La historia está representada como “una bella mujer que emergiendo de una tumba retorna a la vida”; esos hechos retornando a la vida nos enseña a explicar el pasado, comprenderlo y darnos fuerza para actuar en el presente.
El historiador, o cualquier otra persona interesada por sus propias inquietudes, busca en lo ocurrido anteriormente las respuestas a interrogantes que le hacen surgir hechos presentes, o temas que antes no había considerado. Eso no significa de ninguna de ninguna manera que la historia cambia, ya que los hechos siguen siendo los mismos; lo que cambia es la perspectiva dentro de la cual los hombres analizan las cosas del pasado para extraer nuevas conclusiones. En síntesis si no han cambiado los sucesos pasados, no puede cambiar el concepto que de ellos se tenía.
La labor del historiador se desarrolla, por consiguiente, a través de 3 etapas: Las investigaciones, la ordenación de los hechos y documentos, y la exposición, que es a la vez explicativa, sistemática y crítica. Así han procedido los historiadores ecuatorianos como Teodoro Alvarado Garaicoa, Jorge Villacres Moscoso, Modesto Chávez Franco, Pedro José Huerta entre otros, han procedido así cuando desearon comprender lo que significa la ecuatorianidad.
Lamentablemente algunos compatriotas se han dado en los últimos tiempos a la ingrata tarea de desprestigiar, la obra titulada “La Historia de Guayaquil” escrita por Melvin Hoyos Galarza y Efrén Aviléz Pino. Estas críticas no tienen ningún fundamento ya que los hechos mencionados en la obra constituyen la persona profunda del pueblo ecuatoriano.
Tal función, a más de ser falsa es incomprensible por lo mismo, nadie puede negar que los astilleros de Guayaquil hayan sido considerados en el siglo XVI y XVII los más importantes de la colonia española y del pacifico. Que el 9 de Octubre de 1820 fue la fecha en que por primera vez un territorio de la audiencia quedo libre de manera real y efectiva. Nadie podrá negar tampoco la importancia de la Constitución de Guayaquil creada luego de la gesta del 9 de Octubre de 1820 y que lamentablemente muchos historiadores se “olvidan” de mencionar. Lo más notable de este documento consiste en que se fijan los ideales fundamentales de la provincia de Guayaquil: Se propone un estado libre e independiente manteniendo la religión católica y escogiendo la forma de gobierno autónomo. En consecuencia esta Constitución es un aporte al Derecho Constitucional Ecuatoriano.
Como la esperanza es lo último que se pierde, ojalá que los que sin ninguna razón tratan de negar la existencia de hechos históricamente ciertos atacando la obra de Melvin Hoyos y Efrén Aviléz Pino, recapaciten y comprendan que existe un glorioso pasado que nos obliga a los guayaquileños en particular y a los ecuatorianos en general.
Por lo demás, un pueblo sin historia es lo mismo que un hombre sin memoria.
Hay que divulgar nuestra historia, y divulgarla a todos los estratos sociales para que todos sintamos el orgullo de ser lo que somos. Guayaquil es valerosa, es sencilla, franca, laboriosa y digna de ser admirada. Mi chofer me comento hoy, Que linda esa cancion (Guayaquileño madera de guerrero), yo le dije en broma, pero No es para usted, usted no nacio aqui, a lo que el me respondio con mucho orgullo, Pero mis hijos si. No es un orgullo vano, tiene fundamento y alegria.
Excelente articulo Carlos. Gracias por regalarnos tu capacidad de análisis, valentía y claridad al escribir.
Sandra Mendoza
Estupendo artículo. Siempre escribes con razón, y mucha lógica. Tienes la acertada dicción de los Estarellas. Y sobre las glorias de la historia de Guayaquil, debemos escribir los Guayaquilenos, y; el nombre de plazas, avenidas, malecónes, monumentos, aeropuertos, es justo y necesario que así lo denominen los guayaquilenos, preferentemente, de entre sus propios hijos, ya que Gracias a Dios, fueron muchos los ilustres y ameritados. Estupendas tus palabras Carlos.
Excelente articulo,la historia es la narracion fiel y ordenada de hechos basados en documentos de validez comprobada.
El historiador NO PUEDE NI DEBE interpretar ni analizar con mente del siglo 21 hechos y resoluciones acaecido hace 100 anios atras.
Nadie, absolutamente nadie podra poner en tela de juicio la gloriosa historia de la Republica o Provincia de Guayaquil porque ella esta acentada con documentos irrebatibles.
Remontarnos a nuestra historia ecuatoriana ,es buscar un cambio en la actualidad .Excelente artículo, lo felicito Doctor por su gran aporte a la sociedad ecuatoriana ,que es un paradigma para sus seguidores que buscan un cambio en nuestro país .
Carlitos, es trascendental analizar la historia de Guayaquil, te felicito. El problema es que a este pueblo nadie lo entiende, todo está mal y así siguen votando por el mismo gobierno.
Mayra