La nueva y larga noche neosocialistaloide

Vociferaban contra un sistema mafioso en el que se privilegiaba intereses privados de los allegados al régimen de turno. Correa llegó a representar la panacea para estos males y el electorado creyó llegada la hora de las manos limpias y de los corazones ardientes que acabarían con el “stablishment” .

Mas resulta que el sistema sigue incólume y el sol no se levanta, pues la noche neosocialistoide reemplazó apresuradamente a la neoliberal : en pocos días surgieron los pativideos , siguieron las contrataciones de un equipo ministerial que incluía a un tragacheques y a su titular entrando y saliendo de la cárcel y , para no abundar más, hoy aparecen las contrataciones del Estado con un hermano de nuestro Presidente.

Lo irrisorio – por no decir indignante – es que se quiso justificar los hechos con sofismas legales y cinismo ético . Se esgrimió una peculiar filosofía gubernamental para explicar una vulgaridad que simplemente se limitaba a repetir viejas corruptelas. Según el Gobierno, debíamos atenernos a los resultados. Así, el eventual perjuicio sólo se apreciaría al final de la obra o del negocio. Si no había daño, el contrato era bueno y válido. Si el pariente cumplía, todo valía. Se daba así la bienvenida al “revolucionario”e inmoral tráfico de influencias , libre de toda sanción a menos que el beneficiario finalmente incumpla sus obligaciones. Hasta tanto, ¡ no molesten, pendejos! ¡ Respeten la libertad de contratación!

Luego se dio otro giro a las cosas y se adujo que las personas jurídicas contratantes no debían confundirse con las personas naturales. ¡ Gran descubrimiento jurídico! Afirmar, entonces, que los contratos fueron celebrados con el hermano del Presidente, resultaba aventurado y falaz. Pero lo admitió el mismo contratista, quien con inesperada sinceridad describió a una de sus empresas como “cortina”, creada para… ¿ Para qué sirven las cortinas ? Pues `para proteger, cubrir , quitar de la vista, impedir que penetre la luz , dar otra apariencia y, finalmente, si se es respetuoso de las leyes de los paraísos fiscales (de los que tanto despotrica Correa ), remitir obligadamente utilidades a la holding extranjera. Operaciones éstas que dibujarían a un hombre “razonablemente listo”, por autodefinición. “No aparezco en ninguna parte” fue una brillante frase que lo resume todo. Me pregunto qué habría dicho el gobierno si “ong>aparecía” un hermano de Lucio Gutiérrez detrás de algún contrato petrolero.

Aclaremos la situación que espectamos : no discutimos si los contratos fueron provechosos o no para el Estado. Tampoco debatamos si ha habido peculado por parte de funcionarios serviles y complacientes. Lo que se condena es el tráfico de influencias , un cáncer que corroe a la administración pública y ensucia las contrataciones, urdiendo falsas imágenes de competitividad, manteniendo emergencias imperecederas y “abriendo las puertas” a los privilegios familiares. La Ley de Contratación Pública , a pesar de sus defecciones, tenía un objetivo preciso : transparentar la contratación y proteger los dineros públicos. Tal transparencia no se ha logrado. La “noche neosocialistoide” le salió al paso con sus antojadizas interpretaciones y con los exabruptos reglamentarios dictados con la precipitación y autoritarismo que han caracterizado a este Gobierno.

La Constitución es hoy una damisela más de una vez violada. Ninguna Ley existe si contradice la voluntad presidencial. Se dispone que respetemos los contratos que beneficiaron a una persona inhábil ( que superarían los cien millones de dólares) y en hipócrita actitud moralista se dispone que los nuevos correctivos – presuntamente éticos – comiencen a regir de ahora en adelante. Para quienes vengan después del hermano. Recuerdo a un amigo que, ante el peligro del avance mundial comunista , medio siglo atrás, cantaba suelto de lengua: “Que me dejen mis cuatro haciendas…… y que viva la Internacionaaaal”

¿ Desea usted, lector, más evidencias de la autocracia que hoy vivimos? ¿ Cuántos abusos más debemos presenciar para que usted y los suyos se convenzan de que quienes nos gobiernan no son razonablemente “listos” sino compulsivamente autócratas ? Estamos a un paso de que se sistematice el abuso del poder, llegado lo cual no tendrán necesidad de llamarse “listos”.

El tráfico de influencias no está tipificado como delito ni castigado en nuestra legislación penal.. Pero el Ecuador lo reconoció como figura delictiva al suscribir la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción y publicarla en su Registro Oficial 166 de Dic.15-2005, comprometiéndose a incorporarla y castigarla en su legislación penal . Esto no se ha dado, incurriendo el país en mora ante la moral pública internacional. ; omisión por la cual, quienes practican y se benefician de ese tráfico, están impunes y a salvo de sanciones. Sólo podemos optar por las condenas morales que conlleva esa aberrante y corrupta práctica que desmiente los postulados revolucionarios que nos vomitan a diario .

¿ Qué diferencia existiría entre los contratos divulgados por Diario Expreso y los préstamos bancarios otorgados a empresas “vinculadas” a banqueros, cuyos bienes se incautaron en nombre de la revolución socialista, manteniendo órdenes de prisión contra aquellos ? ¿ No debieran operar también en éstos la filosofía del resultado final y de la no identificación entre personas naturales y jurídicas? Esas empresas deudoras – según se afirma – pagaron en su gran mayoría a los Bancos acreedores y no habrían causado pérdidas. Los resultados serían buenos y Correa , coherente con su nueva filosofía frente al tráfico de influencias, debería aplaudir a sus autores en lugar de perseguirlos.

Esa filosofía, inventada por una revolución que marcha a gatas con el auxilio de una docena de alcahuetes políticos que quizás – sólo quizás – creyeron un día en el verdadero cambio, funcionaría también para los viejos casos , así como se pretende que hoy funcione para los nuevos.