Con el partido entre Holanda y España se pone fin a un mes en el que el mundo ha estado futbolizado observando a través de las diferentes señales de la televisión los cotejos en los que participaba la selección de su país o aquella de su preferencia. La afición ecuatoriana se limitó al no contar con su selección pero hizo fuerza con todos los combinados que representaban a Sudamérica, dividiendo preferencias entre Argentinos, brasileros, uruguayos, etc.
Los únicos canales de TV autorizados para la transmisión del Mundial son los del Gobierno, de ahí que aprovechando dicha circunstancia se introdujo una publicidad descalificadora en base al insulto y a la ofensa a Medios de Comunicación y Periodistas, calificándolos de mentirosos, arrogantes y ladrones. La campaña de maltrato que introdujo el régimen a lo largo de los partidos, se ha caracterizado por la generalización sin lograr especificar como los Medios cometen en forma irresponsable actos que rayan en la corrupción.
Un grupo de Asambleístas intentó infructuosamente de suspender la publicidad, pero se topo con el fallo de una jueza que sin mayor razonamiento jurídico negó la pretensión calificándola de improcedente. El dictamen no sólo que tardó sino que la Audiencia estuvo plagada de irregularidades.
La fiesta del fútbol llega a su final con un campeón europeo. Los ataques a los Medios de Comunicación a través de la infamante campaña financiada por el Gobierno con los dineros de los ecuatorianos esperamos que igualmente llegue a su fin. No habrá en este caso ningún vencedor, el perdedor siempre será el pueblo obligado a ver y escuchar lo indeseado.