Lando Buzanca es un actor muy recordado de la década de los setenta. Es de la generación de comediantes de Vittorio Gassman, Ugo Tognazzi y Alberto Sordi, quienes dieron brillo al género de la comedia en la cinematografía italiana.
En 1.974 protagonizó, junto con Joan Collis la película “El árbitro” desempeñando el rol de Carmelo lo Cascio, que hacia culto y gala de su profesión redimiendo para sí el halito de infalible e incorruptible. Reservaba para sí modales peculiares y protagónicos cuando arbitraba un partido, y buscaba a toda cosa ser considerado y reconocido para llegar a figurar en un campeonato mundial de futbol.
Hace lo imposible por mantenerse en forma y por llevar una vida ejemplar, aunque termina trastabillando ante los deseos de su insaciable protagonismo, y en el partido del Derby Milanés, pierde los papeles pues lo alargó indefinidamente hasta que entra la ambulancia y lo encierran en un clínica para enfermos mentales, víctima de sus fijaciones y obsesión por mantener el protagonismo total. Ya hace muchos años que vi la película, y ahora así de súbito me la recordé, quizás estimulado por los acontecimientos que se suscitaron alrededor del frustrado salvataje de la democracia en Honduras.
Sucede muchas veces que uno pierde la compostura y el sentido común porque la imaginación le hace pensar y actuar por encima de la realidad. Cristina acaba de perder unas elecciones y requiere remontar el marcador. Rafael tiene que huir del desbocado de su hermano, quien habla más y tan sin control como él. Fernando Lugo huye de sus hijos que le salen por doquier por debajo de la sotana. Para eso se trepan al avión y le apuestan a la revolución perdiendo el rol de presidentes y representantes de los pueblos que los eligieron para velar por los intereses de sus propios pueblos.
Sin duda que esa obsesión y afán de protagonismo, les conduzca al manicomio o al menos sino al trastorno de su personalidad y al trastorno de las prioridades y del mismo gasto público. Dos aviones se movilizaron en ir y venir de Washington correteando por toda Centro América. Se transportaron más de ochenta personas. Simplemente la escena me parece más que cómica, surrealista. Es un guión que ningún libretista podría imaginar, pues de qué sirve gastar la cantidad de recursos que en seguridad gasta nuestro Presidente, si se quiere meter en el corazón de un enfrentamiento armado, dispuesto a meter el pecho buscando una bala hondureña que lo inmortalice por mil años, tal como él mismo lo ha expresado.
Palabras, palabras, palabras, como dice la canción porque a la hora de la hora decidieron ir a Nicaragua, porque si revolucionarios fuesen, debería ir por su cuenta a Tegucigalpa a manifestarse con pedradas y a aupar al pueblo para el levantamiento final a favor de sus ideales.
Para que la revolución de Correa triunfe en Ecuador se necesita que resuelva nuestros propios problemas, y que el éxito en esta gestión consagre su inmortalidad y los mil años de revolución. Realmente estoy preocupado por la salud mental de nuestro presidente, y si no es la salud mental, entonces será la salud emocional, que tan necesaria es para que la inteligencia triunfe con sus propias razones.
¡Brillante opinión! ¡Brillante! Este es el Henry Raad con el que crecí leyéndolo en El Telégrafo. Los vericuetos legales y constitucionales en que se pretenden empantanar a Honduras pierden vigencia cuando la realidad fáctica aplasta con su evidencia cualquier devaneo académico: socialistas ridículos. Chávez los embarcó y él ni tonto que fuera, desde Caracas monitoreo todo. Peones. ¡Cristina, Rafael, Fernando son unos perfectos giles! ¡Peones de un tablero rojo!
hasta ahora corre con suerte.
leon se lo hubiera comido vivo
jajajajajajaja me das risa Rafico
Cuando el mas vivo NO quiere poner la cara, manda al nuestro y al resto de bobos utiles a hacer papelones!!Pero la preocupacion mas grande es que el presi se ha convertido en un INQUISIDOR y desde una SUPUESTA DEMOCRACIA HA DESMONTADO EL ESTADO DE DERECHO APODERANDOSE DE LAS INSTITUCIONES!!!!!! La democracia no significa ganar elecciones(menos todavia cuestionadas), ni siquiera queremos que se vaya, sino que se quede aqui y gobierne bajandose del trono y haciendo un gran acuerdo nacional para sacar este pais del caos en que lo ha convertido.
El presidente Correa se dá el lujo de gastar lo que crea conveniente, de los recursos del estado, por supuesto, para obedecer las órdenes de su maestro Chávez, quien a su vez las recibe de los hnos Castro Ruz. No hay quien le pare el carro. Lo peor de todo es que con sus monólogos en todos los pueblos que visita, sin tener quien le replique, peor quien le debata, va sembrando su veneno contra la prensa corrupta, los pelucones, la partidocracia, etc. La gente sencilla que lo escucha repetir una y otra vez la misma farsa, finalmente cree que Correa es el salvador del país. Es por demás deprimente esta situación!
I. Hurtado Y.