21 noviembre, 2024

Frost | Nixon

Hastiado de ver como Hugo Chávez Frías llega a Quito a disponer y discursar como si Carondelet fuese oficina de Miraflores, siempre opacando al muchachito, me entregué a ver y disfrutar una película titulada “Frost | Nixon” del director Ron Howard, con las actuaciones de Frank Langella (como el presidente Richard M. Nixon) y Michael Sheen (como el periodista británico David Frost). Película excelente y actuaciones verídicas. La recomiendo.

Uno de mis amigos con su tono burlesco que le caracteriza me dijo: “solo ves cine y hablas de cosas gringas. Ama a tu patria”. Soy un americanista y no lo niego. Estados Unidos de América como país es un referente obligado en mi estructura emocional y racional, pero no por la cultura pop, la Big Mac o Britney Spears; sino por el enorme aporte al Derecho Constitucional de Occidente que la Corte Suprema emana de cuando en cuando en sus siempre polémicos fallos. Mi afecto americano se cimienta por la lectura obligada a placer de los libros, ensayos y escritos de los padres fundadores (Thomas Jefferson, James Madison, John Adams, Benjamin Franklin, George Washington, entre varios otros) y su respeto irrestricto a la libertad en todas sus expresiones. Y es sobre una de ellas es en la que hoy quiero reparar. La libertad de expresión.

La libertad de expresión es un derecho fundamental y humano. “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y de recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.” Así lo dice la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de la cual la República del Ecuador es signataria. El derecho a la libertad de expresión es defendido como medio de la libre difusión de ideas, y así fue concebido durante el famoso periodo de La Ilustración. Para iluminados como Diderot, Montesquieu, Voltaire y Rousseau la más pequeña oportunidad para disentir entre opiniones es propicia para fomentar el avance de la razón, las artes, la ciencia y la auténtica participación activa en política. Habiendo la libertad de expresión afirmado la libertad de imprenta o de prensa, su papel fue decisivo para la Independencia de los Estados Unidos de América y para la difusión de las también ideas que cocinaron la Revolución Francesa.

Richard M. Nixon fue el trigésimo séptimo Presidente de la Unión Americana. No voy hacer una síntesis de la película en esta columna, pero sí hago hincapié que la libertad de expresión y la libertad de prensa hicieron lo que el afamado sistema político y judicial americano no pudieron hacer: que el presidente se declare culpable de utilizar sus poderes constitucionales para violar la ley, orquestar delitos de alta y poca monta (pero delitos al fin y al cabo) y finalmente encubrirlos. Todas estas declaraciones en la dinámica informal, desordenada y explosiva de una entrevista periodística, y no en la rigidez y lentitud de un proceso judicial.

La prensa existe por una sencilla razón. Son medios de comunicación que permiten la transmisión de episodios, datos, información, hechos que constituyen elementos que constituyen juicios de valor de quien aprecia tales medios. ¿No fue por la libertad de prensa que conocimos de las discutidas reuniones del ministro Patiño Aroca en el Hotel República en Quito? ¿No fue por la libertad de prensa que conocimos sobre el atroz caso FYBECA y la pavorosa relación simbiótica entre policías y delincuentes? ¿No es por la libertad de prensa que conocimos los entretelones del campamento – hotel de las FARC en territorio ecuatoriano? La libertad de expresión y la consecuente libertad de prensa con lo dañinos que podrían ser (amarillismo, sensacionalismo, difamación, acoso, etc.), en el balance final son más los beneficios que patentan a las sociedades democráticas donde por lo menos en principio los ciudadanos somos iguales ante la ley.

Otrosí: Dicen bolivaristas del Ecuador que Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales son bolivarianos falsetas, porque Simón Bolívar era un demócrata a carta cabal. ¿Puede ser considerado Bolívar un demócrata quien convencido como lo estaba, en reinar a Colombia (las hoy repúblicas de Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú), simpatizaba con ideas absolutistas? Con esas ansias de perennizarse en el Poder Público, los Socialistas del s. XXI sí me parecen que son bolivarianos y de los buenos…

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Recuerdo que siendo niño, y algunos años después, la ahora Parroquia Pascuales era un verdadero lugar de diversión para los citadinos Guayaquileños. Sitio en el cual los fines de semana, como hasta ahora, se degustaba nuestra deliciosa comida criolla (fritada, hornado, caldo de manguera, secos de chivo y de gallina, tortillas de maíz que son hornadas en un simpático tanque metálico y usando como fuego el producido por leña, etc).

Recuerdo además que Pascuales era el “sitio perfecto” de los enamorados con urgencia de contraer nupcias. Era frecuente “la fuga” de las parejitas en busca del Teniente Político de Pascuales para que los case, improvisando o no en el momento la lista de los testigos que la ley preceptuaba a fin de legitimar dicha unión. A decir verdad, en mi entorno familiar y social, cuento con más de una anécdota al respecto.

No hay comentarios

  1. Definitivamente que ya la historia esta juzgando los inmorales e ilegales actos que en su momento cometio el ex presidente norteamericano Richard Nixon.

    Me obligo a recordar que a traves del contenido de mi primer articulo escrito para nuestro querido diario «Desde mi Trinchera» (1era. y 2da. Parte), analizo precisamente y en detalle, el espeluznante contenido del documento, «MEMORANDUM MSSN 200», desclasificado en su momento por el Departamento de Seguridad del Estado Norteamericano, en donde se da avida cuenta de la absurda y maqueavelica forma con la que Nixon se manejo en su epoca presidencial.

    Todo esto realmente se constituye en una inmensa pena y verguenza a la vez, pues nuestro gran vecino del norte se ha caracterizado por ser un pais que pregona constantemente los codigos conduncentes a vivir siempre en plena democracia.

    Claro esta que, para mantener vigencia de moralidad en cada uno de nuestros diarios actos, debemos siempre ser consecuentes con los demas, para de igual forma demostrar con ejemplos cada uno de esos postulados.

    Por otra parte, bien vale la pena añadirle el siguiente comentario: «Hugo Chavez, ademas de ser un agrio payaso de circo en decadencia, y como consecuencia logica, es una clara y contundente antitesis del libertador».

    Lo felicito por su articulo.

    Raul Ramirez O.

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