Al parecer quienes colaboran con el Gobierno de la Revolución Ciudadana siguen el ejemplo de su líder máximo, son incuestionablemente los dueños de la verdad. Cualquier discusión terminará en un ultimátum impuesto por el revolucionario. Ejemplos encontramos a millares surgir.
Un funcionario del Banco Central al defender el incremento en las tasas de consumo, dijo que las clases más desposeídas no tienen derecho a adquirir lo que se denomina “doras”; nuestro sufrido pueblo no puede comprar refrigeradora, licuadora, etc., limitándose al antiguo guardafrío, espumadera, etc. Nadie debe contradecir lo aseverado, es Dueño de la Verdad, peor podrían hacerlo los banqueros cómplices de la situación financiera en que nos encontramos.
Un Ex Ministro de Seguridad Interna y Externa, sostuvo que en el país hay un complot desestabilizador orquestado por la Prensa y la CIA. Habló en el Congresillo hasta el aburrimiento, solicitando se investigue su versión. Disparaba a diestra y siniestra con el afán de defenderse de los Medios de Comunicación y Periodistas pagados por la CIA. La generalización sin puntualizar nombres es parte de la estrategia política que emplean Los Dueños de la Verdad.
La orden de espiar a Jueces y Fiscales no tiene responsables según el Gobierno. La Policía a través de la Unidad de Operaciones recibió la disposición de realizar tareas de contrainteligencia para evitar actos de corrupción. Los Funcionarios del régimen encargados de la Seguridad salen al paso y desmienten que se haya dispuesto tal espionaje, Los Dueños de la Verdad le quitan el piso a Generales y Comandantes de la Policía. No obstante, existen informes al respecto.
Vivimos respirando mentira, cogidos en una red de farsa o disimulo, y la verdad, siempre la verdad, solo la verdad, termina por parecer locura.
GASTAR SALIVA EN VALLEJO ES DESPERDICIAR TIEMPO EN UN POBRE HOMBRE ORQUESTA, YA QUE SIEMPRE LO ESTÁN REMOVIENDO DE AQUÍ PARA ALLÁ…Y EL FELIZ…ES QUE ESTÁ EN NUBES ROSADAS, Y ES BONITO TODO A VACA..COMO DICE EL VULGO. CREERLE A LARREA ES HARTO DIFÍCIL POR NO DECIR IMPOSIBLE, «MENTIROSO».
Desde el inicio de este gobierno pro-comunista, se instauró el vicio de torcer la verdad. Todas las medidas impopulares, a veces ilegales pero todas en contra del interés del pueblo, especialmente lo más necesitados, fueron «maquilladas» para hacerlas parecer como resultado de la profunda preocupación del gobernante para proteger la economía del país. Así, se gravó groseramente la importación de muchos productos de primera necesidad, entre ellos el calzado, lo cual ha dado como resultado que la clase media y baja no tengan acceso a un calzado de calidad, puesto que jamás el gobierno se preocuó en los dos años de gobieno de fomentar la industria nacional. El impuesto obedece a la necesidad de dinero que tiene el gobierno, luego del despilfarro de los miles de millones de dólares del sobreprecio del petróleo, pero el gobierno dice que es para proteger al artesano y la industria nacional. La ministra de Salud responde al cuestionamiento que se le hace por la insuficiente prestación de los hospitales estales, diciendo «que están saturados porque la gente confía en el servicio que les presta ahora el gobierno de la revolución», cuando la verdad es que debido a la crisis y el auge del desempleo, muchas personas que jamás solicitaron los servicios públicos de salud, se ven en la necesidad imperiosa de utilizarlos. Las carencias siguen iguales que en los gobiernos anteriores y los problemas con los médicos impagos, también. Como estos hay muchos otros casos, pero el último escándalo lo ha provocado la cínica pretensión de aumentar los intereses de las tarjetas de crédito, dizque para que «los pobres no adquieran artículos suntuarios (doras)».
La declaración del Presidente del BCE puede interpretarse de diferentes formas: una visión machista (los pobres, no las pobres), muy poco uso hacen de lavadoras, licuadoras, aspiradoras, refrigeradoras, etc., pues son ellas las que se benefician con el uso de estos artefactos para aliviar el trabajo doméstico. Otra, discriminatoria, sólo nuestras mujeres de clase media y alta deben cuidar su manos y ahorrar tiempo para jugar al bridge, telefunken o simplemente salir de vitrineo a los centros comerciales. Lo que queda bien en claro es la pérdida de la real perpectiva de las cosas, cuando se trata de complacer los deseos de su majestad Rafael y sus «muchachos», fluye el servilismo y se deja a un lado la moral,las buenas costumbres y hasta la propia hombría de bien. Pero este funcionario del BCE, lo único que ha hecho, es lo que han hecho otros, como Chang, Duarte, Larrea y el largo etc. de ministros sin personalidad para defender sus puestos sin perder su dignidad. Otros como el alto mando militar, prefieren callar y no exponerse a perder sus canonjías.
Excelente su artículo, doloroso a más no poder, que revela la triste situación que vivimos.
I. Hurtado Y.
POR FIN LOS MEDIOS DE COMUNICACION DE LOS BANQUEROS DEJARON DE SER LOS DUEÑOS DE SU VERDAD PARA DESINFORMAR AL PAIS AHORA EXISTEN LEYES PARA QUE LAS CUMPLAN AHORA SI DEBEN ONFORMAR LA VERDAD QUE ALEGRIA
Este es el gobierno de la mentira y de las manos sucias. Sus ministros tan solo cumplen órdenes del Presidente para no perder sus puestos. Y ahora hasta nos quieren quitar la libertad de expresión. Es hora de que nos levantemos y salgamos a luchar por el Ecuador. Felicito a Capucho y a todos los que hacen Desde mi Trinchera, pero tenemos que hacer algo mas para no terminar como Venezuela
Guadalupe
Que los medios sean oficiosos ecos descerebrados de los malvados banqueros, es un artilugio recurrente de los socialistas. Argucia sostenida sólo por la terrible envidia que no pueden ocultar.
Quien pretenda hacernos creer que la gente es tan poco inteligene como para no distinguir lo cierto de lo falso, debe volver a la escuela a estudiar y no dárselas de superior moral.
Increíble que alguien desee escudarse en las balandronadas del insultador cobarde sabatino para mencionar el término «de cumplir con la ley», cuando el gobierno se afana en ocultarnos su ineficiencia económica y la caterva de nuevos ricos burocratizados con sus insufribles cadenas semanales. O sea, el burro hablando de orejas. No hay mayor deformador de la verdad que el mismo régimen.
Lástima que hay muchos que creen que los reglamentos emergidos con el disfraz de [seudo]leyes, sean la solución eficiente a la descomposición moral que reina con mayor fuerza desde la larga noche electoral.