Para la mayoría de ecuatorianos el inicio de un nuevo año es sinónimo de esperanza, de energía nueva. En lo personal, el advenimiento del nuevo calendario trae consigo una inseguridad tremenda en el plano político, por la historia vivida desde el famoso carnavalazo de bombita, por el record mundial que tenemos en cuanto a presidentes caídos. Y es que esta época del año constituye una cuerda floja para cualquier mandatario de turno, duros meses en que les toca con balancín en mano hacer más de un movimiento de cintura para dar el siguiente paso.
Nubarrones muy negros se divisan en el horizonte con un jefe de estado que debe estar preparado para cosechar las tempestades que ha sembrado con vientos de insultos y botafuegos sabáticos. Desde mañana lunes 4 de enero, los ecuatorianos debemos estar pendientes de las movilizaciones de los diversos grupos sociales que han amenazado con salir a las calles, convulsión social e incertidumbre se aprestan a golpear a nuestra democracia adolescente y causar serias dificultades en este neonato de economía que tenemos.
Pese a no haber coincidido en muchos aspectos, como el económico por ejemplo, con el actual gobierno no puedo evitar cuestionarme de lo que pueda suceder si el gobierno del presidente Correa sufre un acentuado daño en su oído medio. Convencido estoy que todos los oportunistas saldrán de abajo de las piedras para intentar adueñarse otra vez del Ecuador; algunos desnudos, ya sin el escudo de viejos caudillos que no están más en la arena política pero con sed atrasada por el tiempo que han estado alejados de la teta.
Otros, encubados al calor de viejas bolsas, llenas de prácticas del pasado intentarán dar su último salto. Entonces vienen las interrogantes: ¿ Habrá el Ecuador aprendido la lección?. ¿ El susto de haber estado al borde de la cornisa, de cara a algo que nos han intentado hacer creer que es socialismo del siglo 21, le habrá sido suficiente?. ¿ El aparecimiento de Correa habrá sido en realidad el divisor de aguas con respecto a la entrada a escena de nuevos líderes?. ¿ Será esto lo único cierto de la propaganda oficial en cuanto a haber podido acabar con los políticos del siglo anterior?. Debo mostrar mi desacuerdo como ciudadano a la interrupción repentina de un período de gobierno, eso no cabe desde ningún punto de vista; prefiero pensar que ante la fuerza de las circunstancias, como en la época de la crisis de los misiles en cuba y ante la presión de la economía, habrá un golpe de timón en sentido contrario.
Durante la época del imperio romano, antes de que Pompeyo ceda a las pretensiones de los grupos de poder de aquellas épocas para enfrentar a Julio César, el primero dijo: “Quizás la república necesite una dosis de César”. En nuestros días, escuchando con atención las palabras de cierre de un programa televisivo me convenzo que a los grupos de poder lo experimentado hasta ahora les interesa muy poco. Es más, si por allí algún nuevo líder químicamente puro intenta sacar la cabeza, lo que ellos hacen no es otra cosa que tratar de ocultarlo, de no darle tribuna, de solo promocionar a aquel que habla su lengua y que resulta afín a sus intereses, entonces solo queda por exclamar:
¡¡¡¡¡¡¡LIBERTAD DE EXPRESIÓN, CUANTOS CRÍMENES SE COMETEN EN TU NOMBRE!!!!!!