1. El Papa Benedicto XVI pidió en el motu proprio Summorum Pontificum, 07.07.07,[1] a toda la Jerarquía, por ende, también a nosotros, los párrocos, que diéramos a nuestros feligreses la posibilidad de oír la Misa Tridentina (MT), o, como la gente dice, la Misa en latín[2]. Siguiendo el llamado papal, accediendo la solicitud de muchos fieles y secundando el buen ejemplo que nos han dado otros párrocos de distintos lugares del mundo, por ejemplo, de Santa Teresita del Niño Jesús, de Entre Ríos, la celebraremos por primera vez en nuestro templo de Urdesa, el domingo, 19 de abril, a las 8 de la mañana. La MT fue codificada en 1570 por San Pío V poco después del Concilio de Trento (1545-1563). San Pío V no creó una nueva Misa, sino que unificó toda la liturgia existente: de tal forma que la liturgia permaneciera sin mutación por los siglos.
2. ¿Y por qué en Urdesa? En meses pasados recibimos esta carta, acompañada de 137 firmas: “Estimado Padre: Como es conocido de todos, el Papa Benedicto XVI, el 7 de julio de 2007, en el motu proprio Summorum Pontificum, permite la celebración de la Santa Misa, según el rito anterior a la reforma de 1979, es decir, la misa que llamamos ‘Tridentina’. Más en concreto, en el art.5. §1 de motu proprio dice que “en las parroquias, donde haya un grupo estable de fieles adherentes a la precedente tradición litúrgica, el párroco acogerá de buen grado su petición de celebrar la Santa Misa según el rito del Misal Romano editado en 1962”. Los abajo firmantes acudimos a Ud. para que se dé a todos los fieles que deseen la posibilidad de participar en la misa en latín, con la periodicidad que Ud. considere oportuno. Así los files católicos tendremos oportunidad de elegir de entre las misas de nuestra parroquia la que deseemos oír. Afectuosamente en Cristo”.
3. ¿Qué pretende el Papa con la restauración práctica[3] de la Misa Tridentina? En mi criterio, el Papa pretende llevar a cabo tres actos de justicia.[4]
a. Justicia con la Misa Tridentina. El Papa, en su documento, aclara que la MT no fue jamás suprimida por ninguna autoridad eclesiástica, ni por el mismo Concilio Vaticano II (1962-1965); todo lo contrario: estuvo siempre vigente. Por esto, en lugar de tener que exponer argumentos que expliquen por qué se va a celebrar la MT, habría que encontrar razones para explicar por qué no se la ha celebrado hasta ahora; explicaciones sobre por qué se la ha tenido arrinconada, cuando jamás fue suprimida por ningún acto jurídico canónico. La Misa Tridentina formó, forma y formará parte del Tesoro de la Iglesia de todos los tiempos y, por tanto, también del Tesoro de la Iglesia de nuestros días. Ha estado allí siempre, y está allí, al alcance de la mano, y, a la pobre, no se la ha tomado en cuenta, con lo maravillosa que es por su espiritualidad, por su sacralidad, por su constante apelación a la conversión personal. La primera vez que tuve la oportunidad de ver una grabación en Dvd de una MT celebrada ‘como Dios manda’, le dije al Sacerdote que estaba a mi lado: “Esta Misa exige vida espiritual”. La Misa Tridentina tiene tantos títulos y derechos como la Misa que nos dejó el Concilio Vaticano II. La primera razón es, pues, de simple justicia; y, repito: lo que habría que explicar a los fieles católicos no es por qué se la va a celebrar, sino por qué no se la ha celebrado. Quizá la razón sea tan triste como es la camuflada invasión dentro del catolicismo de las hordas bárbaras del modernismo, carentes de fe, que proviniendo de los bandos enemigos al cristianismo como son la masonería y el protestantismo liberal, se mueven a sus anchas en los sagrados espacios del Reino de Dios en la Tierra; lamentablemente, muy adentro y muy arriba de la Iglesia…
