21 noviembre, 2024

Las obras de Guayaquil

Los que no conocen el Ecuador y su historia, declaran que todo lo que existe en Guayaquil es obra del gobierno central y que los guayaquileños desconocemos el constante apoyo gubernamental.

Me hice el propósito de investigar el proceso que terminó con la construcción del “Puente Río Guayas sobre los Ríos Daule y Babahoyo”, denominación inicial conferida por el Directorio del Comité Ejecutivo de Vialidad al Puente de la Unidad Nacional también denominado Dr. Rafael Mendoza Avilés.

Hacia 1945 el abandono de las vías de la Provincia del Guayas era patético. El señor Guillermo Arosemena Coronel, con apenas 29 años, promovió junto a los señores Antonio Mata Martínez, José María Torres y otros guayaquileños, la creación del Comité Ejecutivo de Vialidad que tuvo como origen una resolución de la Comisión Legislativa Permanente del Congreso Nacional, del 21 de Agosto de l945, que autorizó la creación del Comité para desarrollar el plan vial de la Provincia del Guayas, a base de un impuesto al consumo de combustibles y bebidas gaseosas exclusivamente de los guayasenses que sirvió para pagar el préstamo al Banco Mundial para ese efecto, que fuera contratado en la década de los años 50 del siglo pasado con la intervención del Secretario Ejecutivo Sr. César Durán Ballén.

Habiéndose concluido la obra vial del Guayas desarrollada por el Comité Ejecutivo de Vialidad, se procedió a concretar la vieja aspiración de construir un puente sobre el río Guayas. Esto no era una novedad, ya que Don Eloy Alfaro Delgado había considerado la idea de construir un puente para el ferrocarril desde Guayaquil, desechando la idea y el punto de partida fue la Estación Ferroviaria de Durán.

El Banco Mundial daba su visto bueno para construir un puente de dos vías entre Guayaquil y Durán a un plazo de siete años, solución insuficiente para esa época, por tanto, una misión del Comité de Vialidad viajó a Europa y contactó con técnicos europeos la posibilidad de la construcción del puente. Es así como se consiguió la financiación directa de la obra de un Consorcio Italiano integrado con la empresa ecuatoriana Mena Atlas.

Realizada la licitación, y contando con los estudios técnicos del italiano Riccardo Morandi a un costo de US$ 79.758,00; mediante contrato firmado el 23 de marzo de l967, se emprendió la construcción a un costo final de los dos puentes entre Guayaquil – Samborondón, y Samborondón – Durán, y la carretera intermedia en La Puntilla; de US$ 19’750.000.- con una longitud de 2.865 metros para cuatro vías de tránsito. El Presidente Clemente Yerovi Indaburu dictó el Decreto No. 462 en Junio de l966 para que el Comité de Vialidad licite la obra y declaró la construcción “obra de interés nacional” comprometiendo al gobierno central a otorgar las garantías requeridas para la financiación de la obra, que se pagó con tales impuestos al consumo en la provincia del Guayas de combustibles y gaseosas, además mediante el peaje que se instaló en Eloy Alfaro, Durán. ( Datos tomados de los archivos del Ab. Italo Sotomayor Bernal y del historiador Guillermo Arosemena Arosemena.)

Muchos guayaquileños motivaron la decisión política para ejecutar esta obra, entre los cuales figura el Dr. Rafael Mendoza Avilés cuyo nombre le fue asignado al puente original, hoy convertido en un complejo vial de gran magnitud con la ampliación y reforzamiento del primer puente además del nuevo tramo denominado Carlos Pérez Perasso, entregado al uso público en el 2006 a un costo aproximado de Cien millones de dólares. En la actualidad el gobierno nacional ha emprendido la construcción de un nuevo tramo entre Durán y La Puntilla que aspiramos los ecuatorianos sea terminado en el 2010 a un costo aproximado de Ciento dos millones de dólares.

Esta obra construida por guayaquileños como queda dicho, ha beneficiado al desarrollo del país. Recuerdo haber viajado en gabarra para cruzar el río Guayas, medio de transporte rudimentario que los ecuatorianos debíamos utilizar para llegar y salir de Guayaquil, lo que demandaba dos horas o más de espera para el trasbordo y desembarque. De no haber existido la iniciativa guayaquileña de crear el Comité Ejecutivo de Vialidad en 1945, no hubiéramos logrado los guayaquileños en 1966 emprender esta obra terminada a inicios de los años setenta, que era impostergable para el desarrollo agrícola, comercial e industrial del Ecuador, pese a la absoluta desidia gubernamental que siempre ha hecho oídos sordos al clamor de obras de los diferentes confines de la patria, esta sí, de todos los ecuatorianos.

Resulta insólito que la naturaleza autónoma de los guayaquileños sea agredida por los propios ecuatorianos que sin conocer la historia de su país, lanzan denuestos gratuitos y reclaman autorías en obras que sin el concurso de los indómitos huancavilcas, jamás se hubiesen logrado, como el resumido caso del puente, pero que tomó a Guayaquil largos años de padecimiento y espera.

