Combatir la pobreza

Me considero contrario al Socialismo del Siglo XXI porque siguiendo el ejemplo de Venezuela e intentando emular a la Cuba de Castro, hace mucho énfasis en combatir la pobreza. Combatir la pobreza es la manera de amancebar un pueblo, de mantener dormidos los ideales, de bajar la capacidad individual del ser humano y convertirlo en un simple rastrojo que no sirve para nada.

El país no necesita combatir la pobreza sino eliminarla, y la única forma de acabar con ella es generando riqueza. Ahora bien: Hay dos formas de producir riqueza y una sola es válida. Se puede lograr riqueza vendiendo lo que se tiene en casa. Esta es la manera fácil de obtener dinero, pero significa perder las posesiones. La otra forma es produciendo, pero ésta significa esfuerzo, trabajo y crecimiento social, económico y de autoestima.

La primera forma empobrece a la larga y es la que ha usado el Ecuador desde que se descubrió el petróleo. Conduce solamente a la ociosidad, a la viveza criolla o a vivir pobre y mantenido. Si bien es cierto que hay unos cuantos que pueden desear este tipo de vida, sobre todo los pillos “mareístas” (los que busca estar siempre en la cresta de la ola del poder) y unos pocos vagos, creo que la gran mayoría de los ecuatorianos queremos progresar, subir en la escala social y económica del país por medio de nuestro esfuerzo, de nuestro trabajo. Lo que pedimos es oportunidades de desarrollo, creación de fuentes de trabajo, oportunidad de capacitarnos, de estudiar, de fortalecer nuestras familias, de poder llevar una vida digna y mantenernos por nosotros mismos y poder ayudar a nuestros hijos a crecer y a superarnos a nosotros por medio de su esfuerzo, de su estudio y de su dedicación al trabajo, con conciencia social.

Para ello se requiere crear fuentes de trabajo, atrayendo la inversión, dando facilidades para el crecimiento económico, pensando, como destaca Covey en la ley de la abundancia, no en la de la escasez.

Hay que crear en el país una cultura de igualdad social. Ayudar a crecer a los demás, no poner trabas al crecimiento. La igualdad correcta se logra por medio de la mejora en la calidad de la educación y de los servicios, por el respeto a los lineamientos de la Doctrina Social de la Iglesia, que no son lineamientos católicos, ni siquiera cristianos, sino universales, que han sido rescatados desde 1891, con la “Rerum Novarum” del Papa León XIII y que son la base en la que se debe implantar una sociedad justa, equitativa y solidaria: El bien común, el destino universal de los bienes, la subsidiaridad, la participación y la solidaridad, siempre basándose en la dignidad del hombre y en los 4 fundamentos básicos: Verdad, Libertad, Justicia y Amor, con Respeto, Integridad y Responsabilidad.

Ruego a las autoridades meditar, reflexionar, discernir y si aceptan estos planteamientos, enderezar el rumbo y buscar en el amor, no en la confrontación, el destino de nuestra patria.