Una de los mayores retos que tenemos en la vida, es el de aceptar nuestras limitaciones. Poca gente tiene la sabiduría de poder lograrlo.
Hay ciertas Instituciones que no se pueden permitir el lujo de fallar. Una de ellas es el Banco de sangre. De la sangre puede depender la vida o la muerte de una persona. Respeto como el que más a todas las religiones y entre ellas a los Testigos de Jehová, aunque no esté de acuerdo con ellos en preferir la muerte de la persona, a que reciba sangre de otra, como no lo estoy tampoco con algunos grupos de nuestra Iglesia Católica, que prefieren la muerte de una madre a la ligadura de sus trompas, de la que puede depender la vida de ella si tiene un nuevo embarazo. Creo que Dios nos dio el poder del raciocinio para decidir y optar por lo racional.