Celibato es la decisión que adopta libremente un hombre o mujer de guardar soltería. Soltero o soltera es el adjetivo calificativo del varón o mujer que no está casado y por ende se encuentra libre, suelto.
El voto o decisión de celibato que hacen los presbíteros católicos o las religiosas de alguna congregación u orden es una expresión pública ante los fieles de su credo de preferir la opción de guardarse sueltos, libre de vínculo matrimonial con mujer u hombre, uniéndose a la Iglesia como institución humana. Más claro, se casan con la comunidad eclesial, fieles y autoridades. Se casan con la iglesia.
Los casos de Fernando Lugo en Paraguay y el Alberto Cutié en EUA inusitadamente han traído a colación una vez más el añejo debate sobre el celibato en sacerdotes católicos. Y digo inusitadamente porque tengo la impresión que la opinión pública internacional como local (incluida revista Vistazo) confunde la opción de seguir un camino religioso (compromiso presbiteral) con la instintiva respuesta física de entregarse al placer sin medida (deseo sexual). Compromiso de castidad y deseo sexual no son sinónimos; más bien se repelen por la clarísima finalidad de los objetivos de cada opción: quien opta por ser célibe, persigue la castidad a y en su pareja, sea física (su mujer o marido), o ideal, la Iglesia, en el caso de los sacerdotes católicos. El deseo sexual es como quien se rasca porque le pica. Así de simple.
Alberto Cutié critica y sigue desprestigiando dramáticamente contra ese compromiso. Que debe ser opcional; que el celibato es antinatural; que el estar con mujer es amar al prójimo; etc. Justificaciones que van y vienen de alguien que se sirvió de la Iglesia Católica como institución y ahora, porque en un arrebato pasional retozó en una playa pública con su pareja, el mundo no lo comprende, la Iglesia es la culpable, él es un perseguido. Si la debilidad furtiva por la carne, o la vocación por el amor marital estable se elevaron con fortaleza en su espíritu, abandone el hábito y entréguese en santa paz a vivir la vida loca o a fundar una familia. No lo haga mientras usa cuello clerical o la sotana que lo distingue como prelado. El caso del afamado padre Alberto Cutié es un signo de los tiempos que vivimos donde el cuerpo domina a la mente y los sentidos especulan sin freno.
El caso de Lugo produce una incontinente basca. Andar de lecho en lecho, una y más noches o días, dejando hijos en cada travesura sexual con mujeres subalternas a él cuando fue Obispo (no un curita de una parroquia olvidada y minúscula en el mapa curial; un OBISPO) es de reírse y preocuparse. Reírse porque aviva el viejo cuento colonial que narraban los viajeros europeos en estas tierras ultramarinas sobre las aventuras eróticas de curas escondidos en los Andes o en los ríos del trópico. Preocuparse porque se supone que Fernando Lugo llegó al poder paraguayo blandiendo la monserga socialista esa de moda; pero claro, sus secretos de armario – o más bien de confesionario o de sotana – dicen otra cosa de él. Hoy es un presidente deshonesto que llegó investido de supuesta honestidad y cuyos actos le restan fuerza moral a su liderazgo político. ¡Vergonzoso! Esto es como para renunciar al cargo.
Mientras termino estas líneas, recuerdo que a pesar de estos deleznables casos, existen curas católicos contemplativos pero en la acción, que no andan de show en show, ni de procesión en procesión, pero sí sudan los hábitos entregándose en sus parroquias sea para la catequesis o sea para la edificación de escuelas y casa parroquiales funcionales y útiles para los fieles. Los jesuitas Juan Valpuesta, Alfonso Villalba, Ignacio Moreta, Francisco Cortés, y muchos más son reales varones que con la fuerza de su ímpetu educaron con su ejemplo a muchos que se dejaron formar en sus clases.
