3 diciembre, 2024

El "ediondo"

La prudencia es virtud hasta lo debido. Si va más allá ya no es prudencia, es cobardía.

Todos los ciudadanos tenemos el derecho y el deber de opinar acerca de cualquier acontecimiento. Sobre todo si tal acontecimiento implica un impacto social importante. Si el que calla otorga y callar cuando se deben decir las cosas, hace daño. Más daño hace la intolerancia. La misma que no debe intimidarnos. CADA OPNIÓN MERECE RESPETO. El valor de opinar honestamente, haciendo uso del deber individual pero respetando el derecho colectivo, es de pocos.

No es fácil. Existe un punto medio al que todos debemos tratar de llegar y eso es justamente lo que nos ayudará a crecer como personas y brindar nuestro mejor contingente para el progreso.

Nuestros pensamientos y opiniones bien expresados pueden lograr un resultado exitoso, aún en medio del mayor desacuerdo.

Las posiciones fanáticas y el odio malsano son dos consejeros perversos. No llevan a nadie hacia ninguna parte. Solo generan caos, confusión, división, violencia, agresión, enfrentamientos.

Se me viene a la cabeza el recuerdo de algo que me sucedió en Facebook, parte del mundo virtual en el que estamos inmersos. Llegó a mi página de Facebook una invitación para ser fan del Campeonato Ecuatoriano de Fútbol, me imaginé y de hecho había sido así, mi hija Lidia me había enviado la invitación. Di clic en “hazte fan” luego entré a la página y en comentarios escribí: “Este año otro campeonato para la Liga, que los demás sigan soñando”. Fue mi comentario, ya que desde los nueve años de edad soy hincha de la Liga de Quito. El porqué no lo sé. Sencillamente cuando uno es hincha es hincha y punto. Tal vez en parte sea así porque el espíritu regionalista no habita en mí, al menos en cuestiones deportivas.

En menos de lo que canta un gallo recibí una respuesta a mi sincero comentario. La misma decía así: quédese con su “edionda” Liga y no se meta en los asuntos entre Barcelona y Emelec. Mi primera reacción fue responderle al caballero del mensaje diciéndole: usted es un patán. Después pensé algo peor, le diré: Aquí el único “ediondo” es usted. “Ediondo” y encima ignorante, “ediondo” se escribe con “h”. Hediondo, usted mismo.

Luego de revisar esas posibilidades, lo que hice fue entrar de nuevo en Facebook, leí el mensaje otra vez pero ahora sin rabia, más calmada, relajada y hasta me reí de esa tontería. Di clic en delete. El caballero del mensaje se registro en mis archivos como el hediondo. Palabra con la que he titulado este artículo, obviamente y como homenaje al motivador de estas letras, el título mantiene la falta de ortografía. En serio, nada más hediondo que la intolerancia.

Lamentablemente, reacciones como la del el hediondo, son en parte el resultado de ese ambiente hostil que hoy nos envuelve. Hay que poner un freno. Pero no un freno visceral. ¡Pensemos! Si te lanzan piedras y devuelves piedras, de alguna manera todos terminan apedreados. Conclusión, nadie gana, todo el mundo pierde.

Dentro de una atmósfera de agresividad permanente se practican estrategias que alientan el resentimiento social, enardecen la conciencia o la falta de conciencia colectiva, conspirando una lucha de clases sin oficio ni beneficio para nadie.

Hay quienes heridos en sus propias frustraciones, quieren plasmar a cualquier costo sus fantasías sin pie ni cabeza con la etiqueta de una falsa solidaridad social. Justificando sus acciones en una supuesta búsqueda de la equidad.

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  1. Solo permitame transcribir un parrafo, por cierto de un autor que desconozco: «No grites, no ofendas, no juzgues, no humilles, no indispongas, se noble. Se grande, se integro, se sincero, se humilde… Se Lider»
    He ahi el problema de los intolerantes que nos rodean.

