22 noviembre, 2024

La Universidad y la Responsabilidad Social de la Empresa: un escenario por construir.

La Universidad en función de su tarea de formar profesionales para la dirección y ejecución de importantes tareas sociales debe apropiarse con rapidez y eficiencia de los procesos y fenómenos que se desarrollen en la comunidad y sobre los cuales tiene que realizar los estudios teóricos, científico-técnicos y prácticos de rigor para someterlos a la consideración de sus especialistas e investigadores, desnudarlos y radiografiarlos en clase.

Algunas universidades que orientan su trabajo en el perfil ocupacional de sus alumnos a la formación de empresarios con alto nivel profesional y de sensibilidad social trabajan en la incorporación académica del tema de la Responsabilidad Social de la Empresa dentro de su currículo y han añadido en las competencias genéricas y específicas de las carreras este importante ingrediente que puede incidir favorable o negativamente en el futuro de la humanidad.

El peso de la empresa privada en la economía mundial es muy significativo y una actitud responsable ante los problemas más graves que afectan a la humanidad redundará en un beneficio a todos los países y cada uno de los seres vivos que cohabitamos el planeta.

Según Bernardo Kliksberg Asesor Principal de la Dirección Regional de Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para América Latina algo está cambiando. Señalaba que “Hace pocos años atrás Ted Turner, el pionero de CNN, criticó duramente a los empresarios que en su interés por figurar entre los más ricos de la lista de mayores fortunas de Forbes reducían sus donaciones para que sus patrimonios no bajaran, y pudieran tener un lugar más destacado en el ranking.”

Hoy, el mismo Turner resalta que muchos empresarios se disputan estar en otra tabla, la de los empresarios más generosos de la respetada revista SLATE. El prestigio empresarial comienza a estar crecientemente asociado con responsabilidad social más que con posesión de aviones o yates. Los ejemplos de Gates y Buffet de dedicar gran parte de sus fortunas al combate de las principales enfermedades del planeta, están siendo seguidos por otros. De igual manera Carlos Slim una de las fortunas mayores del plantea dona gran parte de su fortuna para obras de gran impacto social con vistas a mejorar las condiciones de vida de amplias zonas de extrema pobreza o para elevar los niveles de salud preventiva.

Tras ello hay una presión creciente de una ciudadanía cada vez más informada y activa. Como ciudadanos, consumidores, inversores o trabajadores, esperan que las empresas y los empresarios cuyas decisiones influyen en la vida de todos adopten elevados criterios éticos de conducta. Las exigencias de más ética, antes concentradas especialmente en los líderes políticos, hoy se centran también en los líderes empresariales.

Acorde con ello, las sociedades se están organizando cada vez más para premiar o castigar a las empresas según los niveles de responsabilidad social empresarial (RSE). Lo hacen a través de los mercados donde la reputación ha pasado ser un factor crucial, los fondos de inversión cada vez más orientados hacia empresas con alta RSE, los boicots de consumidores a empresas irresponsables, y otras vías.

Hay un consenso creciente sobre que la RSE es buena para todos, la sociedad, los múltiples involucrados con la actividad de las empresas, y las empresas mismas. Entre otros estudios, uno que midió el grado de compromiso de los empleados con las empresas en USA detectó que era cinco veces mayor en las empresas que se preocupan por ayudar a la sociedad y cuidan a su personal.

Otros estudios indican un plus en el precio de las acciones de empresas con alta RSE, debido a que inspiran mayor confianza, y se considera tienen mayor sustentabilidad en el mediano y largo plazo.

En un mundo en que el planeta amenaza con cobrar la cuenta de su maltrato por siglos con un calentamiento global que ha alterado todas las predicciones y climas, con la amenaza de hambrunas por el alto precio de los alimentos y los combustibles, las conductas poco éticas de grandes empresas internacionales que han afectado la economía mundial y sembrado de incertidumbre la credibilidad empresarial de las empresas tiene que cambiar su relación con la comunidad local, nacional y mundial. Ese cambio tendrá ingredientes de diferente tipo: legales, morales, económicos y por supuesto educativos. Hay que mostrar con argumentos científicos que una conducta responsable no sólo es necesariamente ética sino también comercialmente correcta.

Se impone dadas las legítimas demandas de la sociedad, y el interés creciente de las empresas, fortalecer fuertemente en la región la educación en RSE, hoy objeto de esfuerzos sólo acotados. Hace falta mucho más.

El papel de la empresa y su responsabilidad es una labor que bien puede formarse en las aulas universitarias y despertar conciencia sobre el tema que tiene sus componentes éticos, cognoscitivos, financieros y coexistencia social. En esta dirección el rol de la Universidad es básico. La Universidad Ecuatoriana debe colocarse a la cabeza de esta cruzada para nuestras empresas asuman su rol con visión social y de cara al destino del país.

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No hay comentarios

  1. Creo que la Responsabilidad Social deberia ser parte del curriculum de toda materia de estudio sea negocios, medicina, etc.

    Hay temas en la Responsabilidad Social de la Empresa que estan relacionados por ejemplo los efectos de una perdida de reputacion con inversionistas, consumidores, gobierno, etc. Naturalmente esta respuesta es mayor en economias abiertas y con alta competitividad e.g. los problemas de BP por lo del Golfo de Mexico, de Toyota por la aceleracion, etc.

    Un problema para Ecuador es esa falta de competitivad donde los consumidores no castigan a una compania por su responsabilidad social xq no hay alternativas para dirigir el consumo y el gobierno que no protege a los consumidores apropiadamente.

    Saludos,

    Jose X. Orellana Giler

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