21 noviembre, 2024

La Voluntad (Segunda Parte)

La verdadera victoria del hombre es vencerse a uno mismo. Cuando estás en una competencia es mayor victoria mejorar tu propia marca que ganar la competencia, aunque esta última sea la que te de la medalla de oro. Tu verdadero logro es lograr hoy, algo más que ayer. Es más, si en una competencia te pones a mirar como viene el que te sigue, es muy probable que esa distracción o ese nerviosismo te haga perder la concentración y pierdas la competencia.

Nunca compitas contra los demás, compite contra ti mismo y tendrás mucho más éxito en todo lo que hagas. No hay competidor más duro y al mismo tiempo tan a tu alcance como tú mismo.

Sé siempre tenaz. Recuerda el soneto de Pedro Bonifacio Palacios (Almafuerte) que dice:

No te des por vencido, ni aún vencido, /
no te sientas esclavo, ni aún esclavo; /
trémulo de pavor, piénsate bravo, /
y acomete feroz, ya mal herido. /

Ten el tesón del clavo enmohecido /
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo; /
no la cobarde intrepidez del pavo /
que amaina su plumaje al primer ruido. /

Procede como Dios que nunca llora; /
o como Lucifer, que nunca reza; /
o como el robledal, cuya grandeza /
necesita del agua y no la implora… /
¡Que muerda y vocifere vengadora /
ya rodando en el polvo, tu cabeza ! /

Ganes o pierdas, siempre serás tú mismo. El ganar no te aumenta, ni el perder te disminuye. Tú vales por lo que tú eres, no por ganar o perder. Lo que realmente importa es que siempre des lo mejor de ti, que hoy seas mejor que ayer y mañana mejor que hoy. Tu propia superación es tu verdadero valor.

Lucha siempre por tu ideal. Que tus principios morales nunca sean derrocados por la ambición, la codicia, la envidia o la soberbia. Siempre debes vencer la pereza y el conformismo. Que tu meta no sea nunca el dinero, la fama o la gloria. Esas metas son sólo para los miopes que creen que todo lo que se puede conquistar está aquí. Para ellos, su mayor ambición es lograr que el mundo se rinda a sus pies.

El verdadero mundo lo hacen los hombres con ideales, los hombres para los que la vanagloria es, como su nombre lo indica, vana, el dinero es accidente y el servicio es la meta. ¡Servir! ¡Siempre servir! ¡Dar la mano al que lo necesita! Como dice la Biblia: “El que no vive para servir, no sirve para vivir”.

Ganar no es lo importante, lo realmente trascendente es vencerte a ti mismo. Tu verdadero contrincante está dentro de ti. Debes superar tus temores, tus limitaciones, tus obstáculos y elevarte a una escala superior donde no tengas otra visión que el triunfo sobre ti mismo. En ese momento estás alineado con la victoria y tus metas se volverán todas accesibles, por imposibles que parezcan.

Véncete a ti mismo y no tendrás ninguna barrera que limite tu capacidad y tu crecimiento. El hombre que se domina a sí mismo, puede dominar el mundo.

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No hay comentarios

  1. Apreciado Dr. Gomez Rosales

    Siga Usted escribiendo sobre competencias y vencerse a uno mismo, sin embargo nada de esto tiene sentido si no hay un juego limpio, tenga usted la gentileza de hacer cumplir la ley, esa es su obligación como hombre de bien, Usted puede hacerlo, afronte el hecho y haga que se llame a concurso la Jefatura de Ortopedia y Traumatología del Hospital Luis Vernaza, seguiré insistiendo, tal vez algún día Usted se digne tomar en cuenta esta petición.

    Atentamente

    Werner Quihspe

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