Cuando se lee la propuesta gubernamental condensada en el “proyecto de ley de educación” presentado por el Ministerio a cargo del Lcdo. Raúl Vallejo ante la Asamblea y se relaciona su texto con la evidente realidad que vivimos los educadores en escuelas y colegios ecuatorianos, lo primero que salta a la mente es… ¿quién escribió esto?.
Luego, de manera más sosegada, el lector entiende que los autores son técnicos y tecnócratas sin ninguna experiencia docente y que seguramente no han tenido la oportunidad de trabajar en el aula con niños, niñas o jóvenes. Entonces, una segunda pregunta es… “¿acaso no existen en el Ecuador educadores que con experiencia, conocimiento y probidad pudieron hacerlo mejor?”. “Al menos sin sectarismos y pensando en el bienestar de los educandos…”
Afortunadamente, la subcomisión de Educación formada en la Asamblea para el estudio específico de esta ley de educación, decidió cambiar tal propuesta sustancialmente –al menos eso es lo que parece hasta ahora previo a que pase el proyecto al plenario para su primer debate-. Sin embargo, todavía no podemos tener claro el tema, pues pueden darse “cambios” de última hora, tal cual ha ocurrido con otros proyectos, así como las naturales observaciones –ojalá para bien- que se sirva hacer el plenario a instancias del debate. Hasta tanto todo se mueve en el ámbito de las “posibilidades”. Por otro lado… ¿habrá debate o se impondrá el criterio de la mayoría?. Estaremos vigilantes.
Tanto los funcionarios ministeriales como los asambleístas deben tener claro que lo que están trabajando no es una… “simple ley”, ellos tienen en sus manos y en su intelecto… ¡el futuro del país!, que es el mismo de los niños, niñas y jóvenes ecuatorianos, quienes tendrán una mejor o una peor educación en función de los lineamientos que este conjunto de orientaciones condensadas en la ley de educación disponga. Por tanto, y en mi humilde entender, nos estamos jugando como país la mejora o el estancamiento de los próximos cincuenta años. El tema resulta fundamental, por encima del tratamiento que pueda dársele a otros proyectos que se tramitan al momento en Quito.
Uno de los avances más significativos de la propuesta parece ser el clarificar desde el principio que la educación pública y la privada son dos alternativas para la consecución de un mismo fin. En el proyecto ministerial se intentaba meter a todos “en el mismo saco” y debe haber sido muy difícil para los asambleístas de la mesa deshacer el problema. Probablemente puso a pensar a los “padres y madres de la Patria” pues los ámbitos formativos mencionados constituyen el 60 y el 40% respectivamente de la totalidad de los educandos en los esquemas regulares.
Revisando el informe que ya ha sido entregado a la Presidencia de la Asamblea y firmado por el doctor César Rodríguez para el primer debate se percibe un proyecto ampliamente mejorado de aquél que presentó el Ministerio de Educación y es esperable que se enriquezca con el aporte de otros asambleístas que en el plenario con seguridad lo mejorarán. Todo esto pensando en que no existirán otros intereses que alejen de la noble función de pensar en el futuro del Ecuador que tienen los hoy asambleístas. Deberemos pues cuidar que ninguna “mano oprobiosa” intente guiar la mente de los legisladores, y se dé por fin un documento positivo, técnicamente bien elaborado, proactivo y con amplio consenso en el país. Ojalá y así sea…
Doctor, asi es, estamos en vigia por este proyecto de ley cuya decision sera trascendental para nuestros hijos.
Siga adelante es sus proyectos, estoy segura que maestros como usted SI TIENE LA PATRIA, ellos son los llamados a defender el bien de la educacion y no personas puestas a dedo que nunca han tenido un tiza en sus manos.}}BUENA SUERTE !!!! Recuerde que Dios es Ecuatoriano.