b. Justicia con los católicos de hoy. El Papa ha impulsado la reconquista de la MT, para que los católicos actuales no perdamos el vínculo de comunión con el Tesoro de la “tradición” que se originó en lo que Jesús hizo y mandó hacer a los Apóstoles en la Última Cena[5]; con que los Apóstoles acogieron, practicaron y trasmitieron[6]; con lo que San Pablo, recibió y entregó a las Comunidades que él fundaba[7]; con lo que a diario la vivían los Primeros Cristianos; con lo que respetaron y profundizaron los Padres Apostólicos[8] y los Santos Padres[9]< /span>; para que no perdamos el vínculo de comunión con la Misa de la que nutrieron su vida espiritual y en la que se formaron la mayor parte de los Santos y Santas de la Cristiandad. El Papa, haciendo lo que ha hecho, ha llevado a cabo un acto de estricta justicia, y quiere que los católicos de hoy no perdamos el vínculo de comunión con lo que experimentaron y fue la fuente de santificación de los santos de todos los tiempos: Tomás de Aquino, Francisco de Asís, Teresa de Jesús, Teresita del Niño Jesús, el Padre Pío… ¿Por qué se va a cometer la injusticia de privarle al católico de hoy del Tesoro más Grande de la Iglesia de todos los tiempos?
c. Justicia con la Misa Vaticana. En tercer lugar, Benedicto XVI, al tomar esta decisión respecto a la MT, ha pensado, aunque parezca raro, en la misma Misa Vaticana (MV), en la que oyen los católicos de hoy en su inmensa mayoría. Aclaremos las cosas.
i. Algunos piensan que el Papa ha permitido la MT como una concesión a los tradicionalistas disidentes cismáticos ‘lefevrianos’ y a los de la ‘iglesia patriótica china’, que no aceptan el Vaticano II, que no aceptaron la Misa de este Concilio y que rompieron con el Papa. Nadie puede negar que el Papa ha querido tender un importante puente hacia esas comunidades; pero ésta no es la razón determinante de la instauración de la MT.
ii. El Papa dice expresamente en su motu proprio, que el deseo de recuperar la MT existe en muchos católicos fieles a Roma, que oyen la Misa Vaticana, que aceptan el carácter vinculante del Vaticano II; pero que sufren al ver cómo se ha pisoteado en los últimos tiempos la Santa Misa y desean reencontrar el respeto a la sagrada Liturgia.
iii. Efectivamente. Después del Vaticano II, dice el Papa Benedicto, en muchos lugares no se ha celebrado la MV de modo correcto, sino que llegó a pensarse que estaba autorizada, e incluso obligada, la ‘creatividad litúrgica’, cosa que llevó con demasiada frecuencia a deformaciones de la Liturgia a límites insoportables. Con pena, cuenta que él mismo ha sido testigo de lamentables situaciones, en las que la Santa Misa (la Vaticana) ha sido profundamente herida por las deformaciones arbitrarias de la Liturgia, sobre todo por lo que él llama el “creacionismo litúrgico” y el afán de ‘protagonismo individualista’ de los sacerdotes celebrantes.
iv. El Papa dice que tiene que desaparecer ese obrar individualista o desconsiderado y despertar la comprensión íntima hacia lo sagrado. El Vaticano introdujo unas reformas en la Misa, y el Papa afirma que es necesaria una “reforma de la reforma”. En mi opinión, dice él, esto debería ser ante todo y sobre todo un proceso educativo que ponga término al pisoteo de la liturgia con auto-inventos. También es importante que concluya de una vez para siempre la proscripción de la Misa Tridentina. Quien hoy aboga por la perduración de la Misa Tridentina es tratado como un apestado (son palabras textuales del Vicario de Cristo en la Tierra).
v. El Papa describe uno de los mas trágicos procesos vividos en muchas comunidades católicas, en las que la liturgia ha sufrido muy graves alteraciones y se ha convertido en un espacio para la figuración personal del sacerdote, con abusos de todo tipo y faltas – algunas veces muy graves – a la santidad de los sacramentos.
