Un niño entra llorando a la casa y al encontrar a su madre, le dice llorando: Me caí y tengo herida mi rodilla, La madre con paciencia y calmándolo lo lleva al baño, con agua tibia y jabón le limpia la tierra de la rodilla, la desinfecta y la cubre. El niño se va tranquilo, sigue jugando y se olvida de su rodilla herida y en pocos días, ésta está curada totalmente. Otro niño sufre el mismo problema, pero luego de ser curada su rodilla, se sigue tocando y cada costra pequeña que aparece, la saca con su uña y el problema persiste días y semanas.
Lo mismo que pasa con nuestro cuerpo, pasa con nuestra alma. Cuando sufrimos una herida y andamos removiendo sus escombros, nunca logra cicatrizar definitivamente y seguimos sufriendo el dolor causado por esa herida en el alma. Si razonamos sobre la causa de esa herida y decidimos no tomarla en cuenta más y pagamos el mal que nos hicieron con bien, como por arte de magia, esa herida desaparece. No hay mejor bálsamo para una herida en el alma, que pagar el mal con bien.
No permitamos nunca que germine en nuestra alma la costra de la venganza, del desquite, del “ojo por ojo” porque como sabiamente dijo Gandhi: “Ojo por ojo y todos quedaremos ciegos”.
El primer signo de que una herida comienza a cicatrizar, es una comezón. Si comenzamos a hurgar en esa herida que empieza a sanar, removemos la costra que se está formando e impedimos su curación. En el alma es igual. Nunca envenenes tu alma con el vino del rencor. No permitas que el que pretendió herirte lo logre, haciéndote reaccionar. Si te hieres con una espina al cortar una rosa, mira bien como debes cortarla y sujetarla, pero no pierdas la hermosura de la rosa por el temor o por el dolor provocado por la espina.
Una persona que piensa, no reacciona ante las circunstancias, las mide, las valora y pone a un lado lo negativo, conservando sólo lo positivo.
La reacción es mala, porque implica un impulso para que se obre; es mejor actuar proactivamente buscando el bien para todos y mirando adelante, a la meta, no pateando la piedra con la que tropezamos, lo que nos llevaría a herir también nuestro pie.
Como lo afirma Covey, todos tenemos cuentas bancarias en el banco de las almas de las otras personas. Si tenemos un balance positivo en nuestras cuentas siempre seremos atendidos en nuestros pedidos. Si estamos sobregirados, nadie nos querrá hacer un préstamo, por más pequeño que sea.
Sabias lineas, lo felicito! Namaste!
estimado Dr Gomez Rosales
la experiencia del perdon es la unica solucion a las ofensas (que a veces son imaginarias, todo depende del ego de cada cual), de cierto que es necesario perdonar para poder continuar caminando, sin embargo el ejemplo de la costra en la rodilla no puede ser aplicado siempre, resulta que si la lesion conserva un fragmento de madera o algun otro cuerpo extraño esa herida permanecera infectada y jamas sanara, es mas puede convertirse en el foco de una infeccion que luego se diseminara y que en el peor de los casos podria llevar a la muerte al infante. lo razonable es limpiar la herida, en el caso de una injusticia o arbitrariedad esta debe ser corregida, no hacerlo implica que la injusticia se diseminara a toda la institucion donde se produjo y que en ultima instancia habra una especie de sepsis institucional, ese es el caso de las jefaturas ocupadas sin concurso en el hospital Luis Vernaza, no se trata de ojo por ojo, se trata de no hacerse de la vista gorda,
senor disculpe que le pida este favor
lei un blog en algun lugar del internet y ahi hacen referencia a este sitio.por un enlace que menciona algo de como educar a los hijos,intente encontrarlo y no lo logrequizas usted pueda ayudarme gracias de antemano asi dicta el enlace http:www.desdemitrinchera.com/2009/02/18comoeducar-a-los-hijos-en-la-libertad/espero no ser imprudente gracias