Evaluación Humillante

“La educación es sustancia vital, por lo que es imposible hacer de ella una ciencia predecible sin alimentarla y medirla constantemente” – La Revolución educativa –

Barylko

¡Claro que el maestro!, como todo individuo que ejerce una función, de cualquier clase, tiene que ser evaluado;

Además que, ninguna evaluación es absolutista; lo malo es que el discurso de hoy, en cuanto a “los exámenes a los profesores” es netamente politizado y manipulado ante una sociedad, que vive suspensa de una educación pública deficiente cuya causa es la mala preparación del docente.

Pero entiéndase, “mala preparación”, cuya victima es el maestro que sale de los Institutos y universidades, con la urgente obligación de no solo de completarla, sino continuar constantemente en ella.

¿Quién ha dicho que un examen califica al ser humano?

La calificación, es el resultado de un proceso evaluativo y en ningún caso es más complicado como en educación, donde no solo una persona es el autor, sino cada uno de los alumnos a quienes enseñan; unido a ello todo lo que tiene que ver con currículos, planes, programas y un pénsum que, aquí en el País, es cada día más complicado porque, quienes dirigen la educación, hacen de la necesidad de un nuevo conocimiento una asignatura más (Nuestros currículums espantan a los países desarrollados).

¿Acaso puede señalarse como incapaz y desahuciar a un maestro porque falla en el examen de conocimientos generales? peor humillarlo vociferando contra él? como lo hace “su majestad” (conste que no le falto el respeto; más bien lo halago)

Jamás, como ahora, fue maltratado y vejado el maestro, ni puesto en la picota ante la vindicta pública porque no acepta un examen. Estoy de acuerdo con la UNE, por oponerse a “los exámenes punitivos”

Y más aún, con las intenciones protervas de “sustituir” a los profesores en función, por “maestros jóvenes, que están esperando para ocupar sus puestos”.

¡Qué aberración tiene contra los viejos y una obsesión por los jóvenes y adolescentes! (¿?)

Qué lastima que el Señor Ministro de Educación, cuya elección por este gobierno lo considerábamos efectivo, para llevar a cabo el Plan Decenal de Educación que, aprobamos para su ejecución, y proponía preparación continúa del maestro ecuatoriano con la calificación para del personal educativo, nos ha fallado; más aún cuando la Constitución presente Art. 349 “el Estado garantizará al personal docente en todos los niveles y modalidades, estabilización, actualización, formación continua y mejoramiento pedagógico y académico… Hablando también de establecer “un sistema nacional de evaluación del desempeño…”

Y sistema significa todo un engranaje de reglas y metodologías, como un proceso que tiene diferentes espacios en el desempeño docente: desde la parte filosófica, técnica, científica didáctica y cultural que debe comenzar con la autoevaluación de los mismos docentes, a la coevaluación, con las direcciones de áreas y directrices del Plantel, más la supervisión gubernamental y en lo relacionado con los exámenes o pruebas, siempre con una preparación previa, ya que no deben ser sorpresivos, ni con la finalidad de hacer caer al examinado.

Y lo esencial, cómo decía el gran maestro Uscátegui! éste y todos los gobiernos deben tener presente que un estado necesita en su economía un cuantioso financiamiento, que cada vez exige más para el desarrollo de la educación, y en un mundo cambiante del siglo en que vivimos, donde los conocimientos son cada día mayores y diferentes, que si no hay preparación continúa hay fracaso educativo que redunda en todas las ordenes del Estado.