Los padres Rainiero Marincionni, Federico Gagliardo y Bertram Wick (les ruego leer diario Expreso del 12 de mayo de 2009), otros inquietos párrocos que de los bienes temporales han hecho verdaderas obras maestras de servicio en sus respectivas parroquias. Todos ellos y muchas y muchos más son soldados de Cristo, casados con la Iglesia, entregados a un compromiso de vida. Su celo personal lo vuelcan a servir, no como Jaime Bayly que vuelca hacia Alberto Cutié por televisión, y a viva voz, su celo homosexual.
Estimado conciudadano:
Totalmente de acuerdo con usted. Los sacerdotes que realmente se entregan al servicio de sus fieles lo hacen sin el show mediatico que ciertos «curas» modernos usan sin que la iglesia se pronuncie al respecto, convirtiendose en verdaderas vedettes. Aqui tuvimos una vedette criolla (El «padre» Agila). En USA el Padre Alberto, con el desenlace que ya conocemos. Yo considero personalmente que un sacerdote que siente un incontrolable deseo sexual y no lo puede reprimir, debe separarse imediatamente del sacerdocio y dedicarse a la vida civil y formar una familia o entregarse a los placeres carnales como usted lo dijo, pero ese doble discurso es inadmisible. La Iglesia no debe ceder bajo ningun concepto a las pretensiones de grupos que buscan desacreditarla como parte de un complot que no es fantasía sino que es muy real. Tan real como el que los Israelitas pretendan que el Papa les pida perdon de rodillas, por algo que no le compete a la Iglesia y que Juan Pablo II ya hizo. Acaso ellos han pedido person alguna vez por hacer matar a Jesus? Bueno, eso es discusión de otra mesa. Saludos.
El celibato es un tormento tan antinatural como antibíblico, Dios hizo al hombre para extenderse sobre la Tierra, y como cabeza de hogar, ya Cutié antes de que le hagan la canallada de seguirlo, habló del celibato, debemos entender al mismo como un hombre valiente ante las incongruencias del Vaticano, acaso no nos acordamos de los Borgia, inmundos, asesinos y traidores, acordémonos de Pedro al que la iglesia Católica antojadísamente llama el PRIMER PAPA, pamplinas…!!!, quíen lo erigió tal?,si me dicen que Jesús me da un ataque, así como le dijo a Pedro «sobre esta piedra edificaré mi iglesia»…se lo pudo haber dicho a cualquier otro apóstol, acaso era docto?, acaso no le temblaban las piernas en Pentecostés?, acaso no fue TRAIDOR?, en fin de cuentas el supuesto PAPA católico era CASADO, es a su suegra de él a quien Jesús la libera de la fiebre … o no!!!
Bien por Cutié, solo que debió colgar la sotana en su momento…. y que tanta deshonra trae a la iglesia católica.
Bueno en el caso de Lugo, debemos entender compatriotas y comprender que es amigo de su Majestad…..
Señor Francisco,se le ve muy joven para ser tan maduro en su forma de pensar.
Concuerdo en todo con Ud.
Ahora una pregunta. Que pasaria si este siervo de Cristo, se aburre de su pasiòn hormonal? La iglesia catolica quedaria tan mal que no tengo adjetivo calificativo. Igual estos seres «humanos» desprestigian nuestra iglesia habiendo jurado, prometido, seguir el celibato, por eso son curas, como Ud. lo dice, que primero cuelgue los habitos. Tanto como un matrimonio ejemplar, que juro ante Dios fidelidad, pero no es capaz de dejar a la esposa o esposo primero, antes de serle infiel. A ver quien tira la primera piedra…..
Mi estimado Francisco:
Hace unos días, impertinentemente, compartí el artículo que va a continuación en uno que sobre las madres escribió nuestro colega el padre Paulino. Ahora, lo pongo en el tapete para ser considerado.
Aquí, me parece que el enfoque es muy adecuado, ya que pone el COMPROMISO del celibato como lo que es: un compromiso personal de quien lo lleva acabo, y no una imposición. Es como si vos o yo o cualquiera de nosotros se compromete a cumplir algo… Es cuestión de honor también.
