La dictadura militar de la década de los 70 , coherente con su condición dictatorial, debía optar por algún mecanismo que le ayudara a controlar las libertades de expresión , de información y de opinión.
Por algo era un gobierno dictatorial, ayudado por botas y fusiles que no cabía utilizar a diario. Debían ,pues,legislar. Y el decreto supremo fue. Le siguieron algunas reformas de la “era democrática” , pero el contexto legal no perdió su genética dictatorial : siguió siendo un arma para cerrar el hocico de quienes el gobierno de turno considere “indeseables”.
Lo narrado representa el espejo en que se ha mirado, una y otra vez, el gobierno de la revolución ciudadana. Y no ha visto nada abominable en él. Al contrario, se ha aferrado con entusiasmo a las discrecionalidades que se le confieren y ha hecho uso de ellas pese al disgusto del concierto internacional. La víctima vuelve a ser Teleamazonas, empresa que, en su momento, estuvo conforme con la confiscación de Canal 10 (TC) .. Hay quienes sostienen que Teleamazonas felicitó al Gobierno por esa medida , pero no puedo hacer mía tal aseveración , bastando lo antes señalado para confirmar que no hay mayor pecado que el de la estupidez. Peor aún si va ligada a una ambición empresarial por igual de exitosa y egoísta.
Pero el caso es que lo dictatorial ha emergido nuevamente. Nuestro Presidente ha tronado contra Teleamazonas por entrevistar a un asambleísta que llevó consigo la grabación de un episodio que habría acontecido en el despacho presidencial , relacionada con alteraciones introducidas en el proyecto de Constitución.. Un tema que se reeditaba por segunda o tercera vez , denunciado con anterioridad por León y Martha Roldós y que dejó como saldo una Constitución violada antes de nacer . Todo un record en un tema de tanta magnitud como es el de la Carta Suprema del Estado. El Gobierno sostiene que se grabó una conversación concerniente a la privacidad de los protagonistas del episodio , negando implícitamente que la Constitución pertenezca al ámbito público, a la esfera de los grandes intereses nacionales, ni que se le haya mentido y engañado a la Nación toda, haciéndole aprobar un texto espurio . Y busca responsables de esa violación a la privacidad presidencial, restándole toda significación al tema de fondo. Mas, alguien debe ser culpable de lo acontecido. Cualquiera, menos los autores del delito que se habría cometido.
Paralelamente, un presunto sinvergüenza de Alianza País y un Juez Penal amazónico, pretenderían enriquecerse apelando a la extorsión, según Chevron, la que habría obtenido grabaciones de los pasos dados para consumar el inmoral intento . Nadie autorizó su publicidad. Hay delitos que se refugian en la intimidad y la extorsión es uno de ellos, por lo que la Fiscalía estaría actuando con evidencias subrepticiamente logradas que violarían los derechos humanos de esos supuestos pillastres. Pero he aquí que (volviendo a Crondelet) salen a la luz graves presunciones de haberse adulterado el texto de una Constitución Política cuya aprobación era segura, y en respuesta se invoca la consumación de los hechos , la ausencia de formalidades procesales y , de paso, se arguye que tratábase de modificaciones “de forma” y errores de buena fe por parte de una Comisión contratada precisamente para no cometerlos, rindiéndose culto a la mediocridad , ahora a todo nivel.
Quienes escuchamos la grabación, concluimos que Correa no sabía nada al respecto. Y concluimos también que el caso era de aquellos que no le importaba mayormente. Lo que le informaba telefónicamente el Gerente de AGD tenía superior interés : dos Diarios más podían sumarse a la voracidad totalitaria . Y la posibilidad de codearse con un miembro del Directorio de HOY, procazmente aludido y su autor premiado con risotadas adulonas y serviles, nos hizo comprender la satisfacción que experimentan al creerse asistidos por un poder sin límites . Creen poder decidirlo y resolverlo todo : bastaría un carajazo, un “chetumei” y cualquier cosa pretendida se logra . Ya se anunció, con frenesí y desde una tarima, que se clausurará Teleamazonas, anticipándose “oficialmente” a los hechos que daban por seguros. Lo que haga o deje de hacer ese Canal, sólo será un pretexto que culminará algún día con su clausura. Sobran las discusiones semánticas y los pueriles cambios de opinión de última hora. Lo único que perdurará es un odio visceral contra esa empresa, por representar un obstáculo a los planes totalitarios de la revolución. Camus afirmaba que aquellos que creen saberlo todo y resolverlo todo, acaban siempre por matar. Confiemos que no se llegue a tanto .
Aunque necesariamente aparece como responsable de la atrocidad cometida contra el texto constitucional, el presidente Correa no es el único culpable de esta barbaridad. Más responsabilidad y delito ha sido el cometido por el inmoral Corcho Cordero y sus acólitos cantantes Buenaño, Calle, Rodríguez, Romo, Panchana y etc., no digamos Vinicio Alvarado y Alexis Mera. Y Correa se atreve a llamar cloaca con antenas a Teleamazonas, cuando la verdadera cloaca con tentáculos es este gobierno vil, inescrupuloso y perverso.
I. Hurtado Y.
Estupendo artículo, como todos los que escribe Paco Cuesta. Felicitaciones por la claridad de ideas ordenadas en la computadora. Concuerdo con la opinión de Paco Cuesta.