22 noviembre, 2024

Los Simpsons y María Paola

María Paola apunta para rectora a tiempo completo de un internado que es lo que es el famoso Congresillo. Es un cargo soberbio que solo necesita un corcho para embotellar todo lo que su sola mente cocina. Vaya personaje.

María Paola por su conformación estética, su ceño y determinación absolutista daría a Matt Groening, creador de la serie que este año cumple 20 de aceptación televisiva, la oportunidad de mofarse a granel con los personajes de este gobierno de sabiondos que utiliza. Ecuador se semeja ya a ese pueblo ficticio llamado Springfield, no Macondo, donde Homero, Marge, Bart, Lisa y Maggie, satirizarían de lo lindo al “american live”.

María Paola se ha tomado en serio su trabajo de legislar por encima del pasado, y a sus cortos 28 años, es el personaje clave para determinar que es y que va o no va a incrustarse en la legislación del siglo 21. Como si el Ecuador no hubiese existido. Todo es flamante y novedoso.

Ella, María Paola en persona, tuvo que intervenir para que ese otro jovencito engominado en exceso llamado Antonio García, Presidente del Conartel, determine que el programa de Los Simpson, va o no en tal horario televisivo. María Paola intervino para evitar las burlas a su ley, y ya como presidenta de lo Civil y Penal del Legislativo impuso su criterio sobre aquel joven engominado de tan solo 27 años de edad.

No es que María Paola defiende a los Simpson, sino que ve como su ley fue mal aplicada por el joven García. La intención de la legisladora no contó con la estupidez humana, y ella piensa que sus criterios se imponen por obvios, y como si fuera los diez mandamientos de Moisés. Por eso se altera y derrota a García, para rescatar su ley y no caer ella en la burla que ha sido objeto esta decisión del Conartel.

Olvida que las leyes no son sabias por sí. Sabios son quienes bien las aplican y la revolución ciudadana se destruirá por ello, y por la vorágine de poder que se ha instalado en esas mentes lúcidas, demasiado jóvenes y demasiado ardientes.

Quien ha tenido la oportunidad de ser socializado por la SENPLADES y por María Paola, se encuentra ante un tribunal que con papel y lápiz en mano, escucha y escucha con el entrecejo fruncido. No hablan. Solo oyen y apuntan. Ahí termina todo, para ir organizando unos diez foros sobre el tema, para decir que se ha socializado. Total la ley sale en su tema de fondo exactamente como estaba dibujada al principio. Maquillan las formas para decir que han oído, pero todo queda igual al proyecto inicial.

Las mentes lúcidas realmente son mentes cerradas, poseídas por ese demonio que se llama revolución ciudadana. Poco a poco a poco aterrizaran conforme esas leyes soñadoras vayan autodestruyéndose, porque legislar es un proceso generacional continuo donde se van cultivando los errores y los aciertos del pasado en búsqueda del equilibrio y madurez de una sociedad determinada. No es que hay mala fe en María Paola, ni en Antonio García. Es la naturaleza humana que cuando se encuentra con poderes que se le otorgan así bruscamente se tropiezan y caen.

Les falta respetar el pasado donde hubo muchos soñadores que pusieron sus granos de arena, y que ahora ven como toda esa evolución jurídica se destruye por la audacia de unos jóvenes aupados por un energético presidente cuarentón que está poseído por el demonio del poder.

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  1. Usualmente comparto con Ud sus articulos, no en cambio las acciones y politica del Gobierno vigente, sin embargo aun no coincidiendo con la Asambleista Romo lo expresado por Ud en su 2do parrafo le hace quitar ya de entrada validez de lectura al analisis que plantea. Muy lamentable, hizo Ud. exactamente lo que ironiza semanalmente el Pdte y lo que por principio y principios rechazamos.

  2. Me gusto mucho su articulo, sobretodo concuerdo en que estamos en la era del «echando a perder se aprende», «del ensayo-error». Para mi es falta de humildad… Esta nueva clase política no busca consejo en la gente que ya ha vivido la experiencia de las cosas… y crean un sinnúmero de leyes y normas que se caen tan rápido como se les ocurrió… El aprender-haciendo, es un método para la escuela, el colegio y hasta la universidad… me parece irresponsable poner a experimentar con la Patria… porque para mi, todo esto es un experimento que nos están haciendo… Y quien sabe si no hay mala intención.

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