CELIBATO Y MATRIMONIO
por Fernando Moncayo Castillo (tomado de http://www.hoy.com.ec)
Resulta morbosa la manera en la cual se ha manejado la noticia de paternidad por parte del «ex sacerdote y obispo» Fernando Lugo, actual presidente de la República del Paraguay. Mientras más mujeres aparecen reclamando el reconocimiento de sus hijos, más sexy se vuelve la noticia, y ni se hable del personaje.
En los últimos días, han salido a la luz las fotografías del afamado padre Alberto, quien en un lugar tan santo y tranquilo como Miami ha sido captado en «posiciones no aptas para un sacerdote», junto a una compañera cuya identidad se desconoce. ¿Será una de sus compañeras de set de televisión? ¿O quizás se trate de una de sus miles de admiradoras que veían al corpulento sacerdote todo los días en su show televisivo? ¿Será? ¡A quién le importa! ¡Por favor!
Lo que personajes públicos como lo son los dos citados anteriormente hayan hecho de sus vidas no tiene por qué afectar la fe y esperanza que han depositado millones de personas en la Iglesia Católica. ¿Acaso porque dos, o 200, sacerdotes no son fieles a su promesa divina de celibato quiere decir que la Iglesia debe eliminar este voto voluntario? Pongámoslo de esta manera: si dos famosos hombres casados, o 200, que han recibido el sacramento del matrimonio y que han jurado ante Dios ser fieles a sus esposas, son descubiertos en una relación extramarital, ¿debería ser entonces anulado el sacramento del matrimonio? La respuesta es «No». Hay sacerdotes infieles a Dios y hombres infieles a sus esposas. No por eso todos los sacerdotes y todos los hombres casados son iguales.
El celibato y el matrimonio son promesas voluntarias que un hombre hace ante Dios. El sacerdote promete serle fiel a Dios y ser célibe para dedicar su tiempo y vida al servicio de Cristo. El hombre casado promete ser fiel a su esposa para poder construir un hogar cristiano de acuerdo a las leyes del mismo Cristo. Celibato y Matrimonio son promesas voluntarias que deben cuidarse y cultivarse día a día. El tiempo pasa, las emociones se van, el sentimiento cambia, ¡pero la promesa divina se mantiene!
Pobres curas los que han sido infieles a su promesa voluntaria. ¿Acaso alguien les obligó a ser sacerdotes? Si los obligaron, ¡qué pena! Es más, ¡qué tortura!, casi o más penoso que el hombre soltero que es llevado a la fuerza al altar.
El sacerdocio es un oficio sagrado, igual que el matrimonio, instituido por la Iglesia, en bien de la Iglesia y de su comunidad. El candidato al sacerdocio tiene largos años para reflexionar y prepararse. De ninguna manera se puede hablar de «obligación» o de «imposición» del sacerdocio a un «pobre hombre».
Las tentaciones para el sacerdote y para el hombre casado están ahí, en todo momento, en todo lugar. Hay que saber cuidar los momentos, los espacios, los entornos. Hay que saber luchar. Tenemos que tener conciencia, sacerdotes y hombres casados, que la promesa divina hecha es eterna, tal cual rezaban antes las cédulas de los ecuatorianos: «Hasta la muerte del titular».
Estoy de acuerdo con usted. El sacerdote al ser ordenado como tal contrae un compromiso sagrado con Dios y con la Iglesia, aceptando sus reglas.
Los sacerdotes católicos, a diferencia de los ministros de otras iglesias cristianas y no cristianas trabajan a tiempo completo al servicio de los fieles. Cómo van a tener tiempo para atender a una familia y proveer sus necesidades? Los católicos aportamos a la iglesia lo que podemos o lo que queremos sin obligación, además de que son tan pocos sacerdotes para tantos católicos, que deben multiplicarse y aún así no disponen de todo el tiempo que quisieran para atender las necesidades espirituales de los fieles.
Fallarían como esposos y padres. Los PP. Pasionistas por ejemplo, atienden también algunas parroquias y recintos de la vía a Progreso. Son realmente admirables. Los salesianos han hecho una obra maravillosa en el Oriente ecuatoriano.
