21 noviembre, 2024

Tangos

El tango es el grito del arrabal, lleva una mezcla de miseria, hambre, tristeza, lamento, adobado con poesía, sentimiento, ilusiones, sueños rotos, coraje, impotencia, y miles de características más que le dan a sus versiones una característica especial.

Hay tangos clásicos que salen a lucir a cada rato demostrando que los años no han cambiado, como la obra de arte de Enrique Santos Discépolo “Cambalache” que aún guardo en un rincón de mi mente los maravillosos momentos y vinos que nos hacia servir la viuda de Enrique, en ese pequeño “Bar Cambalache” donde en la pared blanca, atrás del piano, se leía la letra de su inmortal tango. Cuanto se describe en Cambalache, se sigue viviendo en el mundo.

Me vino a la mente la idea de hablar de tangos viejos, porque el ser humano y las cosas creadas por él, van deteriorándose en medida del mal uso que hacemos de ellas. Comparemos una de nuestras creaciones: La Democracia. La democracia fue creada para unión y desarrollo de los pueblos. No fue creada para destruir lo realizado, sino para su preservación y desarrollo.

En las guerras hemos visto como se perdieron muchas joyas arquitectónicas y estuvieron a punto de desaparecer muchas obras monumentales. ¿Por qué? Por el odio, el racismo, la violencia, la intolerancia, la ambición, la soberbia, vicios deformantes de la mente humana, que corroen el alma y convierten al hombre en un monstruo.

Hace 60 años el problema era el abuso del poderoso contra el menos favorecido, pero ahora estamos llegando a un sistema de trogloditas donde se enfrentan bandas de bestias a ver quien impone criterio a la fuerza por el poder de la mitad más uno, y éste no es el criterio con el que se fue creada la democracia. La democracia fue creada para lograr el diálogo, la conversación, la salud mental, la imposición de la razón por el diálogo, no por los votos, el buscar el bien común, no la repartición de tajadas del banquete. Las autoridades son electas por el pueblo para que en representación de ellos dicten leyes que permitan la justicia imparcial y por igual para todos, y la equidad y los principios enunciados por la Doctrina Social de la Iglesia.

Ver lo que ahora llamamos democracia, me recuerda el tango del mismo Enrique Santos Discépolo en 1928 “Esta noche me emborracho” cuando relata que ve venir a quien fue el amor de su vida, ahora “… chueca, vestida de pebeta, teñida y coqueteando su desnudez, parecía un gallo desplumao mostrando al compadrear el cuero picoteao, yo que sé cuando no aguanto más, al verla así rajé pa´no llorar. Y pensar que hace unos años, fue mi locura… que esto que hoy es un cascajo fue la dulce metedura donde yo perdí el honor!…” Pensando en la mujer que se describe y viendo a nuestra democracia, vale gritar con dolor en el alma: “Esta noche, me emborracho bien, me mamo, bien mamao, para no pensar”

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No hay comentarios

  1. Muy interesante artículo Jose Fernando. Se necesita imaginación y sutileza, para comparar a la democracia de esta forma a nuestra tan gastada y manoseada democracia, pero… tienes toda la razón! Has descrito perfectamente nuestros sentimientos actuales al compás de un viejo tango de arrabal.

  2. Buena comparación, José Fernando. La democracia ya es una palabra sin valor: hasta los déspotas se visten con su ropaje. Las elecciones son una farsa, pues el pobre pueblo siempre tendrá que votar por gente a la que no conoce y que está en las listas en el lugar que les corresponde según su aporte económico a las campañas.

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