Educación y comunicación
Otro problema en el proceso educativo es precisamente el de la comunicación y relaciones. Si no se reinventa la forma de ensenar, se corre el riesgo de formar profesionales ciegos, sordos y mudos.
La educación, cada vez más, se encierra tanto en descripciones de lo obvio, en teorías que nunca son aplicadas, que los estudiantes no llegan a ver mas allá de las paredes del aula o de la pantalla del computador. Muchos egresan graduados sin saber hablar y escribir. Es decir salen mudos y no aprenden a escuchar ni a pensar. Aquí urge un cambio porque un liderazgo con este perfil poco tiene que decir en un proceso de legitimación.
Pero hay algo que preocupa tanto como lo anterior. Se vive en la sociedad de la información y la comunicación y por ello además de tener el dominio de la tecnología, para incorporarla a la cultura corporativa que está en expansión, es necesario revalorizar la condición humana. El siglo XXI tiene que ser el siglo del equilibrio institucional y del predominio del hombre como ser pensante y emocional. Hay que comprometerse de una vez y generar los cambios para evitar que se siga con la misma retorica sin realización de los últimos 50 años y que por el contrario en el futuro próximo se discutan los logros de los países latinoamericanos, construidos con base en un eficiente proceso de relaciones y comunicación.
Una nueva forma de pensar
Los cambios en el comportamiento científico se identifican con el tránsito de la modernidad a la postmodernidad o simplemente se habla del fin de la modernidad occidental, para dar paso a nuevas formas de producir ciencia. Un nuevo orden que no solo toca las bases de lo valorativo y lo epistemológico, sino que también sugiere transformaciones en el proceso decisorio de las organizaciones. Y una de ellas, la mas importante es la valorización de la persona.
Una referencia muy breve a la teoría del caos nos revela el progreso de las ciencias naturales y su acercamiento conciliados a las ciencias humanas especialmente a la gerencia. Hoy estamos más enterados de las relaciones de los sistemas con su entorno y de la importancia del tiempo como revolucionarios silencios de las organizaciones. Pues de lo que se trata es de asociarse para ganar el futuro en buena lid y estas rupturas invitan a perfeccionar relaciones para avanzar en medio del conflicto, siempre confiando en un liderazgo con sentido ético.