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Las Tentaciones de Jesucristo
1.
Toda tentación
tiene algo de debilidad y vacilación ante el mal, y eso no concuerda con
Alguien en cuya divinidad creemos. Si tenemos claro qué es la tentación y quién
es Jesucristo – Dios y Hombre verdadero -, debe chocarnos que Él haya sentido tentaciones. La tentación, es,
además, en cierto sentido, un fenómeno degradante y bochornoso… Si los
Evangelios hubiesen sido escritos para denigrar a Jesucristo, para negar Su
divinidad y Su santidad, sería comprensible que se contaran Sus tentaciones. Pero,
lo chocante es que, siendo ellas lo que son, y teniendo los Evangelios el
propósito de ‘vender’ la persona de Jesús, y de difundir la religión por Él
fundada, los Apóstoles, pudiendo habérselas callado, van y nos las cuentan con
pelos y señales, con una actitud que de ‘políticamente
correcta’ no tiene un pelo. Una primera respuesta es que los evangelistas
se limitaron a escribir los hechos y dichos de Jesús, tal como sucedieron, independientemente
de la reacción de los hombres. Pero ahondemos más, con la ayuda de Dios.
Una nueva patria
Desde hace varios años se nos dice diariamente que estamos construyendo una nueva patria. Se nos argumenta a base de una repetitiva y millonaria propaganda, que estamos viviendo en una nueva república. Se nos repite a cada hora que jamás hemos vivido tan bien como ahora.
Nuestra convulsionada realidad es diferente. Estamos en un país con una sociedad fragmentada. El autoritarismo impuesto por los que ostentan el poder, ha hecho que los habitantes de nuestra patria tengan que tomar posiciones forzadas para alinearse políticamente.
Se ha conculcado el concepto de la libertad de elección. Ahora estás con el gobierno o estás contra el gobierno. Hace varios años el convivir democrático te permitía escoger la tendencia política que quisieras o inclusive escoger no tener ninguna. Hoy las cosas son diferentes. O estás con el gobierno o estás contra el gobierno.
Esta división no es un resultado casual.