21 noviembre, 2024

Galapagos ¿es realmente importante…porque vivimos aquí? por lo que significa para la Humanidad? o por lo que son ellas?

Después de vivir muchos años en estas islas, me he contestado en diferentes ocasiones afirmativamente a cada una de estas tres preguntas, validas todas, con subjetivas y objetivas respuestas a cada una de ellas, sin embargo lo único que puedo asegurar que cualquier enfoque que debamos darle al tema es ineludible la presencia irreversible e indisociable de nosotros, los humanos como parte integral de esta región.

Esta realidad no debe en todo caso excluir, más allá de estas preguntas con sus diferentes respuestas, que el manejo de sus recursos supera lo que una definición por conservación alcanza a expresar, pero jamás podemos en ningún caso quitarle la prioridad innegociable en mantener la sostenibilidad y cuidado de sus ecosistemas, teniendo presente en todo caso la inevitable acción de la presencia humana.

Esto conlleva tremendos retos; su conservación, el turismo que se desarrolla aquí, el humano que reside en la región con todas sus necesidades e impulsos, quien aun viviendo con las restricciones propias que demanda esta geografía especial y compensada en el privilegio de vivir con más elementos naturales que el resto de ecuatorianos, debe sujetarse a la necesidad de ser mas regulada su coexistencia en el lugar.

Hago estas reflexiones ya que justamente esta Nueva Constitución dispone un nuevo marco jurídico para Galapagos, ordenando una diferente estructura de administración regional, y permitiéndose que se pueda reformar la Ley actual. Esto puede ser una oportunidad, tomando en cuenta que la vigente Ley desde 1998, no ha dado mucho los resultados que se esperaban, no tanto porque sea mala sino por la incapacidad institucional y voluntad política de aplicarla debidamente. Crecimiento desmedido poblacional, riesgo de las Islas como Patrimonio de la Humanidad, agresión a los recursos naturales por propios y ajenos, incapacidad administrativa reflejada en un crecimiento desmedido de instituciones y dependencias dentro y fuera de Galapagos con indefinidas y súper posicionadas competencias y jurisdicciones.

El gobierno actual está planteando una propuesta de reforma a la Ley de Galapagos: una nueva Ley, en que analizándola simplemente ha determinado que la región no ha demostrado capacidad de autogobernarse, endilgando al humano que vive aquí todo el peso de incompetencias nacionales y de intereses de todos, condenándonos ahora a una propuesta que, asumiendo la búsqueda de la Conservación de Galapagos, no está permitiendo una participación de los actores directos, esto es de la sociedad civil que vivimos día a día en las islas.

El derecho a la participación, bien entendida, que debe reflejar la posición de la ciudadanía a través de una correcta organización, efectivamente no es perfecta, peor aun en Galapagos donde no puedo negar que el descontrol migratorio hace que realmente seamos muchos y por tal la presión de necesidades de toda esta gente presiona y afecta a las áreas protegidas y sus recursos naturales, pero por tal no puede tampoco restringirnos derechos, más allá, los que por el costo de vivir en estas islas de alta sensibilidad son lógicas y aceptables su restricción, pero aquellos otros como el de la participación y garantías mínimas irrenunciables que como ciudadanos ecuatorianos y del mundo tenemos -no podemos permitir que sean soslayadas.

“El establecimiento de políticas, la planificación y el desarrollo de la provincia de Galápagos, se regirán por los siguientes principios: … limitando su conectividad con el continente y entre islas, a los niveles definidos por el Consejo de Gobierno.”

“ -El principio de precaución, el cual se aplicará en todos aquellos casos en que existiere duda sobre el impacto ambiental que pudiere causar al ecosistema o biodiversidad de Galápagos, cualquier acción u omisión, aunque no exista evidencia científica del daño….”,

Son ejemplos de los Principios que la propuesta de Ley del Gobierno pretende, al igual que las otras a Nivel Nacional imponer el régimen en el país con una absurda monolítica postura y de criterio.

La Ley de Galapagos debe construirse con la participación de todos los involucrados del quehacer de las Islas, es el destino de la región, como así también de las personas, amparadas en esta o cualquier Constitución, pero más que nada en Principios de derechos humanos y civiles de respeto a su condición inteligente de definir su destino.

Mas allá de la pregunta inicial: qué es lo mas importante en Galapagos? y siendo cualquiera la respuesta, jamás no podremos desconocer lo excepcional del archipiélago, lo que nos conlleva a precautelar sus recursos naturales para el presente y el futuro sobre todas las cosas, pero ese fin no puede a costo de tal, vulnerar que el camino del día a día deje de respetar y buscar la armonía de la naturaleza con los humanos que hacemos las Islas.

La sociedad civil de Galapagos no quiere más migración, quiere un manejo responsable y sostenible de los recursos naturales, quiere que el Estado regule el manejo de la región con la participación adecuada de la ciudadanía a través de sus representantes; quiere que la Ley se construya desde la región. No podemos aceptar una Ley simplemente porque es la voluntad de unos cuantos que circunstancialmente cumplen una función pública y que han confundido que por trabajar a órdenes de la opinión particular de un mandatario se considere que esta pueda ser más correcta que la decisión participativa de muchos conocedores de las diferentes áreas, sectores y experiencias que significa la realidad de Galapagos.

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