vi. Y el Papa tiene razón. Sobre todo, se trata de la presencia en la Iglesia de no pocos sacerdotes que no saben ni han estudiado Liturgia, ni Historia de la Iglesia, ni Dogma, ni Pastoral y, sintiéndose dueños de la Santa Misa, y una pizca de sentido de obediencia a la Iglesia, atropellando los más elementales derechos de los fieles, se atreven a quitar o poner cosas de los Sagrados Ritos muy a gusto suyo, pero nada en sintonía con la Iglesia…
vii. Cuántas veces los católicos salen escandalizados de misas en las que el celebrante de turno se siente dueño y señor de la liturgia y perpetra una serie de atropellos a la fe de los sencillos, permitiéndose todo tipo de extravagancias, groserías y de ridiculeces sin cuento. Caricaturas de Misas, que están tan lejos de Dios como de los hombres. Atropellos a la Presencia Real de Jesucristo en las especies consagradas. Misas celebradas por curas sentados en la playa con chicas en ropa de playa; Misas celebradas con galletas y coca cola; Misas en las que el celebrante sale vestido de payaso o de rockeros de rock pesado para ‘ganarse’ a la juventud; misas bailables en clubs sociales; Misas en las que todos comulgan y nadie se confiesa; Misas en las que se lee el Capital de Carlos Marx; Misas ‘inculturadas’ con bailarinas en ropas menores; Misas en las que, después de la celebración se echa a la basura las Hostias Consagradas restantes, o por el desagüe del lavadero de la sacristía, la Sangre del Señor (lo he visto en EE UU), etc. etc.
viii. En este lamentable contexto, ciertamente, la participación en la Misa Tridentina puede beneficiar incluso a los que oyen la Misa según el rito del Vaticano II. Al acentuarse en la MT el carácter sacrificial y sagrado de la Misa, y el respeto por las normas litúrgicas, va a ayudar también a esos fieles a participar más dignamente en el Santo Sacrificio. Aunque un fiel opte por la Misa Vaticana, si de vez en cuando oye la Tridentina, le garantizo que oirá su Misa Vaticana con más respeto, con más devoción, con más fe, con más amor…
d. La apertura a la liturgia de Trento, a la actitud ante la liturgia en la MT, lejos de producir una ruptura en la Iglesia, según el Papa Benedicto XVI, ha de generar una profunda reconciliación interna en el seno de la Iglesia. La reconciliación se dará cuando toda la Iglesia vuelva al valor de lo sacro (porque tan sagrada es la MT como la MV), al aprecio de las normas litúrgicas, la reconquista del respeto a la Santa Misa. El Papa, invita a todos los hijos de la Iglesia a trabajar por «permanecer en esta unidad o reencontrarla», y quiere que la liturgia de la Iglesia manifieste a los hombres y mujeres de nuestro tiempo el amor, adoración y reconocimiento que todos debemos al Creador y a su Hijo Jesucristo.
e. Es lamentable que la inmensa mayoría de los Obispos no se hayan hecho eco del motu proprio del Papa Benedicto XVI; que lo hayan recibido con frialdad; cuando no con críticas, reproches y protestas. Es un signo de cómo están las cosas dentro del Cuerpo de la Santa Madre Iglesia…
4. Puntualizaciones:
a. El Papa aclara que no es apropiado hablar de ‘dos misas’, sino un ‘doble uso del mismo y único rito’. Es decir, que siendo una la Misa de la Iglesia Católica, se la puede celebrar de dos modos; tan Misa es la MT, como la MV.
b. Aclarará también, que no hay ninguna contradicción entre uno y otro modo de celebrar la Misa. Lo que para las generaciones anteriores era sagrado, también para nosotros permanece sagrado y grande, y no puede ser totalmente prohibido por ser perjudicial. Nos hace bien a todos conservar las riquezas que han crecido en la fe y en la oración de la Iglesia y de darles el justo puesto.
c. El Misal Romano[10] de la MV es la expresión ordinaria de la Lex orandi [11], de la Iglesia Católica de rito latino. El Misal Romano de la MT debe considerarse como expresión extraordinaria de la misma Lex orandi y gozar del respeto debido por su uso venerable y antiguo. Estas dos expresiones de la única Lex orandi de la Iglesia no llevarán a una división de la única Lex credendi [12] de la Iglesia; son, de hecho, dos usos del único rito romano.