El padre Cutié cometió una falta terrible, pues ha escandalizado con una actitud reprobable aún en un laico: el exhibicionismo. No ha sabido respetar su estado religioso ni guardar la compostura que esperamos de cualquier ciudadano en una playa pública. Si es tan inteligente como dicen, no entiendo como obró. Esperemos que no esté sacando réditos para su campaña en contra del celibato.
En cuanto al padre Lugo, me recuerda las palabras de mi padre: no hay peor enemigo de la iglesia que un mal sacerdote. Y fué Jesucristo quien dijo: «hay del que escandaliza, debería atarse una piedra de molino al cuello y arrojarse al mar».
Pero por cada Lugo y Cutié hay cientos de vidas ejemplares a las que debemos volver nuestros ojos: Juan Pablo II, el santo Hermano Miguel, Mons. Olindo Spagnolo, Cayetano Tarruel, Pepe Gómez Izquierdo, Bernardino Echeverría, el Padre Astudillo (salesiano), etc. etc.
Irene Hurtado Y.
Bernardino fue primo hermano de mi abuelo, cotacachense… Y no era tan santo ni de vida tan ejemplar.
Como cualquier seglar, Bernardino tenía una soberbia personal increíble, y reunió algunos tesoros materiales que bien le habrían hecho o a la Iglesia o a los pobres… No era tan piadoso tampoco.
Qué pena hablar de él, pero me parece que es justo decir la verdad por dura que parezca.
Sus pecados no le restan santidad a la Iglesia Católica.
Respecto al comentario hecho por el Sr. Salame, debo manifestarle que San Pedro era VIUDO cuando Cristo le escogió como Discípulo y si han habido en la historia viudos que han abrazado el sacerdocio. Los ejemplos de sacerdotes santos que han vivido célibes es muy extensa y la Iglesia tiene toda la razón en establecer el celibato ya que un sacerdote que se debe a su feligresía no podría manejar además un hogar. En cuanto a las tres negaciones de Pedro, Cristo le perdonó porque él se arrepintió y realmente el Señor le escogió para dirigir la Iglesia (ver Hechos de los Apóstoles y las artas de San Pedro). Por ello yo concuerdo con usted señor Franco. Dr. Juan Diego Donoso Pérez.
Sin duda alguna si alguien acepta un celibato, tendría que cumplir tal promesa, pero cuando Cutié entro a la carrera sacerdotal tenía 18 años, años en que cualquier cosa es posible aceptar por inexperiencia, no lo libro de culpa a Cutié pero lo entiendo perfectamente.
Respecto a lo que el Señor Donoso Pérez manifiesta debo agregar que la base del cristianismo es la Biblia, sea de SERAFÍN DE AUSEJO, OFM cap Profesor de Sagrada Escritura, y Doctor de la Iglesia san Lorenzo de Brindis, o de Nacar y Colunga, o de Casiodoro de Reina, revisión 1.960, y si se permite revisar 1era Corintios 9:5 encontrará respuesta a mis dichos del mencionado celibato, encontraremos que Pedro no era el único casado sino otros apóstoles, también redundo en lo que anteriormente dije Pedro perdonado, pecador, fue TRAIDOR y de un carácter volátil y un sencillo pescador, idéntico sentido encontramos en la biblia Watchtower, que si Pedro era viudo no losé, pero si tenía esposa, yo cito, no digo solamente Pedro era viudo(!), para mí es claro que el celibato es una tremenda estupidez en los momentos actuales, por ejemplo los pastores evangélicos, ancianos Testigos de Jehová son casados y cumplen a cabalidad su labor pastoral, algunos equivocados, la mayoría no.
Una vez más bien por Cutié, mal en no haber tirado la sotána en su momento.
Para mí esta clara mi posición, respeto otras.
