¿Quiénes son los necesitados? Esa es una pregunta que debemos hacernos porque escuchamos mucho que hay que ayudarlos. Pero ¿quienes son? ¿Donde se encuentran?
Generalmente tendemos a dibujar una línea imaginaria donde por un lado están los que tienen, y por otro los que no tienen y por ende necesitan. Pero en realidad si bien hay gente que tiene mucho y gente que no tiene nada, en el intermedio hay una infinidad de personas. Así que no es que hay un grupo que necesita y otro que no necesita. Ni los necesitados están tan distantes que nos cueste tender la mano.
Otro error es el de pensar que los necesitados sólo son los que carecen de cosas materiales. Un hombre a quien yo admiro bastante dijo “tengo la audacia de creer que todos los hombres puedan tener tres comidas al día para su cuerpo; educación y cultura para su mente; y dignidad, igualdad y libertad para su espíritu.” Con esto el hombre puede salir adelante por si mismo. A menos que se produzca una discriminación de la sociedad para con estas personas; como es el caso de las personas con discapacidades especiales, temas raciales, etc. Pero en general si les permitimos tener estas cosas a los demás, los podremos ayudar.
¿Quién carece de esto? ¿Quienes son los necesitados? Analizándolo entonces no sólo desde un punto material, sino mental y espiritual: lo somos todos. Así que podemos ayudar a cualquier persona. Basta encontrar a quien sea para encontrar a alguien que necesita ayuda en alguno de estos puntos.
En una parábola en que se le preguntaba a Jesús ¿a quién se debe ayudar?, ¿quién es mi prójimo?, El nos pone en los zapatos de una persona que había sido atacada en su camino y que necesitaba ayuda. Y demostró que la persona que nos ayudó es quien menos se esperábamos. Alguien que de una cultura que estaba en guerra con nosotros. La ayuda viene de donde menos la esperamos cuando la necesitamos. Por eso lo mismo debemos hacer nosotros, es decir, ayudar a quien menos se nos hubiera ocurrido.
De esta manera Sirviendo y no buscando ser servidos es que los patriotas, los hombres de bien, los que hacen ayuda social separada de su trabajo, etc. ayudan cada día al Ecuador a ser un mejor país.