5. ¿Cómo lograr la reconquista de la MT? Yo diría- dice el Papa – que, al igual que el movimiento litúrgico que desembocó en el Concilio Vaticano II fue creciendo lentamente – y que después se convirtió muy deprisa en corriente –, también aquí depende del estímulo de los creyentes y celebrantes vivos. De que haya lugares ejemplares donde la liturgia se celebre bien. Si a partir de ahí surge una especie de movimiento desde dentro, entonces ocurrirá el cambio. Creo que las nuevas generaciones ya se encaminan en esta dirección. Muchísimos jóvenes están abiertos a la MT porque en ella se respira la sacralidad, la espiritualidad y la fe, que no ven en su entorno.
6. ¿Qué ha pasado después del Concilio Vaticano II?[13]
a. A pesar de que un Concilio no puede derogar ni contradecir a otro, sin embargo, da la impresión de que para no pocos, el Vaticano II (1962-1965) ha derogado al de Trento (1545-1563), por lo menos en lo que a la liturgia de la Santa Misa se refiere. A pesar de que la historia de la Iglesia tiene una continuidad y la Iglesia del siglo XX es la misma Iglesia de la del siglo XVI se ha extendido la idea de que la historia de la Iglesia pareciera haber comenzado con el Concilio Vaticano II.
b. Todo lo antiguo y tradicional es despreciado por algunos, es denigrado y rechazado. Sin más explicación, se ha impuesto la idea de que es lo mismo lo ‘nuevo’ y lo ‘bueno’, y que lo ‘malo’, lo ‘antiguo’ coinciden: progreso es bueno, y la tradición es mala. Hoy, decirle a uno ‘tradicionalista’ es de por sí un insulto; en tanto que la Iglesia por esencia de tradicionalista, porque ella vive y se nutre de una tradición bimilenaria que arranca de Cristo y que es lo único que le da el sello de autenticidad.[14] Justamente este Concilio Vaticano II dijo, reafirmando el valor de la Tradición: Fiel a dicho depósito, el pueblo cristiano entero, unido a sus pastores, persevera siempre en la doctrina apostólica y en la unión, en la eucaristía y la oración, y así se realiza una maravillosa concordia de pastores y fieles en conservar, practicar y profesar la fe recibida". [15] San Pablo escribe al respecto: "Os alabo porque en todas las cosas os acordáis de mí y conserváis las tradiciones tal como os las he transmitido"[16]… "Así pues, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta".[17] Si la Iglesia rompiera con la Tradición, rompería con Cristo, su Fundador.
7. Para finalizar, una recomendación: Participe, por lo menos una vez al mes en la MT, le hará mucho bien. Permítame una apertura de corazón: desde la primera vez que celebré la MT, celebro la MV con mucha más devoción y con más cuidado… No es que sea imprescindible; porque seguro que hay sacerdotes que nunca han celebrado la MT, o fieles laicos que nunca han asistido a una MT y vivan su Misa mejor que yo; pero, de todos modos, ahí queda mi sugerencia: prueba una sola vez. Quizá, el domingo, 19, a las 8 de la mañana puede ser esa primera vez. A la entrada podrá adquirir un folleto bilingüe, latino-español, que le ayudará en la participación del Santo Sacrificio.
[1] El Motu proprio (no ‘propio’, sino proprio) es un documento emanado por el Papa por su propia iniciativa y con su propia autoridad.
[2] Para simplificar las cosas, hablaremos de ‘Misa tridentina’ y ‘Misa vaticana’, no de ‘Misa en latín’ y ‘Misa en español’, porque, permaneciendo idénticas las dos en esencia, la diferencia entre las dos Misas – que son en el fondo la única y misma – no está sólo en el idioma. Al hablar de Misa Tridentina (MT) y Misa Vaticana (MV), sólo manifestamos que un modo de celebrar fue impulsado en tiempos del Concilio de Trento (1545-1563) y otro en tiempos del Vaticano II (1962-1965).