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No hay comentarios

  1. Gracias por su dedicación a la causa de los guayaquileños madera de guerrero. Por favor, difundir este artículo para taparle la boca al hijo desnaturalizado de Guayaquil y sus serviles.

    I. Hurtado Y.

  2. FELICITACIONES SENOR CARRION ME ALEGRO QUE AHORA DESPUES DE MUCHOS ANIOS DE ESTAR CALLADITOS AGUANTANDO TODO HAYAN VOCES QUE SE ACUERDEN Y DEFIENDAN LA VERDAD QUE LOS ADORADORES DEL CENTRALISMO INTENTAN SIEMPRE CAMBIAR, OTRA COSA QUE ME ENCANTARIA QUE LE CUENTEN A LAS NUEVAS GENERACIONES ES COMO LOS PATRIOTAS DE LAS FUERZAS VIVAS DEL GUAYAS EN LA EPOCA DEL ALCALDE JOAQUIN ORRANTIA LOGRARON TUMBAR A LA JUNTA MILITAR DE GOBIERNO A PESAR DE QUE FUERON APRESADOS Y LLEVADOS HASTA GALAPAGOS EJEMPLOS DE VALENTIA GUAYACA!!

  3. Ahora más que nunca es indispensable cerrar filas para defender a Guayaquil y toda su grandeza, que, lamentablemente y sin duda, pretende ser disminuida o desaparecida por un ciudadano que pese a haber nacido en esta ciudad, está dedicado por entero, desde la primera magistratura,a denostar no sólo a la ciudad sino a sus habitantes.

  4. Nebot y los que no trabajan:

    Cuando leí atentamente en los medios declaraciones del alcalde Nebot ante los empresarios me quedé aturdido y boquiabierto. No tanto por su invitación a la ?revolución de las chequeras? contra los pecaminosos y excomulgados proyectos de los CDRC, sino por su pensamiento poco ortodoxo acerca de cómo funciona la sociedad de consumo.

    Diario Expreso expuso de forma íntegra sus declaraciones: ?Estamos frente a un gobierno centralista, concentrador y totalitario que busca eliminar los derechos obtenidos por los empresarios para repartir lo que tienen quienes sí producen entre quienes no trabajan?. ¿De qué derechos adquiridos estamos hablando? Los derechos fundamentales del ser humano no han de ser. Esos no se obtienen, captan o negocian, son intrínsecos y naturales. Lo que se obtiene a través del libre mercado y la competencia son bienes, valores y servicios. De ahí el derecho de cada quien a tenerlos o no, a producirlos o no, a repartirlos o no, según lo enmarcado en la Constitución y las leyes.

    Pero siguiendo la perspectiva de Nebot, ¿las personas que no trabajan, no son partícipes de estos derechos? Y siendo un poco más enconoso: ¿se habrá puesto a pensar por qué esas personas no trabajan? ¿O será acaso que sí lo hacen, pero reciben lo justo para sobrevivir en la época de la esclavitud asalariada por parte de, ellos sí, los dueños de los derechos de producción?

    Esos que ?no trabajan?, según Nebot, son los que se ganan la vida como informales, y hay que perseguirlos. Los que desesperados por el bocado roban y hurtan, la ?sociedad bien? los condena. O los que tienen un empleo de miseria, ?gracias? a los que sí producen, deben romperse el lomo con dos o tres cachuelos más para lograr lo justo. Que no sean entes productivos de per cápita no los involucra en el territorio de los vagos, holgazanes o parásitos de una colectividad acostumbrada a aceptar los desniveles socio-económicos como algo natural y hasta necesario.

    El Alcalde trajo a colación, además, un pensamiento de W. Churchill: ?El defecto del capitalismo es repartir desigual la riqueza y el del socialismo es repartir por igual la miseria?. Si se lo sitúa en la realidad actual nacional, las medidas económicas adoptadas por el Gobierno buscan una redistribución más equitativa de la riqueza, a través de la recaudación fiscal, que se halla impoluta en manos de los grandes empresarios y banqueros. No es repartir miseria por igual, porque no se establecen límites a las posibilidades de producción, a la adquisición de bienes o servicios, simplemente el cumplimiento de una mayor responsabilidad social del tenedor de los medios de producción con su entorno.

    Nebot tiene todo el derecho a estar en contra del socialismo. Tiene toda la libertad para crear comités de defensa para su labor en la alcaldía. Posee autoridad para convocar a su estrato social a estar atento y ser activo en la lucha contra la revolución ciudadana. Pero no tiene por qué desmerecer a las personas que por circunstancias surgidas de la forma de entender el equilibrio social de la clase económica dominante, no son productores de plusvalía, y tan solo por eso ?no trabajan?.

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