21 noviembre, 2024

Mi corresponsal en Chile

“Papi…” escribí en Facebook esperando que mi papá responda. Un día después había ya una respuesta: “Estoy bien, no te preocupes”.

Facebook era mi esperanza. Algunas personas se comunicaron usando internet, ya que la comunicación por teléfonos convencionales y celulares no fue posible a raíz del terremoto. El sábado veintisiete de febrero fue un día para no olvidar. Me desperté por la insistente vibración del celular, que suelo tener sin sonido. Cuando acerque el celular a mis ojos, encontré mensajes de mi hermana Manena que decían, despiértate, no sabes lo que ha pasado en Chile, un terremoto, ¿mi papi está en Santiago, qué sabes de él? Mientras leía los mensajes una sensación de impotencia se apoderaba de mi inconsciente. Conscientemente experimente cierto malestar. Me comenzó a doler el estómago. Luego sentí náuseas.

Sí. Mi papi estaba en Santiago. En primera instancia viajó a Buenos Aires acompañando a un familiar que iba a realizarse algún tipo de chequeo médico. Estando ahí, debido a la cercanía, se le ocurrió dar un paseo por Santiago para visitar a parientes y amigos y para recordar viejos tiempos. Llegó a Santiago en la tarde. Fue a instalarse a la casa de una amiga de su juventud. Hace muchos años, mi papi estudió y vivió en Chile. Llegada la noche, como entre las diez y las once de la noche, mi papi tuvo la idea de irse a un hotel, para no causar molestias a su amiga y sobre todo, lo principal y lo que imagino, porque se parece a mí, para tener mayor tranquilidad e independencia. En la madrugada, el terremoto derrumbó la antigua casa de su amiga…Él tuvo que salir del hotel e ir a donde ella otra vez, para ayudarla a reparar.

Sentido de la percepción o de la independencia, en tal caso, por esas cosas inexplicables que los católicos como yo llamamos milagros, mi papi se salvo la vida. Días atrás, mi papi me había pedido que contacte de alguna manera a mi primo Rodrigo, quien vive en Santiago, para concretar el viaje. Me encargue de ponerlos en contacto y un día antes del terremoto, recibí un mensaje de Rodrigo que decía, contacto realizado, mi tío viene a Santiago, gracias prima.

Todo eso daba vueltas en mi cabeza y se iba apoderando de mi inconsciente. Yo que no suelo dormir, ni aún de noche, me quedé atrapada en un profundo sueño que duro desde el medio día del sábado hasta pasadas las seis de la tarde. La impotencia, la preocupación, la angustia, me hicieron quedar dormida. Desperté, encendí el televisor y empecé la revisión frenética de los medios de comunicación, teléfono, Internet, celular,…

Cuando al fin supe por terceros, que mi papi estaba bien, entonces tome las cosas con el sentido del humor acostumbrado. Escribí por internet: Papi, ¡que magnifica experiencia! Estar ahí. ¡En el lugar de los hechos! (Mi papá es periodista) ¡Qué suerte la suya! Tome fotos, entreviste a todo el mundo, vaya a los sitios que mas pueda. De todo esto va a resultar un reportaje espectacular. ¡No se pierda ningún detalle! Y, como de tal astilla, tal palo, en la medida que podía usar Internet, los reportes de mi papi no se hicieron esperar:

“Hola hija. Te habla Mac. Estamos bien. El susto mayor ya paso. El terremoto, acá en Chile, fue de gran intensidad, 7 grados en Santiago y hasta 8.30 en Concepción, al sur de Chile. La parte de la región sur en Chile sufrió mucho. Chillán, Talca, Talcahuano, Concepción fueron los lugares que soportaron mas. Pero, también Valparaíso y Viña y algo fuerte en Santiago. Las construcciones soportaron bien, la mayoría. Las viviendas construidas en terrenos malos o que no habían seguido las normas, cayeron. Claro, los lugares pobres y con viviendas precarias fueron, como siempre, los más dañados… Los vuelos están suspendidos hasta luego de la revisión de Aviación Civil, ya que gran parte de la torre de control se desplomó. Además siguen las réplicas del terremoto, aunque leves… la situación del aeropuerto, esperamos se arregle rápido. En todo caso, “todo está bien”… Muertos y viviendas destruidas. Desesperación por la falta alimentos, hospitales dañados y miles de desaparecidos. También hubo una especie de tsunami en las costas del sur. Luego te informo más. Por ahora todo “casi tranquilo”… Cuídate y no te preocupes.”

