La palabra vocación se deriva del latín “vocare”, que quiere decir “llamar”, o sea que la vocación es un llamado interno que eventualmente motiva al hombre a dedicar su vida a tal o cual actividad.
Todos tenemos una vocación que nos atrae hacia determinado campo de la actividad humana en la que queremos desenvolvernos ya sea como, médicos, ingenieros, abogados, agricultores, carpinteros, sacerdotes, etc.
En este artículo me voy a referir a la “vocación” de las personas que escogieron servir a Dios desde el sacerdocio, y que tomaron los votos requeridos para su ordenamiento. Estos “Votos” son promesas que se hacen a Dios, y son regulados por la ley canónica de la Iglesia. Los votos sacerdotales generalmente incluyen pobreza, castidad y obediencia.
Estos votos son promesas gobernadas por la ley canónica y por los documentos legislativos de la comunidad en que se hacen. Romper un voto equivale a romper una promesa hecha a Dios y es lo peor que mentir, y por tanto constituyen un pecado adicional contra el octavo Mandamiento que convierte al sacerdote en perjuro, porque el Señor claramente dijo:
No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos (Mt 5, 33).
En estas últimas semanas la prensa ha comentado vergonzosos acontecimientos, protagonizados por sacerdotes – de aquí y de allá – que aparentemente olvidaron sus votos, porque con su censurable comportamiento, han lesionado la imagen de la iglesia y han traicionado la confianza de sus feligreses.
Estas graves faltas sacerdotales, hacen muchísimo daño a la Iglesia Católica como institución, porque el quemeimportismo, la arrogancia y el desdén con que las cometen unos pocos, desacreditan a los sacerdotes en general, e inhiben a los feligreses de buscar la absolución de sus pecados por medio del sacramento de la confesión.
Es imprescindible entonces destacar, que todos los sacerdotes deben ser personas integras y cabales que con su buen ejemplo inspiren el comportamiento de la comunidad.
Es muy difícil para el mundo actual entender la vocación sacerdotal, el gozo
que siente un alma al consagrarse al servicio completo de su Señor.
Por eso el mundo no acaba de entender cómo un alma sacerdotal, libremente, sin presión
de ningún tipo, hace 3 votos o juramentos: pobreza, castidad y obediencia.
OBEDIENCIA
Desde ese juramento la obediencia a los superiores ya no es una opción, sino
una obligación ante Dios. Y la obediencia no está condicionada a la sabiduría
del superior; obedeciendo al superior los sacerdotes dan gloria a Dios,
independientemente si el superior da una orden equivocada o no.
Obedeciendo dan gloria a Dios por dos motivos:
1) Respetan el voto de obediencia que hicieron ante Él.
2) Se someten a la autoridad de la Iglesia creada por Jesucristo («Tú eres
Pedro y sobre esta piedra fundo MI Iglesia» Mateo 16, 18) a costa de su tormentosa
muerte en la Cruz («Cristo amó a la Iglesia, y se entregó hasta morir por ella» Efesios 5, 25).
Los superiores se pueden equivocar a veces… ¿acaso no son humanos?
Los padres podemos a veces equivocarnos al dar una orden a nuestros hijos.
¿Deben por eso ellos cuestionar nuestras órdenes u obedecer siempre, honrando
el 4to. mandamiento de la Ley de Dios?
Cuando un sacerdote considera equivocada la decisión de un superior,
puede tomar una de dos posturas:
1. La muy lamentable postura de rebelarse ante la orden del superior e inclusive criticarlo
ante otros, haciendo el consiguiente irreparable daño a la Iglesia de Jesucristo.
2. La muy humilde y obediente postura de aceptar (errada o no) la decisión del superior
e inclusive empezar a orar con más amor por ese superior, pidiendo la luz del Espíritu Santo para él.
En el primer caso los enemigos de la Iglesia aprovecharán las críticas que,
por nacer dentro de su propio seno, parecen más auténticas.
En el segundo caso, tenemos el ejemplo gigante de San Pío de Pietrelcina, el estigmatizado de San
Giovanni Rotondo, quien fue perseguido por la jerarquía de su tiempo (siglo 20), impedido de
confesar y dar misa públicamente durante 10 años.
¿Fue un error la decisión sobre el Padre Pío? Humanamente hablando sí, divinamente no.
Porque Dios permitió ese error para sacar frutos extraordinarios de esa injusticia hecha al Padre Pío.
¿Qué frutos? Pues, siendo él una víctima expiatoria por los pecados de la humanidad, a tal punto
que tenía abiertos los estigmas de Cristo en su cuerpo, este sufrimiento sirvió para la mayor gloria
personal del Padre Pío, y para que su ofrecimiento por la salvación del mundo sea aún mayor.
POBREZA
Un sacerdote también hace voto de no ser dueño de NADA; renuncia a TODA riqueza, para
ser enteramente de Dios y depender de la Providencia Divina.
