Miedo

La oscura dimensión del miedo y del temor, fue investigada profundamente por científicos siquiatras, sicólogos y sociólogos a los largo de muchos años como medio de conseguir doblar el espíritu humano. La historia de muchos héroes y mártires es la de la resistencia a los métodos para infundir miedo y temor; y, en casos pese a sentirlos lograr vencer el dolor, y los demás sentimientos humanos que invaden en momentos en que se sabe que es posible enfrentar a la muerte, al dolor permanente.

La sicología del terror, la del absurdo, son elementos de este estudio singular que ha llevado a los tiranos a experimentar con seres humanos sobre los límites insondables en los que puede quebrar y dejarse vencer por el torturador. Pero, hay circunstancias de fervor masivo que llevan hacia las laderas del miedo y el temor, sin que se infrinja daño o dolor directo.

Nombres que su solo recuerdo o mención crea espanto y seguramente hace revolver a miles de espíritus perdidos tras muertes execrables e inútiles, entre estos dictadores sanguinarios, Trujillo en República Dominicana, Duvalier en Haití, Pinochet en Chile, Amín Dada en África, Hitler, Mussolini, Mao Tse Tung y se me escapan los nombres de los torturadores de Chechenia y Eslovaquia. No dejan de tener sitial preponderante aquellos que en nombre del bienestar popular mataron y derramaron sangre de aquellos que por reclamar libertad fueron torturados hasta quebrarlos y sin embargo terminaron fusilados, ahorcados, desaparecidos lanzados desde un avión o desde la Chocolatera. Los hermanos Castro, el Che Guevara, Jarrin Cahueñas, y otros.

La doctrina del miedo se practica al crear circunstancias que hagan pensar a las personas que están en la posibilidad de perder algo seguro que tienen en su entorno o al de sus familias. Por ejemplo la estabilidad de trabajo, la posibilidad de ganar el dinero necesario para sostener a su familia, la posibilidad de enfrentar una persecución judicial a partir de hechos ciertos pero no graves o creados, en fin sabiendo que el poder puede crear circunstancias de persecución que van a llevar a poner en peligro una estabilidad de vida, tanto personal cuanto de los que lo rodean, siendo esta la circunstancia que en muchas ocasiones detiene a un hombre al no querer que su familia enfrente un escarnio público o un riesgo de llegar a estar en medio de una celda de nuestras cárceles que son realmente uno de los más altos círculos del infierno de Dante.

Esa situación se vive en los Estados Unidos desde el momento en que se quebró el principio de la seguridad y de la intangibilidad del territorio Estadounidense el nefasto del once de septiembre, el miedo y el temor que es posible una nueva agresión en cualquier estamento, quiebra la columna vertebral del respeto a las expectativas, que son las que dan el principio de seguridad.

Igual tenemos en nuestros países de Latinoamérica, y no podemos decir que solo tal o cual Presidente o gobernante legitimo o ilegitimo es el que ha quebrantado el orden jurídico, que ha buscado el quebrantamiento humano. Cada uno va dejando su pedacito de esfuerzo en ese romper voluntades, porque lamentablemente entienden el poder como el ejercicio de su concepto, y en el momento que este no es obedecido entonces viene irremediablemente la agresión física o sicológica.

No escapan a este esfuerzo los gobiernos del país, unos exhibieron sus garroteros, otros usaron la fuerza a través de grupos terroristas universitarios, otros movimientos políticos extremistas, pero casi todos han tenido un brazo en la juventud que por no tener una obligación que sostener es irrefrenable. La mujer o el hombre con familia, piensan dos veces antes de ejecutar una acción extrema, el joven sin ataduras reales no lo piensa, lo hace y se inmola en nombre de un honor, de una idea, dándole un triunfo y una estrella más al inductor que se presentará como el gran líder.

Cuidado, mucho cuidado, en nuestro país estemos llegando a posiciones radicales que estén llevando a la ciudadanía a paralizarse por el miedo a ser perseguidos, que se niegue el derecho de resistencia por el temor a que mañana cuando los comités de uno o de otro lado funcionen, se dirima la participación con un garrote o con medios como los utilizados en la Alemania Nazi, en contra de los alemanes disidentes, palo, incendios, suspensión de derechos, persecución judicial. Ahí tenemos Dayuma, Radio Arutam.

Ya hay miedo, temor, incluso algunos colegas de prensa ya comentan que es mejor mantenerse alejados de esta contienda, en que solamente habrá un perdedor: el ciudadano de a pie, el de la clase media, el obrero, el artesano, porque la inestabilidad y la polarización llevará a la parálisis de la sociedad y por ende a la quiebra del país en todos los sentidos.