Cada día mi decepción aumenta ante este desgobierno que nos tiene sumidos en un ostracismo ciudadano hacia lo político; pero a la vez mis esperanzas aumentan, porque percibo que los ecuatorianos nos estamos dando cuenta que lo que estamos viviendo, no es otra cosa más que lo mismo del pasado, pero con diferentes actores y bolsillos que se llenan con dineros que nos pertenecen a todos.
Ya es aburridor y cansino, escuchar a Fabricio Correa denunciando actos de corrupción de los miembros del “círculo rosa”, y a la vez a su hermano, defendiendo a sus sequitos, más aún, luego de analizar una encuesta a la que tuve acceso, y en la cual se confirma mi sospecha que esto es un gran tongo, una gran farsa, fraguada no sé por quien, (pero me imagino), ya que porcentualmente hablando, al menor de los Correa esta pseudo diferencia familiar, lo aumenta en popularidad, y al mayor, lo convierte de un empresario de la construcción anónimo, en un fiscalizador de la gestión gubernamental reconocido por casi el 90% de ecuatorianos, ¿NO LES PARECE UN EXCELENTE NEGOCIO?.