Lamentablemente algunos sacerdotes entienden esta pobreza sólo como renuncia a los bienes
materiales, cuando en realidad indica también pobreza de afectos, de cargos, de apego
a parroquias o lugares.
¡Un sacerdote debe vivir desprendido del afecto de sus fieles
para poder seguir a su Amado doquiera que Éste lo llame;
sea éste el sitio más humilde y oscuro del rincón más perdido del mundo!
Un párroco debe trabajar para la gloria de Dios, no para la gloria propia;
un párroco debe trabajar para que sus parroquianos amen más a Dios y
lo amen menos a él…
De no ser así, entonces la fe puede convertirse en culto al hombre,
en lugar del correcto culto a Dios nuestro Señor.
Si un sacerdote se siente «dueño» del afecto de los fieles de su parroquia
se rebelará ante su superior cuando éste ordene su traslado a otro lugar…
…olvidando que, tras las órdenes aparentemente erradas de los superiores,
se esconde siempre la Voluntad de Dios.
¿Quién puede juzgar los designios de Dios, disfrazados de designios humanos?
¿Quién puede juzgar si el nuevo sacerdote asignado es exactamente
lo que necesitan las almas de esa parroquia para continuar creciendo?
¿Quién puede juzgar si un cambio de parroquia era un golpe necesarísimo al alma de ese sacerdote
que se estaba concentrando demasiado en los afectos humanos?
Aquí les copio un extracto de lo que fue la injusticia que se le hizo al Padre Pío
de Pietrelcina, y cómo él, santamente, en perfecta obediencia y pobreza, obedeció,
dando gloria a Dios y a la Iglesia por ÉL fundada… y con gran ganancia
para su propia santidad.
LAS PRUEBAS DE SAN PÍO DE PIETRELCINA
(Preámbulo: Había denuncias en el Vaticano sobre la exagerada devoción popular al Padre Pío
y sobre la supuesta falsedad de sus estigmas, las llagas de Cristo impresas en su cuerpo).
PRIMERA PRUEBA
Después de minuciosas investigaciones, la Santa Sede quiso intervenir directamente. En aquel entonces era una gran celebridad
en materia de psicología experimental, el Padre Agustín Gimelli, franciscano, doctor en medicina, fundador de la Universidad Católica
de Milán y gran amigo del Papa Pío XI.
El Padre Gimelli fue a visitar al Padre Pío, pero como no llevaba permiso escrito para examinar sus llagas, este rehúso a mostrárselas.
El Padre Gimelli se fue de San Giovanni con la idea de que los estigmas eran falsos, de naturaleza neurótica y publicó su pensamiento
en un artículo publicado en una revista muy popular. El Santo Oficio se valió de la opinión de este gran psicólogo e hizo público un
decreto el cual declaraba la poca constancia en la sobrenaturalidad de los hechos.
En los años siguientes hubo otros tres decretos y el último fue condenatorio, prohibiendo las visitas al Padre Pío o mantener alguna
relación con él, incluso por carta.
Como consecuencia, el Padre Pío pasó 10 años -de 1923 a 1933- aislado completamente del mundo exterior, entre las paredes
de su celda.
Durante estos años no solo sufría los dolores de la Pasión del Señor en su cuerpo, también sentía en su alma el dolor del aislamiento
y el peso de la sospecha. Su humildad, obediencia y caridad no disminuyeron nunca.
SEGUNDA PRUEBA
La envidia humana se echó encima de la obra del Padre Pío. Desde 1959, periódicos y semanarios empezaron a publicar
artículos y reportajes mezquinos y calumniosos contra la «Casa Alivio del Sufrimiento» (Nota: fundada por el Padre Pío).
Para quitar al Padre los donativos que le llegaban de todas partes del mundo para el sostenimiento de la Casa, sus enemigos
planearon una serie de documentaciones falsas y hasta llegaron, sacrílegamente, a colocar micrófonos en su confesionario
para sorprenderlo en error.
Algunas oficinas de la Curia Romana condujeron investigaciones, le quitaron la administración de la Casa Alivio del Sufrimiento
y sus Grupos de Oración fueron dejados en el abandono. A los fieles se les recomendó no asistir a sus Misas ni confesarse
con él.
El Padre Pío sufrió mucho a causa de esta última persecución que duró hasta su muerte, pero su fidelidad y amor intenso
hacia la Santa Madre Iglesia fue firme y constante. En medio del dolor que este sufrimiento le causaba, solía decir:
«Dulce es la mano de la Iglesia también cuando golpea, porque es la mano de una madre».
TOMADO DE: http://www.corazones.org/santos/pio_padre.htm#Biografia%20completa
HERMANOS: EN LA IGLESIA, ELEVEMOS NUESTROS OJOS A JESÚS,
¡NO NOS QUEDEMOS MIRANDO A LOS HOMBRES QUE LO REPRESENTAN!
