El país está inmerso en una crisis institucional y democrática, cuyo resultado es la falta de seguridad tanto en los aspectos jurídicos, como físico y de salud.
Los ecuatorianos se cuestionan hoy si el país vive o no en democracia, cuando se observa la notoria y descarada injerencia que tiene el Ejecutivo en la Asamblea Nacional , Corte de Justicia, Corte Constitucional, Fiscalía General, etc. Aún está fresco en la mente de los ecuatorianos cómo influyó el Presidente de la República en el juicio político que se pretendió iniciarle al fiscal Pesántez, así como en la decisión para la consulta prelegislativa sobre el proyecto de Ley de Aguas y en el mantenimiento, contra viento y marea, de los integrantes de la Corte Constitucional.
Nadie puede negar la carencia de seguridad jurídica que se vive actualmente en el país. La Constitución, ley marco sobre la cual se debería regir el Estado ecuatoriano, es interpretada y aplicada al antojo de los postulados de la Revolución Ciudadana, haciendo tabla rasa del resto del sistema jurídico del país. Como ejemplo está la mal llamada justicia indígena.
La falta de un marco jurídico y de quienes están obligados a aplicarla, tiene al país sumido en una ola de crímenes, asaltos y tráfico de drogas nunca antes visto desde el establecimiento de la República. Diariamente y bajo el método de sicariato se elimina a ecuatorianos por circunstancias raramente esclarecidas creando un ambiente de inseguridad en todos los habitantes solo comparable a lo que fue Colombia hace muchos años.
La carencia total de una Seguridad Social que cubra la salud y la jubilación, así como la disposición arbitraria de los dineros de las aportaciones por parte del Gobierno, da como resultante que los trabajadores y jubilados estén en total desamparo, mientras hospitales asistenciales no se dan abasto ante la demanda de atención.
Ya hay síntomas de la carencia de productos de primera necesidad y de gas de consumo doméstico, siguiendo inequívocamente la ruta de países como Venezuela, Cuba, Nicaragua, etc.
Sr. Hidalgo usted comentado sobre seguridad juridica, por favor y le recuerdo que nosotros no debemos tener abnesia historica, no se acuerda cuando defendia a capa y espada a los intereses de los importadores,que no querian pagar los impuestos o se le olvido que escribia en contra de la gestion militar en las aduanas, por acaso le conoci mucho. Cuando uno no tiene rabo de paja , se puede gritar a los mil mundos, le rogaria que recuerde el 2004, la duda razonable y base de valor, que con mucho orgullo lidere ese proyecto con grandes profesionales en la CAE, gracias y disculpen, pero da rabia esto.
Señor Luis Hidalgo,
Su tema es redundante, pero gracias por recordárnoslo sin cese.
El Ecuador ha caído en manos de maleantes de levita, y camisas adefesiosas; con el agravante de que parece ser sin retorno.
Nos desangramos poco a poco, sin esperanzas de recuperar algún día nuestra honra, y nuestras instituciones que reglaban mal o bien, el respeto mutuo y el buen convivir entre ecuatorianos.
Aparentemente el descenso al infierno se profundiza y es sin retorno.
El comunismo arrasador y reaccionario terminará por asfixiarnos y por disolvernos como sociedad moderna, y pujante.
Es indignante ver como un grupúsculo de ignorantes, azuzados por un ex indigente en su día lleno de deudas y de malsanas ambiciones, se dejan manipular gustosos por una arcaica cúpula de viejos sinvergüenzas cubanos. Todos esos personajes siniestros han llevado nuestro país al pie del cadalso. Nuestros politiqueros les compran la formulita de la eternidad en el puesto, a cambio de mantenerlos con perfusiones de nuestro ínfimo erario que pagamos en dudosos impuestos y con magras exportaciones.
Pues de eso se trata: Los cubanos les venden la formula de la infame dictadura, y ellos los mantienen en vida con nuestra plata, porque si vemos bien, los dirigentes gigoloes de esa isla del Caribe, o prisión flotante; jamás han sobrevivido sin la plata ajena. Primero fue la URSS quien puso el billete, y cuando estos se desplomaron, tomaron la posta los mamertos venezolanos; ahora nos toca a nosotros ?contribuir?, para mantener vivos a todos esos buitres cavernarios.
La situación irá de mal en peor; al menoscabo de Libertades se sumarán la escasez de productos básicos, y ahora sí todos a comer porquerías y a vestirse con harapos, al puro estilo cubano y norcoreano, porque hasta los chinos ya se avisparon.
Gracias señor Luis Hidalgo, por su sesudo comentario.