amor fraterno la caridad. Pues si tenéis estas cosas y las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos ni estériles para el conocimiento  perfecto de nuestro Señor Jesucristo [24] .

e.   Esforzándose hacer lo que Él manda: El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre;  y yo le amaré y me manifestaré a él. Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él.[25] Ya no soy yo el que tengo que intentar conocerle, sino que él mismo se me manifestará. Más aún: Él morará en mí: es imposible no llegar a conocer a fondo a quien viene a morar de por vida a nuestra casa. La segunda lectura de hoy: En esto sabemos que lo conocemos: en que guardamos sus mandamientos. Quien dice: «Yo lo conozco» y no guarda sus m
andamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él. Pero quien guarda su Palabra, ciertamente en él el amor de Dios ha llegado a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él. Quien dice que permanece en él, debe vivir como Él vivió
.[26]

                                           i.         El camino de las virtudes: El fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí; contra tales cosas no hay ley. Pues los que son de Cristo Jesús, han crucificado la carne con sus pasiones y sus apetencias. Si vivimos según el Espíritu, obremos también según el Espíritu… Las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría,  odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones,  envidias, embriagueces.[27] Para conocerle hay que tener “limpio el corazón”. [28]

                                         ii.         Hay que querer, como Zaqueo[29]: con verdadero interés; Poniendo los medios, incluso extraordinarios; superando obstáculos externos e internos; con disponibilidad total. Si cumplimos sus mandamientos él mismo se nos manifestará.

f.   La oración: Si un cristiano no opta por hacer oración a diario, jamás llegará a conocerle. San Juan de la Cruz decía al respecto: Una palabra habló el Padre, que fue su Hijo, y ésta habla siempre en eterno silencio, y en silencio ha de ser oída del alma. No basta la curiosidad o leerse toda la Biblia. El trato con Jesús: Si supieras la diferencia que hay entre los sabios de biblioteca y los sabios de Sagrario…

g.   La Eucaristía: Lo reconocieron en la fracción del pan[30]: El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.[31] Así como yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí.

h.   Hay que pedírselo a la Virgen: “Muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre” (Salve). Y a través de su Madre: “Y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre… Y fueron a toda prisa, y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre”. [32]


< sup>[1] Lucas 24:35-48

[2] Ap 1: 17-18

[3] Lc 24:5

[4] El mismo historiador hace de pasada una mención de los cristianos a propósito de los suplicios a que se les sometía bajo Nerón. "Se infligió a los cristianos, gente dada a la superstición nueva y maléfica".

[5] Hch 18,2

[6]Este nombre les viene de Cristo a quien, bajo el principado de Tiberio, Poncio Pilato entregó al suplicio; ésta detestable superstición, reprimida por el momento, se manifestó de nuevo, no sólo en Judea, donde había nacido el mal, sino también en Roma, a donde afluye y encuentra numerosa clientela todo lo que hay de horrible y vergonzoso en el mundo".

[7] A estas fuentes literarias se podría añadir el descubrimiento epigráfico hecho recientemente en el litoral palestinense, en Cesárea, y lleva el nombre de "Pontius Pilatus". Es la primera vez que se halla mencionado su nombre fuera de las fuentes literarias que están relacionadas casi todas con Cristo.

[8] C.H.Dodd

[9] Jn 17:3

[10] Lc 23:8-9

[11] Fil 3:8

[12] Ga 2:20

[13] No dice “sin haberle conocido”

[14] 1 Pe 1:6-9

[15] Lc 19

[16] Mt 16:17

[17] Jn 4:10

[18] Salmo 126

[19] Jn 15:14

[20] Ef 1:16-18

[21]< /span> Jn 14:16; 16:13

[22] Ga 4:6; 1 Co 2:10

[23] 1 Jn 2:27

[24] 2 Pe 1:5-8

[25] Jn 14: 21-22

[26] 1 Jn 2: 1-5

[27] Ga 5: 18-25

[28] Mt 5:8

[29] Lc 19,1 ss

[30] Lc 24:13-35

[31] Jn 6:57

[32] Lc 2:12.16

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No hay comentarios

  1. Muy positivo su esfuerzo, P. Paulino. Aunque no reciba muchos comentarios, le aseguro que somos muchos los que asimilamos sus enseñanzas. Estoy leyendo actualmente un libro muy interesante: Fundada sobre Roca, para conocer los orígenes y la evolución de la iglesia a través de los siglos. No solamente nos ayuda a afianzar nuestra fe, es también muy amena e instructiva.

    Gracias. Saludos.

    Irene Hurtado.

  2. Gracias Padre,

    Como siempre muy ilustrativa su explicación.

    Pienso que con este conocimiento y frente a lo que estamos viviendo, nos toca solamente aplicarlo con mas fuerza, pero como el mismo Evangelio nos indica, siendo atentos como serpientes y masnsos como palomas, … para que nuestras obras hablen mas que nuestras palabras, y con ello, dejemos sin comentario a quien esté en nuestra contra (sobre los principios católicos, sus fieles o autoridades).

    Y si aún así no detienen su ataque, EL, sabrá ver nuestro accionar y defendernos de las saetas como dice Isaías, pues nos tiene escritos en la palma de su mano (Isaías)y nos ha cuidado incluso antes de nacer como dice Jeremías. Pues El está vivo en todos y para todos, como mostraba Madre Teresa de Calcuta.

    Que el Señor le cuide y su mensaje pueda llegar a mucha mas gente…

    Saludos desde Ibarra
    Alberto Rosales
    ralberto68@hotmail.com

  3. gracias padre por ser un verdadero servidor para todos sus fieles, excelente analisis, lleno del Espiritu Santo y del amor de Maria nuestra Mama. bendiciones.

  4. LLEVAN VDS. VIVIENDO DE UN CUENTO CHINO 2000 AÑOS.NUMEROSAS COSAS ALREDEDOR DE JESÚS NO SON MÁS Q MITOS MUY ANTERIORES EN EL TIEMPO:EL NACIMIENTO DE VIRGEN,CONVERTIR EL AGUA EN VINO,EL NACIMIENTO EN BELÉN Y SER EL MESÍAS SALVADOR(TRADICIÓN JUDÍA), LA RESURRECCIÓN… YA ESTABA TODO «INVENTADO».INCOHERENCIAS, CONTRADICCIONES… NO HAY UNA SOLA RAZÓN COHERENTE PARA ACEPTAR SÓLO 4 EVANGELIOS Y NO LOS DEMÁS (LA ÚNICA RAZÓN ES Q ESTOS 4 CONVENÍAN A LA IGLESIA, LOS OTROS NO). ME PODRÍA EXTENDER MUCHO MÁS, PERO ES Q LLEGO TARDE A MISA

  5. primer vez que visito esta pagina y genial el articulo.

    siempre adelante en el seguimiento de cristo. animo felices aquellos que viven de la sola voluntad de Dios

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