El hombre se diferencia de los demás animales sólo por el saber y el entendimiento y por sus virtudes o vicios. Es decir el raciocinio.
El estudiante que no estudia porque piensa que su vida está arreglada por sus padres o parientes, no está aprovechando el tiempo, ni guardando para las malas épocas esos conocimientos que lo podrían sacar adelante. No sólo que no está aprendiendo las ciencias, sino tampoco la disciplina, templaza, fortaleza y prudencia que se necesitan en la vida. Y a nivel macro es una pena porque esta generación es la que debería sacar adelante al país.
El profesional y empresario que no se actualiza está condenado a tener máximo y con suerte sus 5 minutos de gloria, para luego pasar a las filas de desempleados. Mientras que a nivel macro los profesionales y empresario son los que hacen que el Ecuador avance por medio de su trabajo tesonero.
El agricultor, que con sus manos labora la tierra, y es fuerza vital para el país sino labora con esfuerzo y se limita simplemente a sembrar y cosechar lo que necesita para su consumo propio, no tendrá riqueza. La riqueza se forma de lo que le sobra, que lo puede vender y con ese dinero invertir en mejores maquinarias o herramientas para producir más, educación para sí mismo y para sus hijos, salud, vivienda, etc.
El empresario que tiene en sus manos los ingresos de sus empleados debe balancear utilidad vs. sueldos de sus empleados porque hay que pensar en su bienestar. Sino hay la utilidad esperada cerrará el negocio y los empleados se quedarán sin nada, pero hay que buscar un equilibrio. A nivel macro son quienes producen la riqueza material en un país, dando trabajo a otros para que puedan ahorrar y gastar o invertir.
Los profesores tienen el deber moral de actualizarse y de enseñar bien porque sino están condenando a la corrupción e ignorancia a las futuras generaciones y a nivel personal se limitan a no ser bien remunerados por simple facilitismo personal.
Los artesanos deben prepararse también para poder conseguir los recursos económicos necesarios para sacar adelante a sus familias e invertir en la educación de sus hijos.
Y para prepararse hay que leer y bastante. Hay que coger cursos o seminarios. Hay que aprender de las cosas buenas que hacen los demás, pero más que nada esforzarse para entender el fin último de lo que queremos conseguir.
Pero a pesar que este tema está tan claro como se aprecian las cosas con la luz de las doce del día, seguimos sin hacerlo y por ende castigando el futuro del país. ¡Cambiemos nuestra actitud ya!
