La propaganda del Gobierno se vuelve contra él mismo porque la demagogia va en contra de la razón. Un periodista, al hablar de la falta de cupos en los colegios de la capital, acusaba equivocadamente al Gobierno de discrimen, diciendo: ¿No es discrimen escoger primero a los alumnos con promedio sobre 18? Yo respondo: ¿Es que acaso porque la educación ya es para todos, no debe haber prioridades? El alumno más destacado se ha esforzado más y merece reconocimiento y poder elegir prioritariamente el sitio donde va a estudiar.
Si el Estado promete educación gratuita y de calidad, o si promete salud gratuita y de calidad, tiene que cumplir con lo que promete. Desafortunadamente la infraestructura que posee el país en ambos campos, es deficitaria, lo que obligará al Gobierno a buscar becar en Colegios particulares o atender en Hospitales privados que tengan buena calidad de maestros y de personal de salud, para que suplan lo que el Gobierno por limitación de infraestructura no puede brindar todavía.
En la Universidad, creo que el alumno también debe recibir la educación en forma gratuita, como una forma de igualar las oportunidades para todos los ecuatorianos. En esto estoy totalmente de acuerdo con los lineamientos de la revolución ciudadana, pero creo así mismo que si un alumno está inscrito en la Universidad y no asiste a clases o pierde el año por causas académicas, si desea seguir estudiando, debe pagarse él mismo su carrera, no seguir siendo mantenido en la Universidad por el Gobierno, porque el Estado no debe malversar el dinero manteniendo a vagos o a politicastros que usan la Universidad como caballo de batalla para revueltas políticas o para actos vandálicos o terroristas, en vez de prepararse para servir mejor al país y a sus compatriotas.
Recuerdo una copla universitaria muy antigua, con la que se molestaba a un ocioso estudiante acostumbrado a repetir cursos, que decía: “Tiene cara de estudiante / con edad de profesor, / ya no es tan vago como antes / ahora es un poquito peor.” No es sólo el deseo, sino también el esfuerzo y la capacidad. Las tres cosas deben estar unidas para dar un buen profesional y una persona que triunfa en la vida. Todos tenemos capacidades, pero algunos tienen más capacidad para unas materias y otros para otras. Pretender que una chica con Síndrome de Turner siga una carrera de contabilidad, cuando sabemos que las mujeres con Síndrome de Turner genéticamente son malas en matemáticas, sería una mala elección por más que le guste la carrera y se esfuerce en ella, pero en artes, puede ser extraordinaria.
La educación es para todos, pero es necesario que las personas con mayor capacidad y esfuerzo, tengan prioridad sobre los recomendados de fulano o mengano y esto no debe ser considerado un premio, sino una prioridad, porque el dinero que se gasta en preparar al mejor estudiante, es lógico pensar que va a rendir más a favor del país, que necesita de profesionales capacitados y brillantes.