21 noviembre, 2024

¿Qué compita la Junta?

La honorable Junta de Beneficencia de Guayaquil nació en una oportunidad en la que los municipios podían constituir por ordenanza este tipo de corporaciones para atender a los menesterosos. De las que se crearon en el siglo pasado, sólo la de Guayaquil pervive con excelencia.

La vigencia del Código Orgánico de Ordenamiento Territorial Autonomía y Descentralización (COOTAD) supone una amenaza para la Junta de Beneficencia, cuyos ingresos nacidos por la exclusividad de ofertar lotería a nivel nacional, pueden verse derruidos por otros legales competidores en el mercado.

La Junta de Beneficencia de Guayaquil tal como la conocemos hoy, en el pasado ya ha enfrentado vaivenes que pudieron serle mortales. Por ejemplo, el presidente Eloy Alfaro en 1908 creó otras juntas de beneficencia en Quito, Cuenca y Guayaquil, manteniendo viva la junta de beneficencia municipal de Guayaquil. Esto no significó más que una etapa de fortalecimiento de nuestra Junta.

Si la Junta de Beneficencia puede competir en el mercado de loterías, sólo sus directivos lo saben. El nivel de confianza que su producto ha ganado en el público es su mayor valor, su mayor fortaleza. Podría tal vez competir, si queremos medir la actividad de la Junta en términos empresariales. Pero, la naturaleza de la Beneficencia no es el lucro. Aquí ha funcionado la lógica de la filantropía. Desarmar la tarea centenaria de la Beneficencia inspirada por la filantropía de sus directivos, es el problema de competir.

A Alianza País lo caracteriza el introducir novedades en la vida nacional. El derecho de las piedras, la prisión por alimentos e irresponsabilidades ajenas, y el consabido debilitamiento de aquello que funciona bien, para experimentar con fórmulas ya malogradas en el pasado. ¿No recordamos La Quiniela, La Gran Jugada o La Raspadita? Los asambleístas al parecer no lo recordaron.

Lo más triste de todo es que las denominadas fuerzas vivas de Guayaquil se enteraron del golpe cuando el mazo ya estaba encima. Tarde. Un veto presidencial prolonga ocho años una exclusividad que en ese lapso deberá fortalecerse. Una prueba más para el altruismo que suele caracterizar a las clases pudientes guayaquileñas. ¡Que pasen la prueba!

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Las Juntas Cívicas

La gente anda confundida con esto de las Juntas Cívicas de Guayaquil, pero no importa que lo estén, siempre y cuando todas las que existan convergan en un propósito: la exaltación y defensa de los intereses de la ciudad y su región aledaña.

Guayaquil es un reducto de las libertades económicas y empresariales, simplemente porque ella mismo es producto de estas libertades. No es una ciudad planificada o apoyada por el estado, ni por sociólogos, sino en la medida que ha luchado contra el centralismo estatal y se ha tomado poderes cuando así lo ha podido a causa del centralismo procaz en sus empeños.

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  1. Lo que pasa es que todas estas ratas socialistas llenas de hambre por poder y preparaditas para el atraco, ya han de estar en la formacion de empresas fantasmas de loterias alrededor del Pais. Al fin del dia, como siempre, son los ecuatorianos que no estan en la pinata, los que saldran perjudicados, robados, mentidos por este socialismo del siglo uno, del de la edad de piedra, pues solo veo como mi Pais va en retroceso y terminaremos por convertirnos en pais de cuarta clase como Cuba, Bolivia y el nuevo Venezuela.

  2. ?a PAIS lo caracteriza introducir novedades en la vida nacional?

    Bonita forma de decirnos que los politiqueros apiñados en PAIS, juegan, travesiean, experimentan, arreglan, desarreglan, arman, desarman, y vuelven a desarreglar el país entero. Sencillamente porque PAIS nunca tuvo, tiene, ni tendrá ningún programa; aparte de quejarse y morirse de envidia de los que trabajan para crear trabajo. Tratar de hacer caer a Nebot y poner de rodillas a los indómitos guayacos, es lo único que cuenta para esa banda de fracasados, de oportunistas y de desalmados; entre los que se cuelan un par de odiadores profesionales del pueblo guayaquileño y de su pujante progreso, que para remate, con gran insolencia se lo avienta en plena cara.

    Las Fuerzas Vivas de Guayaquil no vieron, ni vendrán venir ninguno de esos atentados contra la ciudad y sus pobladores, por una razón muy simple: Ese grupo está compuesto por hidalgos y honrados benévolos que provienen de familias autóctonas, legendarias por su bondad, y gran servicio desinteresado hacia la patria chica. Personas que por su formación hogareña y académica, jamás de los jamases podrán ser calculadores, ni maliciosos. Son malos sentimientos de los cuales carecen, pero en cambio les sobra inteligencia, y generosidad para seguir adelante; por eso ni debería preocuparnos el futuro de La Honorable Junta de Beneficencia.

    Los atentados y palazos sobre la cabeza de los guayaquileños van a seguir lloviendo por montones. Es nuestro destino, por ser muy confiados, flemáticos y parranderos que vivimos el día a día; y como trabajamos como mulas, apenas tenemos tiempo para intrigas, o chanchullos. Esa es la diferencia entre un patricio guayaco y un politiquero desaforado, a éste último le sobra tiempo, y plata – la nuestra – para nuestra desgracia.

    La Junta de Beneficencia sobrevivirá a todos esos embates maliciosos. Este ataque es solo una piedra en el zapato para todos los guayaquileños, pero ya nos la quitaremos de encima, y seguiremos bien campantes. La bondad siempre ha triunfado por encima de la maldad.

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