[3] Hablo de ‘restauración práctica’, porque si en el plano jurídico siempre estuvo vigente, como dice el mismo Papa, en la práctica, la celebración ha estado realmente olvidada.
[4] Este escrito está fundamentado en el motu proprio del Papa; en su Carta a los obispos de todo el mundo, escrita para apoyar su motu proprio; en su libro Dios y el Hombre; en la Carta de Mons. Juan Ignacio González Errázuriz, obispo de San Bernardo (Chile) con ocasión del mismo motu propio y numerosas fuentes, sobre todo de la red.
[5] Mt 26; Mc 14; Lc 22; Jn 13
[6] Hechos 2, 42-47
[7] 1 Co 11,23
[8] Son los aquellos santos que trataron y conocieron a los Apóstoles: San Clemente Romano, San Ignacio de Antioquía, San Policarpo…
[9] Son los aquellos hombres caracterizados por tres cosas: antigüedad, santidad y sabiduría; el último, San Bernardo de Claraval (1090-1153) Cisterciense, Doctor de la Iglesia.
[10] El Misal: es el libro del altar. En él están las palabras y los ritos que han de usarse respetuosamente en la Santa Misa.
[11] Lex orandi: Ley de la oración: Lo que ‘se dice’ (textos que se leen) y ‘se hace’ (ritos que se llevan a cabo) en la Santa Misa se hace eco de las Verdades de la Fe, las acoge, las conserva, las trasmite a las subsiguientes generaciones de fieles católicos. A través de la Lex Orandi se respeta y se trasmite la Lex Credendi. El Papa Celestino I escribió a los obispos de la Galia en el año 422: Legem credendi, lex statuit supplicandi; lo que en adelante se expresó comúnmente por la frase lex orandi, lex credendi (la ley de la oración es la ley de la fe). Las iglesias ortodoxas conservaron la Fe a través de la liturgia.
[12] Lex credendi: Ley de la fe: El carácter inmutable de las verdades reveladas que ha de respetarse en las celebraciones litúrgicas, cuando la Iglesia se reúne para orar. Lo que obligadamente debe creer un católico y que se ha de respetar en la oración de la Iglesia.
[13] Tomado de un artículo de Mons. Juan Ignacio González Errázuriz, obispo de San Bernardo (Chile), con ocasión de la decisión de Benedicto XVI de poner en vigencia los libros litúrgicos anteriores a la reforma del Concilio Vaticano II, a partir del 14 de septiembre del 2007, fiesta de la Santa Cruz. El artículo se funda en la Carta del Papa a todos los obispos y al motu proprio.
[14] Recomendamos subir a http://www.corazones.org/diccionario/tradicion_trad.htm y estudiar el valor de la tradición.
[15] DV 10
[16] 1 Corintios 11,2
[17] 2 Tesalonicenses 2,15
Estimado Padre Paulino.
Una pregunta práctica, quizá algo tonta:
A mí me encataría participar alguna vez en una misa Tridentina. Sé que es siempre importante llevar a la Santa Misa una vestimenta decorosa, pero es necesario para las mujeres utilizar vestido / falda y mantlla?
