Correa nos ha llevado a tal extremo de polarización de nuestros sentimientos, que nuestra realidad es muy clara: o estás con el o contra él.
Esta postura radical ha sido fomentada por su verborrea y enfrentando el resentimiento popular contra la comodidad de aquél que con el sudor de su frente, ha podido generar algún tipo de bienestar personal. Malévolamente ha manipulado la carestía y la frustración del que no tiene nada que perder, para que se oponga sin razón a los que algo han logrado y tienen cualquier cosa que perder. Aquí no es cuestión de volver al pasado o si el futuro será mejor. Si esto fuera cierto, el refrán popular dice que todo tiempo pasado fue mejor y así mismo que todo futuro es incierto.