Con la caída del muro de Berlín en 1989 y luego el colapso de los regímenes comunistas de Europa, se creía que el futuro político de todos los países socialistas estaba destinado a un fracaso similar. Han transcurrido más de 20 años, China constituye un modelo y una paradoja difícil de explicar.
La URSS fracasó y se disolvió en 1992, no fue capaz de transformar la realidad económica de los países que conformaban esa unión. China Popular, a pesar de haberse iniciado tres décadas después, manteniendo el régimen político de su país, sí ha logrado transformar su economía y despuntar hoy como el nuevo milagro económico de Asia. Fueron capaces de adoptar reformas que les permitieron crecer y girar a tiempo hacia una economía de libre mercado, basada en un modelo exportador.