Con respecto a Mons. Bernardino Echeverría, cuando fué Arzobispo de Guayaquil, desplegó una extraordinaria labor apostólica. Cada domingo celebraba misa en una parroquia diferente y así todos los feligreses teníamos contacto con nuestro pastor. Antes de esto, lucía rígido y distante, pero luego se convirtió en un hombre amable, sonriente y así lo recordamos. El punto de vista muy particular (y muy poco cristiano)del Sr. Proaño no altera para nada la valía de su obra apostólica, que estuvo a vista y consideración de los fieles.
Irene Hurtado Y.
Cúal es la evidencia o documentación de la VIUDEZ de Pedro!!!, por favor ayúdenme…pórque no tengo ninguna documentación al respecto, gracias.
En una página católica escrita por GUIDO ROJAS M.P.D. reza… que el apóstol Pedro vivía en Betsaida al lado de su MUJER Y SUEGRA, a confesión de parte releva de prueba, gracias.
Me apena lo del Padre Alberto,porque esto
le hace mucho daño a la Iglesia católica,yo concuerdo totalmente con ud.El
sacerdote al ser ordenado contrae un deber
sagrado:con DIOS y la IGLESIA.
Sr Salame; que buenos comentarios hace ud realmente, nada visceral y bien documentado. Lo de Pedro lo he chequeado y es asi, era casado. Y en cuanto al P. Alberto, lo malo fue el escandalo, Jesus condena eso, el tenia que haberse salido del sacerdocio y despues hacer lo que le diera la gana. Para mi Ruama ha hecho de serpiente, ahora resulta que conoce a los paparazzis…..me huele a trampa!!!
Esto siempre ha ocurrido en la Iglesia Catholica, o no se acuerdan del dicho: ese es hijo de cura. La Iglesia como cualquier otra entidad tiene sus escandalos, desafortunadamente esta ocasion la figura era publica, entonces todo mundo opina. El padre Alberto es un ser humano como cualquier otro, y no se olviden: no juzgueis para no ser juzgados.
(Los sacerdotes que realmente se entregan al servicio de sus fieles lo hacen sin el show mediatico que ciertos \»curas\» modernos usan sin que la iglesia se pronuncie al respecto, convirtiendose en verdaderas vedettes. Aqui tuvimos una vedette criolla (El \»padre\» Agila). En USA el Padre Alberto, con el desenlace que ya conocemos)
Ab Francisco Fierro. Lamento profundamente leer expresiones como las que transcribo literalmente. Solo quiero aclararle que usted como abogado debe dar ejemplo del uso adecuado de los calificativos puesto que si estuvieramos en un tema etrictamente juridico, usted tendria que probar lo que ha escrito. Solo se que que los pensamientos expresan parte de lo qu cada uno tiene. Que Dios lo bendiga.
P Vicente
Hola señor Franco, es la primera vez que entro a esta pagina y de pronto este pequeño comentario puede estar fuera de tiempo, pero como para Dios no existe el tiempo y siendo el tema de caracter cristiano expreso mi pensamiento: » El articulo que encabeza esta reacciòn esta lleno de mucha sabiduria y bastante sentido comùn siendo el celibato el voto de desiciòn que hacen los presbiteros catolicos y Religiosas como expresa uniòn matrimonial con Dios Padre, los malos esjemplos materia de este tema en verdad son como el grano de arena en una playa, porque en este mundo donde habita el maligno existen cientos de miles de soldados (sacerdotes, diaconos Religiosas, laicos consagrado)siguiendo el mandamiento de nuestro Señor Jesucristo de ir proclamando el evangelio, curando enfermos, exorcisando demonios, Cristo Jesus les dijo a sus Discipulos yo me voy pero vendrà el Espìritu Santo para dar las fuerzas necesarias para que el amor del Padre se propague en todos nosotros Amen.
yo pienso que nosotros no somos quien para jusgar a nadie el unico es DIOS todo lo que se dice es escrito por el hombre pienso que el amar no es un pecado,siepre y cuando ames y respetes a DIOS y sin perjudicar y mucho menos hacer daño a tu projimo.