Libertad de Presa

Es fructífero para un pueblo reflexionar sobre los principios que deben regir su vida social. Mientras más profunda y pragmática sea esta reflexión más importantes serán sus frutos medidos en una mayor identidad, paz y progreso para ese pueblo.

La reciente campaña de “Defensa de la Libertad de Prensa” es en cambio un impulso superficial privado contra una realidad colosal pública, en cuyo enfrentamiento ambos bandos disfrazan de interés social lo que sólo es particular, por más vestiduras que se rasguen. Este engaño nada bueno trae.

Justifico mi afirmación con ejemplos. La nueva Ley de Hidrocarburos pasó este domingo “por ministerio de la Ley”. Los días previos la prensa escrita redujo el análisis en términos de titulares que enfocaban la inminente aprobación o negación de la misma, lo importante no era el contenido de las tesis en disputa sino la correlación de fuerzas que parecían empatarse. Sólo 2 días después deciden tratar el contenido en detalle, cuando ya está todo consumado. Lo importante era quién, no qué.

Me ocupo ahora del grupo ECUAVISA, principal impulsor de la elección de éste y otros gobiernos. Su última parcialización fue tan evidente que el otro candidato tuvo denunciarla y hasta condicionar sus apariciones allí. Ya el nuevo gobierno en ejercicio ECUAVISA comenzó a “disparar”, ¿Contradicción?. ¿Imparcialidad?. ¿Arrepentimiento?. Nada de eso, simple cazadores que disparan “para ver qué les cae”. Bueno cayó su rival y competencia de siempre: TC. “Está bien Rafael, gran favor me has hecho (aunque qué desperdicio porque en la actualidad TC tiene todavía 6 de los 10 programas más vistos de la TV), pero bueno el favor está hecho Rafa y si quieres que saque a Carlos Vera no hay problema, que sea alfil por reina”. Y claro, Carlos Vera pasó a enrolar el grupo de los que dejaron de tener libertad de expresión (entiéndase enfoque en titulares, que es lo que da el significado a la información), aunque en su propio libro escribe, según me han asegurado, que apenas llegó a ECUAVISA le informaron que no podía entrevistar a ciertas personas, entre ellas a Juan José Illingworth Niemes; veto con el que convivió tantos años.

Y VISTAZO?. Les cuento lo que hizo por la “Libertad de Prensa”. Cuando un grupo de idealistas secuestró el libro del Acta de Independencia de Guayaquil para canjearlo contra la Consulta Nacional vinculante por las Autonomías, esta revista publicó en su portada: “ROBO DE LA HISTORIA”, e hizo un reportaje, basado en las declaraciones de una pareja (cuya mujer convivía con 2 hombres bajo un mismo techo y había estado encerrada meses en el siquiátrico LP) que vinculaba el secuestro con el local de SINFO-Q, compañía de mi propiedad, y concluyeron que “queda pues totalmente aclarado el robo de la historia”. ¿Acaso este “vistazo” fue más tarde reemplazado por una investigación más profunda que desplegara al menos Titulares con el pronunciamiento del Juez de la causa quien se manifestó por mi absoluta inocencia?. No, libertad para prensar la honra ajena y hacer plata con titulares a costa de terceros, impedidos en la práctica de defenderse, eso sí. Libertad de prensa, eso es otra cosa.

¿Qué canal queda que no sea del estado o su inclinado?, ¿TELEAMAZONAS?. Nuevamente recurro al argumento “de carne y hueso”: tengo grabado bajo mi retina la noche en que Jorge Ortiz movía intermitente su serrana quijada y con los mismos ojos de euforia con que Maradona festejara ese gol pocas horas antes de dar positivo en estupefacientes (la pasión también pone en trance), balbuceaba ante miles de televidentes su “sentencia”: señalándome como “Ladrón de Actas”, así repetía Don Jorge, fiel empleado de Fidel Egas, dueño del Banco del Pichincha y antiguo blanco de denuncias contra el centralismo, sin que nunca luego TELEAMAZONAS corrigiera ni enfocara el nuevo curso de las investigaciones. Ahora parece que Don Jorge ha tomado “vacaciones indefinidas”, como parte de un arreglo que denuncia el propio Vera.

Qué prensa queda?, EL COMERCIO, cuya presa de siempre es el gobierno central, agrandado y fortalecido, ahora como nunca, EL COMERCIO que día a día configura la opinión de una ciudad de Quito electoralmente entregada al “Dueño de la Verdad”?. Muchas sonrisas dibuja la autenticidad de esta “prensa”.

Es verdad que hay algunos medios que hacen lo suyo, DMT es uno de ellos, y mientras más lo hagan más irán definiéndose y su definición será nítidamente percibida y aplaudida, o reprochada, según el caso. No tengo espacio para ser más exhaustivo.

Y claro queda la prensa del gobierno, de ella no hay mucho que decir pues es mucho más transparente a los ojos medianamente críticos. Es verdad que hablan de la “participación ciudadana” pero en realidad sólo comunican lo que aprueba “el Super Ciudadano”. A él le reclamé mediante un comunicado aparecido en EL UNIVERSO que porqué su gobierno le asigna más dinero a Quito que a Guayaquil, a sabiendas que Quito tiene menos población y además menos necesidades básicas insatisfechas. La respuesta del “Dueño de la Verdad” fue insultarme –vía su prensa- de “mafioso”, entre otros epítetos.

En suma, las 2 prensas tienen presa a la sociedad, la una usa el anzuelo o el arpón, para pescar o para atacar a su presa (según sea el caso) y la otra lo usa para lo mismo y para pescar votos y aprobación a tanta arbitrariedad que se cocina en silencio y tras bastidores.

Entonces, si la revolución ciudadana habla de prensa corrupta y de libertad de prensa, más le interesa reemplazar la vieja por la suya; y, si por otro lado con stickers, cuñas y dibujos me piden que: “DEFENDAMOS LA LIBERTAD DE PRENSA”, contesto: Gracias pero defiéndanla no más ustedes, ¿Qué me importa quién tiene la llave de la cárcel si es la libertad de expresión la que en ambos casos está presa?