No para en casa de amigos o parientes, ni en el hotel. Recorre calles y lugares y reporta. Entre otras cosas dice que debe usar el metro para poder ir de un lugar a otro. Cada día que pasa noto por la forma de escribir los mails, que a pesar del aparente optimismo, se siente cansado y algo fatigado: “…Los pasajeros están en el aeropuerto, desesperados, localizados en carpas y sin mayores atenciones. En todo caso, son cosas que no están en control de uno. Hay que tener tranquilidad y esperar. Los problemas siguen… Ahora están presentes el hambre, la falta de cobijas, de techo, etc. Más de 1 millón de viviendas se han perdido, los fallecidos subieron a casi a mil y miles más de desaparecidos. A esto se ha unido el saqueo, los incendios provocados y también cierta falta de planificación preventiva. Hasta en Santiago donde el terremoto fue de menor intensidad, algunos edificios han sufrido mucho deterioro. Hay uno, de 14 pisos ubicado en el área comercial, que estaría a punto de caerse. No todos los sitios tienen agua, energía eléctrica y gas. El transporte poco a poco se está organizando. El metro es el que ha salvado la movilización sobre todo para el trabajo, es la movilización que estoy utilizando. Así las grandes distancias se hacen muy cortas.”

Mi papi, no se queja. Dice una de mis tías que no entiende si mi papi está de corresponsal o…está loco.

En su último reporte, enviado el cuatro de marzo, me cuenta que se han dado más de doscientas réplicas sobre los 4.5 grados en la escala Richter y que justamente ese día hubo una mayor que alcanzó los 5.30 grados. Me dice además que: “el coraje de Chile es levantarse y seguir mejor que antes. Yo tampoco entiendo otra forma de actuar y de ser”

A pesar de la objetividad de los reportes, sé que prima en mí papi, la sensibilidad de lo humano. Me enseñó desde pequeña que lo que ocurre a un semejante debe ser sentido como propio, que no podemos dejar de asumir la miseria ajena…Es por eso que en medio de todo este barullo mental que estoy viviendo, bajo la preocupación por mi papá, por mi familia en Chile, por mis amigas chilenas y por todos los que han sido víctimas de este desastre natural pienso que debería, ¡que deberíamos!, empezar a sentir un poco más cercano el mal ajeno, el dolor, la tragedia, la angustia, nada está lejos y no precisamente porque te ocurra a ti o suceda en tu casa, tu ciudad o tu país. En medio de la espera, repasando posibilidades del retorno, por tierra, por avión, por lo que sea, se me vienen a la cabeza unas líneas maravillosas escritas por John Donne, que Ernest Hemingway puso al inicio de su libro Por quién doblan las campanas: “Nadie es una isla, completo en sí mismo, cada hombre es un pedazo del continente, una parte de la tierra; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, al igual que si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia; la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; y por consiguiente, nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas; doblan por ti.”

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No hay comentarios

  1. Totalmente de acuerdo Karyna, todo nos afecta , sea una acción por más pequeña repercute al resto , si hacemos una obra buena todos nos beneficiamos , y si hacemos algo malo también afecta no solo al que la hace nos afecta a todos.

  2. Que buen articulo. Que bien escrito pues integra su experiencia como familiar y al familiar como testigo de la situacion. Felicitaciones porque nada le paso a su papa.

  3. Gracias. Solo cuando nos toca directamente sentimos la magnitud de los sentimientos y la ansiedad de no saber que pasó y que vendrá. Ud. nos ha hecho sentir en carne propia lo ajeno. Bien por Chile, ese temperamento los hace mejores!

  4. me alegro que su papa este bien y felicitaciones a todo el pueblo chileno por su fuerza por su solidaridad por su generosidad por sus politicos un verdadero ejemplo de pais

  5. Hace poco comente con mis estudiantes de la universidad lo escrito por J Donne y estoy de acuerdo con su comentario y les decia que todo lo que pase con nuestro projimo nos concierne y mas aun con el dolor humano ya que son estudiantes de medicina
    felicitaciones.

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