Gracias
Apreciado Padre Paulino, gracias por dedicar sus letras para darnos información sobre tan preciado tesoro. A la vez, no sé cómo agradecer a Dios el darnos la maravillosa oportunidad de poder participar en la Santa Misa de Rito Tridentino, realmente está llena de detalles, de mucha humildad por parte del celebrante con hermosas oraciones reconociendo su indignidad, besos en el altar, oraciones penitenciales, de acción de gracias, el tiempo que se pasa de rodillas, el Evangelio de Juan siempre leído al final, y muchas delicadezas mas! ¡cómo se respira la Majestad de Dios! ¡difícil NO pensar que se está en el Cielo!, y se hace tan palpable la inmensidad del Amor y la misericordia de Dios, al mirarnos a nosotros criaturas miserables por quienes el Sacerdote suplica, y ofrece a Dios Padre, el mismísimo Hijo como víctima expiatoria por nuestros pecados… y luego su Resurrección…¡cuánto silencio! Cuánta devoción! ¡Cuánta realidad sobrenatural se vive en esta Misa!. Es como si uno pudiera entender mas lo que significa cada Eucarístia, y como usted lo dice querido Padre, definitivamente participaré con mas fe,devoción y profundidad de una Misa de rito Vaticano, porque aprendí a valorarla mas, en la Misa Tridentina. Ojala que todos se animen y asistan.
Un detallito curioso, al final de la Misa en mi parroquia, un feligrés me dijo ¿Estabas aquí, no te había visto? ¿Es que con velo (mantilla) no te reconocí? …»pues De eso se trata» contesté, comprendí complacida lo hermoso que debe ser a los ojos de Dios que las mujeres llevemos mantilla, nadie nos reconocerá ni se fijará, ni se despistará,ni nos sucederá a nosotros, porque a quien vamos a ver es a Dios…!
Padre Paulino:
Felicitaciones. Es necesario hacer prevalecer las tradiciones, principios y valores de nuestra Fe. Que Dios Le guie siempre.
Saludos cordiales
Luis y Sonia Corral
La pregunta práctica central, y para la que sí debe haber respuesta es: ¿por qué retroceder a usar una lengua que, si bien es origen de la nuestra y de otras más, no sirve sino para conocer mejor la nuestra?
El latín nada tiene de sagrado. Es más, era la lengua que usaban los invasores de la Palestina en época de Jesús, aquellos que propiciaron el uso de su instrumento de tortura para perfeccionar lo que Isaías anunció.
¿Por qué no hacer la misa en hebreo o en arameo o, mucho mejor, en griego?
Se sabe que Jesús, el Cristo, no habló latín, a lo sumo pudo haber hablado en griego, «ya que muchos de los campesinos y artesanos de Galilea conocían esa lengua» (ver: http://multimedia.opusdei.org/pdf/es/preguntas/16.pdf).
«Católica, apostólica y romana». Católica es mi religión por su sentido universal; apostólica, por ser un mandamiento de Nuestro Señor; y romana… gracias a un hecho circunstancial, que aunque definido por la Providencia, no deja de ser circunstancial.
Amén.
A, por cierto…
Apoyo al padre Paulino en cuento «no por ser antiguo es malo».
Pero no vamos a caer en el mismo erros en contravía: «por ser antiguo es bueno».
Insisto: ¿por qué latín y no arameo? Aquí puede haber respuestas muy prácticas, como que es más fácil ya que nuestra lengua viene de la otra, pero este no es el argumento central.
¿QUÉ TIENE DE DIVINO O DE CRISTIANO EL LATÍN EN SÍ?
El hebreo me parece mucho más pertinente, incluso por el uso respetuoso que se le da al nombre de Dios (que no se lo pronuncia sino en los ritos y momentos adecuados), por la ausencia de malas palabras, blasfemias u ofensas (para decirlas, las toman del árabe u otros lenguas camíticas).
Promover el uso del latín es retrógrada no «por ser antiguo», sino por ir en contra de la evolución social del ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios.
yo pienso que rezar la misa en latín es discriminatorio y segregacionista.
A. Roncalli.
Padre, yo quisiera aportarcon la parroquia de urdesa…
en verdad me gustaría que las oraciones especialmente en el santo rosario sean mas lenta. He participado del rezo del santo rosario en Urdesa pero es muy rapido…
He meditado y, para mi, el santo rosario es como entregar rosas a la virgencita y si lo hacemos muy rapido es como si se las tiraramos en la cara.
Por favor es muy bueno meditar las palabras que recitamos.
tambien me gustaria que el rosario sea en latin…
yo tengo el rosario en latin.. me gustaria que todos los pudieranrezar asi…