Muy estimado Eduardo: tiene ustede toda la razón. Hay algo que se llama el ‘sensus fidei’, el ‘sentido de la fe’; una especie de olfato espiritual que poseen todos los hijos de Dios, una capacidad sobrenatural de analizar las cosas, según el Espíritu Santo. Ud. ha hablado movido por este sentido sobrenatural y ha dicho algo sumamente acertado. No quiero abundar más en el tema porque tendría mucho que escribir; cosa que pienso hacer, Dios mediante, en estos dias. Un abrazo. ptv
Son muy lamentables los hechos por todos conocidos en cuanto a la pèrdida del compromiso a sus votos de castidad, obediemcia y pobreza, de unos cuantos sacerdotes. Es muy fàcil juzgar a otros desde afuera de las circunstancias, pero debemos recordar que el medio ambiente no escapa de influir a ningùn ser humano y los sacerdotes lo son. Es una pena grande que estos casos se den, pues hacen un daño terrible a la iglesia y su credibilidad, pero tambien es bueno recordar que hay millares de otros hombres que han entregado su vida asumièndo dichos votos con seriedad y amor a Dios, sinembargo de esos no se habla. Si se presenta un caso, se escandaliza de tal manera, que se conoce en todo el mundo. No justifico el error pero no juzgo, sòlo rezo y pido a Dios por que les dè la fortaleza y entereza para sacar adelante su vocaciòn y que les dè la oportunidad de continuar en su sacrificada tarea con integridad,coherencia y santidad. Invito a todos a orar por nuestros sacerdotes .
QUE ASCO DA TODO ESTO!!! ES INCONCEBIBLE ANTE LOS OJOS DE DIOS COMO PUEDEN USAR SU NOMBRE PARA HABER ROBADO EL VERDADERO CONOCIMIENTO AL HOMBRE DE COMO LLEGAR REALMENTE A DIOS Y ESTAR EN COMUNION CON EL. DIOS ESTA EN NUESTRO INTERIOR EN CADA UNO DE NOSOTROS Y NO EN DOGMAS QUE HAN ,Y SIGUEN BENEFICIANDO A UN GRUPO DE PERSONAS QUE MAL USAN EL NOMBRE DE DIOS PARA MANTENERSE EN EL PODER Y DEJAR EN LA IGNORANCIA AL MUNDO. DIOS NO QUIERE ESO, Y ESO A DE TERMINAR PRONTO CON LA REAL SANTA ILUMINACION A TODA LA HUMANIDAD.
DIOS ES UNO SOLO!
le recomiendo que abandone esa secta, le está produciendo confusiones importantes… el único Dios verdadero que existe, se ha manifestado a los hombres y fundó una Iglesia en la tierra para que nos podamos acercar a el a través de los Sacramentos.
No hay otro modo mejor y mas directo de llegar a Dios que la Eucaristía
ME GUSTARIA SABER SI HAY OTRO VOTO QUE LOS SACERDOTES DEBEN HACER FUERA DE : OBEDIENCIA , POBREZA Y CASTIDAD.
GRACIAS
Yo considero desde mi muy personal punto de vista que la fe es incuestionable y personalisima, asi que yo voy a orar a la iglesia y a respetar a los feligreses y al sacerdote, si el actua de otra forma no me corresponde a mi juzgarlo, pienso que la generalidad solo asomaria mi propia ignorancia, de todo hay en la viña del señor y quien soy yo para criticar o juzgar, al contrario personalmente solo he recibido desde mi bautismo muestras de apoyo fe y devocion , por que asi lo he buscado y trabajado por parte de los pastores de la iglesia, invito a todos a pedir por la vocaciones y por nuestros ministros.
que bueno ser sacerdote
¿QUE CONSECUENCIAS HAY AL ROMPER UN VOTO?
Un sacerdote es el amigo de los fieles enviado por Dios, como ser humano puede ser pecador al igual que todos los seres humanos; pero su orden sacerdotal es intacta, pura y digna de Dios, y como muy bien se dice cuando un sacerdote levanta sus manos ante su orden sacerdotal, sus manos son sagradas. Dios bendiga por siempre a todo los sacerdotes y perdone las críticas y la ignorancia de los hermanos separados, porque quien mas critica la Iglesia es quien menos sabe de ella. Una vez mas, Dios bendiga a todos los sacerdotes
todos desearíamos que no existiera ni un solo sacerdote que no sea intachable, como plantea la nota, pero sucede que eso es tan imposible como pretender que ningún ser humano sea intachable… un sacerdote que no respeta su voto de castidad, falla tanto como un hombre o una mujer que cometen adulterio o que se divorcian, ya que ellos también han jurado ante Dios…
Los sacerdotes son imprescindibles, porque son los que administran los Sacramentos que nos permiten acercarnos íntimamente a Dios. Las fallas de una minoría de ellos, aunque terminen salpicando injustamente al resto, no tienen que hacernos perder de vista esto.