  2. Totalmente de acuerdo, Karina. Lo que es la sincronicidad, pues precisamente estoy escribiendo un artículo sobre el tema en estos días para compartirlo aquí con ustedes.

    Un abrazo,

    MAD

  3. Estoy de acuerdo con usted, no solamente por ser hincha de Liga como yo, sino por su mensaje sobrio y constructivo. Ese fue el motivo por el cual inicié leyendo los comentarios que aquí se escriben, creí que al odio, el sectarismo, el regionalismo enfermizo y la radicalización de las ideas, hay que ponerle «un alto». Aspiro que una vez que el abogado Nebot concluyó con su marcha, las cosas vuelvan a su nivel y empecemos a mirar al Ecuador como un todo y a Guayaquil como parte de este Ecuador querido. Invito a quienes aquí comentan a bajar el tono y debatir como gente constructiva, hijos de una misma historia y protegidos por una misma bandera. No espero que todos opinemos igual, la democracia es libertad, hasta para discrepar. Con opiniones serenas y comentarios ecuánimes, forjaremos lo que todos queremos: la Patria grande.

  4. Karyna, estoy de acuerdo con victor rodrigo ramos, y contigo , no debemos ser regionalistas , debemos ser un solo Ecuador , ahora màs que nunca en que esta tempestad del siglo XXI quiere arrasar con todo el país.

  5. ¿Y que podemos hacer Karina?, resulta curioso que una guayaquileña fuese hincha de la Liga de Quito en los años 70, tal vez usted vacacionaba con frecuencia en Quito,es lo que se me ocurre para explicar tan peculiar situación, en todo caso la felicito, el tiempo le ha dado a Usted la razón, la Liga (que me encanta hablar y escribir como serrano, es una papa) fue campeón de América. Y «elé» ahora el Barcelona es un equipo quiteño, asunto que no deja de guardar cierta lógica si consideramos que es allá donde se realizan las corridas de toros, y nadie debe olvidar que Barcelona es el equipo torero.

    No quisiera despedirme sin dejar de reflexionar que la «h» es muda y para efectos prácticos hediondo u ediondo le da un sutil matiz a la fragancia, podría una preguntarse ¿y este? es hediondo u ediondo, en el caso de la variante ortográfica sin «h» podría figurar en el diccionario con el significado de halitosis mental, eureka una nueva palabra, un nuevo concepto y más cultura, algo en que entretenernos hasta que nuestras vidas que son los ríos llegen a la mar que es el morir (versos de Manrique)

    Viva la hignorancia.

    W.Q.

  6. Gracias por el comentario, lleno de ánimo además. No pues, mis vacaciones no las pasaba en Quito, sino entre Lima, Perú y Esmeraldas,Ecuador. Lo de la Liga pienso que es cuestión de sangre, mi abuelo paterno era quiteño. Asi que algo tengo de serrana y además está el juicio acertado, como bien lo dice, no me equivoqué y ahora disfruto con los triunfos de mi Liga. Saludos.

  7. Amigos y amigas todos limpios y perfumados; he leído con sumo interés el comentario con el título » EL HEDIONDO «, más que la falla en la ortografía su mensaje y contenido es digno de analizar detenidamente – hediondo encierra varias definiciones incluso hasta FUCHILAS – esta expresión que la utilizan a menudo los adolescentes y jóvenes, en fin querida amiga KARINA la reacción a quienes utilizan términos que afectan a la sensibilidad del ser humano – deben ser así como usted lo recepto con mucha altura y dignidad – aprecio y admiro a la gente de tolerancia, pero no podemos dejar de lado opinar sobre este hediondo – saben en los actuales momentos el país tiene que emplear mucho de sus recursos en importar grandes toneladas de perfume, desodorante, jabón y más utencillos de aseo – ¿saben el porque ? porque en todo lado apesta – la corrupción y la desfachatez son el mal olor de cada día – la burocracia sin excepción esta podrida y muy HEDIONDA.

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