25 noviembre, 2024

La anexión de Guayaquil a Colombia en 1822: Segunda Parte

Para el segundo semestre de 1821, Guayaquil tenía representantes de San Martín y Bolívar, quienes mantenían frecuentes contactos con la Junta de Gobierno presidida por Olmedo. Además estaban acantonados soldados de Sucre, el cual a fines de ese año, estaba en Guayaquil. El convivir entre todas estas fuerzas no era fácil y las actitudes hostiles de oficiales colombianos mantenían preocupado a Olmedo; él evitaba que se originaran conflictos entre guayaquileños, colombianos y peruanos.

El 28 de diciembre de 1821, Olmedo envió una carta a Francisco Salazar, delegado de San Martín en Guayaquil, para alertarlo sobre lo que estaba sucediendo en los últimos días. De la lectura de la carta daría la impresión de que Sucre no podía controlar las actitudes agresivas de sus subalternos, quienes aprovechaban todo momento para vender la idea de la anexión a Colombia, o quizá él era promotor disfrazado azuzando a sus oficiales. En la carta cuando hay referencia a República, significa Colombia. Por lo extensa transcribo sólo las partes más importantes:

“La noche del 21 del corriente fue denunciado al Gobernador que algunos jefes de Colombia habían promovido varias expresiones que indicaban una maquinación contra el orden, pocos momentos después lo pusimos en noticia del señor General Sucre a efecto de que impidiese cualquier suceso desagradable y sus contestaciones fueron las protestas más eficaces para borrar toda impresión con el particular. Pero en la madrugada del 24 se presento dicho Señor General en casa del Gobierno con la nueva ….. que el Batallón de Vengadores había dejado sin cuarteles a la ciudad, … di parte de que algunos oficiales de Colombia montados, habían atropellado y dispersado la guardia… Estos antecedentes produjeron como era regular las reconvenciones más enérgicas del Gobierno al General Sucre quien se sinceraba absolutamente de tener la más pequeña noticia del movimiento hasta después que se hizo sin poder impedirlo…. Parece que se creyó conmover al pueblo, para que se proclamase a Colombia al entrar el Batallón, dando repetidos vivas a la Republica, mas el Gobierno que conoce la opinión pública estaba seguro del resultado. Efectivamente el Batallón volvió a las 6 a sus cuarteles tremolando el Pabellón de la Republica; pero el Pueblo no hizo novedad, y ninguna persona correspondió ni a los vivas, ni a las invitaciones que le hicieron tres Oficiales de Colombia que lo conducían”.

“Este fermento que es la señal de una guerra civil se ha sosegado a lo menos en apariencia con la salida del resto del Batallón, de los oficiales que causaron la subversión, y de algunos mas oficiales de Colombia que han seguido a la división. Sin embargo las continuas amenazas que se traslucen, mantienen a los vecinos en la inquietud que es consiguiente, pues recelan otra sorpresa. Pero sea lo que fuere del plan que se habían propuesto los seductores que se pinta hoy con diversos colores, en el que no cabe duda es que mirándose como un impedimento a la concencion? de la agregación establecida existe una pugna fuerte y continua entre el deseo de absoluta dominación que les amina, y los derechos de estos pueblos, que aparentan por lo que no es dudoso que a lo menos continúen la seducción principiada, a la que nunca faltan parciales entre los ambiciosos o corrompidos”

“El Gobierno no puede prescindir de hacer a Vuestra Señoría esta manifestación, porque aunque Vuestra Señoría mismo ha presenciado estos hechos, y ha visto pronunciada de altamente la opinión pública quiere depositar en sus manos este relato como un testimonio de la opresión que se intenta hacer a la libertad, y una prueba de nuestro constante esfuerzo de conservarlo”.

Los hostigamientos continuaron durante los primeros meses de 1822; habiendo sido informado San Martín de cada uno de los incidentes, se mantenía al día de los que sucedía en Guayaquil. Por el extenso número de cartas de Olmedo a San Martín, daría la impresión que Olmedo tenía mucho más afinidad con él que con Bolívar. Hay que recordar que al día siguiente del 9 de Octubre de 1820, Olmedo envió a Perú, una delegación de patriotas guayaquileños a dar la buena nueva a San Martín.

Las provocaciones de los colombianos hicieron que a San Martín le reclame a Bolívar en carta del 3 de marzo de 1822:

“Por las comunicaciones que en copia me ha dirigido el gobierno de Guayaquil, tengo el sentimiento de ver la seria intimidación que le ha hecho V. E. para que aquella provincia se agregue al territorio de Colombia. Siempre he creído que en tan delicado negocio el voto espontáneo de Guayaquil sería el principio que fijase la conducta de los Estados limítrofes, a ninguno de los cuales compete prevenir por la fuerza la deliberación de los pueblos. Tan sagrado ha sido para mí este deber, que desde la primera vez que mandé mis diputados cerca de aquél gobierno, me abstuve de influir en lo que no tenía una relación esencial con el objeto de la guerra del continente. Si V. E. me permite hablarle en un lenguaje digno de la exaltación de su nombre y análogo a mis sentimientos, osaré decirle que no es nuestro destino emplear la espada para otro fin que no sea el de confirmar el derecho que hemos adquirido en los combates para ser aclamados por libertadores de nuestra patria. Dejemos que Guayaquil consulte su destino y medite sus intereses para agregarse libremente a la sección que le convenga, porque tampoco puede quedar aislado sin perjuicio de ambos. Yo no puedo ni quiero dejar de esperar que el día en que se realice nuestra entrevista, el primer abrazo que nos demos transigirá cuantas dificultades existan y será la garantía de la unión que ligue ambos Estados, sin que haya obstáculo que no se remueva definitivamente. Entre tanto, ruego a V. E. se persuada de que la gloria de Colombia y la del Perú son un solo objeto para mí y que apenas concluya la campaña, en que el enemigo va a hacer el último experimento reuniendo todas sus fuerzas, volaré a encontrar a V. E. y a sellar nuestra gloria, que en gran parte ya no depende sino de nosotros mismos. Acepte V. E. los sentimientos de admiración y aprecio con que soy de V. E. su atento y obediente servidor”.

Comentario: Esta carta contradice la idea que San Martín quería apoderarse de Guayaquil a la fuerza.

Los originales de las cartas publicadas en mis artículos de los jueves, se encuentran en el Lilly Library de la Universidad de Indiana en Estados Unidos.

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No hay comentarios

  1. Senior Aresemema: Excelente articulo, la verdadera historia tiene que limpiar el polvo de los intereses politicos y economicos que se ha echado con la historia de Guayaquil, trabajo que ha venido arrastradose desde la epoca de la Audiencia de Quito. Sin duda alguna que Guayaquil en la epoca independentista eclipso por completo al reino de Quito y las elites poderosa de esa region aupados por el control centralista del autocratico de Bolivar, se negaron a reconocer a la Republica de Guayaquil.
    Sobre todo Bolivar, que no permitio compartir la gloria de la independencia con otros pueblos y personajes de la epoca, pues a San Martin lo saco de la lucha al no prestarle apoyo economico y a Guayaquil por INCORPORARLO A LA FUERZA A COLOMBIA.

  2. Excelente investigación!! Lo felicito, ya la verdad poco a poco se va conociendo y algún día aquellos que la quieren ocultar ya no podrán hacerlo. Viva Guayaquil!

  3. Excelente articulo, por sobre todo, muy esclarecedor. brindando al lector una oportunidad para que tenga su propio juicio, sería importante tener las respuesta de Bolívar a estas cartas, para tener una idea mejor.

    Gracias y felicitaciones

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