La repulsión era cada vez más fuerte , aunque debía superarla. Es que escribir y comentar el momento político que vivimos demanda muchas virtudes de las que creo carecer. Debían vencerse resistencias éticas a todo el basural que crece en nuestro derredor y preguntarme a mí mismo de qué sirve estar convencido de tener la razón , de qué sirve una opaca y débil voz como la mía alertando sobre las falacias de un socialismo marxista que se aleja del mismo Marx y emula las baladronadas de un Chávez, las hambreadoras y anquilosadas torpezas de un Fidel y las deshonestidades de casi todos cuantos fueron jerarcas del comunismo en el poder.
Todavía se proclama en nuestro país la doctrina de la igualdad a rajatabla, contra natura, agrediendo a quienes cometieron el “error” de poder gozar de mejor situación y desechando los racionales sustitutos de equidad que se robustecen en otros países. ¡Compañeritos y compañeritas ,a medirse con el mismo rasero! y otras arengas revolucionarias y sublimes, encajan persistentemente en los discursos gubernamentales, mientras simultáneamente, se degradan las virtudes morales, creativas y emprendedoras de una nación.
Vemos, entonces, que los derechos humanos y los de la Naturaleza misma , privilegiados en un arrinconado folletito denominado Constitución Política, han cedido el paso , en el orden de prelación, a los contratos multimillonarios sin sujeción a las fórmulas regulares de contratación, por un lado, y a las verdades que comienzan a descubrirse sobre falsas vocaciones ambientalistas, por otro.
Vemos el caso de Yasuní -ITT , cuya intangibilidad , prevista en esa Constitución, defiende tan ardorosamente Alberto Acosta tras haber impulsado su explotación de la mano con PDVSA cuando fue Ministro de Energía . Hoy el tema es parte de una campaña opositora , liderada paradójicamente por quien, sin haber reconocido previamente su error – que era lo honesto – hace de la tesis contraria una plataforma política. Singular personaje. No puedo calificarle como un “canalla ” – así lo hizo Correa -, pero comprendo el malestar presidencial que, viniendo de un efervescente Presidente , se tradujo en una tibieza para la que sí pudo refrenar en algo su atlética lengua. .Lo de Acosta es un vuelco comprometido con el indigenado, que exhibe una profunda brecha entre él y su admirador de antaño.
De resultas de todo esto, no tenemos nada en qué o en quién creer. Todos estamos cayendo en la trampa del agravio generalizado, perversa práctica en la que nadie quiere quedarse atrás . Las imposturas se dejan a la suerte , a la deriva, mientras los cercos ideológicos se estrechan y van imponiéndose sectariamente sobre el pragmatismo social y económico .
Correa ha declarado su frustración por gran número de sus colaboradores. Tan solo se salva Patiño , un hombre a quien Correa debe creer el mejor dotado de todos ellos : fue Ministro de Economía e intentó – no se sabe si con éxito – entender cómo operan las mafias internacionales en el doloso manejo de la deuda externa ecuatoriana; la “consistencia ideológica” que Correa cree ver en él, le llevó a dirigir el Ministerio del Litoral y luego el de toda la política interna ; y esa misma consistencia le habría llevado a dirigir nuestras relaciones internacionales. No existe en el Ecuador un hombre así, tan lleno de virtualidades , por lo que debemos suponer que sus méritos no van más allá de una gran amistad . Quizás Patiño pudo ser el Presidente. Quizás se habría equivocado menos que Correa en la selección de sus lugartenientes. Hoy, con Patiño encumbrado, deben saltar gozosos Chávez, Morales, Raúl Castro, Ortega (la más resaltante mediocridad política de Latinoamérica ) y hasta las mismas FARC. ¿ No cree usted, entonces, explicable nuestro hartazgo ? Un hartazgo que, bien entendido , sería un síntoma que repele y desmiente la estupidez que nos atribuyen, porque, a juzgar por los dichos de los propios protagonistas de nuestra política, todos “los demás” – excepto “ellos” – seríamos tontos.
Sin embargo, como las habas se cuecen dondequiera, Fabricio acusa de “boludo” a Rafael. Este replica que su hermano habla tonterías y parecería estar desquiciado. Rafael no tiene empacho en declararse , una vez más, víctima fácil del engaño , esta vez de sus ideólogos Acosta, Falconí y Gallegos ( antes lo había sido de su hermano y de un ministro que se decía dueño de este revolucionario circo ). Los economistas de este país serían , en el mejor de los casos, simples contables. La acción municipal guayaquileña habría sido un desastre. La larga noche neoliberal nos habría impedido ver más allá de nuestras narices. Oscurantismo total de una masa enorme de ecuatorianos estúpidos, algunos de ellos luchando con éxito visible para llevarnos al carajo. Vivimos inundados de acusaciones cruzadas, lanzadas bajo la premisa de que quien las lanza es un sabio y los demás unos imbéciles .
Dijo Moliere que “ un tonto sabio es más tonto que un tonto ignorante”. Acertó. Tontos ignorantes son quienes anhelan ilusamente ver satisfechas por esta revolución sus necesidades básicas . Tontos sabios son aquellos que quieren traer a Ecuador una revolución falsa y corrupta sin despegar el trasero de su sillón. Tontos sabios son aquellos que confían en que la blasfemia y la mentira audaz lograrán por sí solas la revolución y el cambio. Tontos sabios son aquellos que ayer agredían a la Naturaleza y a sus pueblos, y hoy despotrican de otros en su defensa. Tontos sabios son aquellos que piensan que el totalitarismo se defiende con más autocracia, con más violencia : rectificar sería impensable, un imposible, conociendo la materia prima con la que muchos de nuestros políticos están hechos.
Excelente análisis y valiente forma de expresarlo. Degraciadamente estos escritos no llegan a las mayorías.
Felicitaciones al Dr. Cuesta por tan acertada radiografia de quienes, en mala hora, nos gobiernan.
No hay que desmayar en la imperiosa necesidad de desenmascararlos.
Muy acertados los comentarios así como verdaderos, con respecto, del no muy buen gobierno actual, por decir lo menos. Me gustaría, que de ser posible, se hablara de un solo tema, para que nosotros los simples mortales no vayamos con nuestro escaso IQ de un esfuerzo a otro de nuestras neuronas. Por ejemplo: JASUNÍ ITT, para el gobierno actual, es indispensable su explotación, para justificar la chatarra de refinería que desean instalar en Manabí, porque la extracción actual de petroleo no justificaría la capacidad de dicha refinería. ¿Por qué entonces, la TRAGICOMEDIA del cobro del petroleo para no sacarlo, para no contaminar?
Me disculpo por cuaquier error u omisión, es la primera vez que escribo un comentario a nivel de internet.
Percibo en sus palabras el mismo sentimiento que nos invade a una gran cantidad de ecuatorianos. Concuerdo con Ud. y solo me queda decir: QUÉ ASCO!!!!!!!!!!!!! me provocan estos de la Revolución ¿ciudadana???????
Pero hay que resaltar algo que no dijo Molieri – que lo que hace un tonto no lo hace un terremoto – dicho popular – lo estamos viviendo en los actuales momentos de robolución del siglo XXI.