La educación al servicio de una ideología

Cuando escuché a Mery Zamora, vocera de la UNE, atacar al gobierno por sus planes evaluadores del magisterio nacional, confieso que me irrité y me espanté a la vez. Vociferaba con una iracundia inconciliable con su condición de “educadora” (palabra que me he visto forzado a escribirla entre comillas) . Y lamenté que la educación pública ecuatoriana estuviera en manos de gente saturada de fobias, dogmas e histerias como ella.

Su exhibición televisada sirvió para reafirmar viejos y actuales conceptos que aluden a la decrepitud de una educación pública, cuya pedagogía ha quedado mutilada por la ideología de quienes, como afirmó Correa, han secuestrado a la educación nacional. Peor aun , de un sistema pedagógico sepultado por las estupideces ideológicas provenientes de demagogos que hoy se niegan a dar pruebas de su idoneidad intelectual y docente. La UNE no admite que el sistema educativo del que se apropió en las últimas décadas, ha fracasado y que es hora de que asumamos ese fracaso para revertirlo y salir del subdesarrollo mental y cultural que nos atenaza al tercer mundo .

Aplaudo al Ministro Vallejo por su decisión revisora, tomada cuando todo hacía suponer que las lacras de la educación fiscal se agravarían con una revolución ciudadana sometida a los dictados emepedistas. El reto al que hoy se enfrenta Correa, expondrá su real voluntad de corregir una gran injusticia que aflige a la juventud ecuatoriana (que secundaríamos) o si sucumbe ante la coyuntura política.

Para aceptar cualquier desafío desarrollista ¡ hay que abandonar primero la ignorancia! , a la que rinden deliberado culto las huestes comunistoides del MPD y la UNE , afanadas inicialmente en insuflar a la juventud ecuatoriana una enseñanza colectiva cargada de ideología , pretendiendo vanamente nivelar las inteligencias y logrando tan sólo masificar la mediocridad, desfigurando la labor de millares de abnegados y valiosos maestros.

A ello se llega cuando se pone la educación al servicio del Estado , en vez de que éste sirva a la educación. Lo que siguió fue consolidar un estereotipo que frustra el desarrollo cultural del joven ecuatoriano y que ha permitido al gremio gozar de multimillonarias sumas en fondos patrimoniales del magisterio. Por eso se insiste en proclamar demagógicamente que la educación fiscal ideologizada, indiscriminada y gratuita , es la panacea de nuestras defecciones. Mientras tanto, muchas escuelas siguen sin techo, sin paredes, sin servicios higiénicos, sin agua, sin pizarrones, sin pupitres y , sobre todo, sin enseñanza ; y el gremio comunistoide, como contrapartida, se afianza , obeso, extorsionador, amenazante, aferrado a sus privilegios, sin sentirse responsable de impartir una educación devaluada, sin importarle que se perennice una guardería de semi-analfabetos que brindan la tónica internacional de la mediocridad ecuatoriana.

Quienes han pasado estas últimas décadas por la educación fiscal, no deben dar las gracias por lo que el colegio haya podido hacer por ellos, sino por no haber sido arruinados del todo por la mala educación recibida. A quienes les ha ido bien , resultan ser, sin excepción, autodidactas. Nadie ignora ( y menos los socialistas padres de familia como Correa) , que la educación privada debe su auge más al descenso y deterioro de la enseñanza fiscal que a las propias virtualidades del clericalismo o del cacareado neoliberalismo , de los que tanto despotrican los marxistas del siglo 19. Siguen escudándose tras el laicismo para esconder sus debilidades. El laicismo es , sin duda, una de las más grandes conquistas educativas del mundo contemporáneo ; por ello me pregunto y pregunto a usted, ¿ qué tienen que ver con el laicismo estos izquierdistas que detestan precisamente lo que el laicismo preconiza, como es la libertad de pensamiento y el afianzamiento de todas las demás libertades que el comunismo en el poder siempre ha temido y rechazado ?

La educación, disciplina dominante de todas las demás disciplinas, esfuerzo dominante de todos los esfuerzos, está al garete y es imperativo que sea sacudida de pies a cabeza, en un acto legítimo de concusión verdaderamente revolucionaria. La cátedra debe ser ejercida por los mejores y no debe ser ni para activistas ni para demagogos. La convocatoria para llenar eventuales vacantes debe dar cabida a maestros de todas las tendencias que, además de versados, respeten la libertad de pensamiento . Hoy, la UNE clama por el respeto a una Constitución que siempre ha violado en aulas y en calles, exhibiendo sin vergüenza más de una vez – yo lo he visto – pancartas con errores ortográficos.

Pero aún en situaciones críticas como la que atraviesa la educación pública ecuatoriana, no falta la nota cursi y grotesca . Oficialmente la UNE culpa de nuestra mala educación pública al “neoliberalismo”, queriendo insinuar que la hegemonía marxista ha sido simplemente burocrática y salarial , nunca educativa . ¡Y culpa nada menos que al neoliberalismo de Rodrigo Borja! ¿Lo entiende usted ? ¡Yo no! Si alguna intervención ha tenido esta corriente ideológica – en la que Borja nunca militó – , habría sido creando centros educativos privados para el rescate cultural de sus hijos ante la mediocridad impuesta por la UNE, manteniendo – queriéndolo o no- las diferencias culturales que tanto molestan a los igualitarios partidarios de esa mediocridad. No son capaces de entender que todos los seres humanos somos básicamente iguales al nacer. Igual de torpes o igual de inteligentes. Y que es la vida, las oportunidades y en especial la educación, las que permiten que unos salgan airosos y otros deban resignarse al intervencionismo igualitario de un comunismo corroído y decadente.