“Y en su Dios, se han dormido, /como en cojín de luna, /almohada de sus sienes/
una constelación…/Canta el padre para ellos/ sus canciones de cuna /y la paz llueve largo/ sobre sus corazones”(El original es en singular)
Gabriela Mistral
Así se fueron los dos poetas, Henry Kronfle y Francisco Pérez Febres Cordero-Miembros de la Agrupación Cultura y Fraternidad, reclinados cada uno en sus propios sueños, sueños hechos poesías, de ansias y nostalgias, protestas, amores y esperanzas. Dos caballeros a carta cabal: buenos hijos, buenos esposos, buenos padres, buenos fraternos.
Henry se fue por unos días adelante de Francisco… ¿A esperarlo? Tal vez… Seguro ya estarán abriendo las páginas de sus libros que han de volar desde el firmamento trayéndonos el recuerdo de sus versos.
¡Miles! Tal vez millones de sus palabras hechas poemas que vuelan “del silencio a la palabra” “En la mitad del mundo” en “Vibraciones del alma” “Entre el tiempo, el espacio y el amor”… y a “Los 4 vientos…” donde Henry escribió al amor en todas sus escalas. Francisco entre Reincidencias”, “El Corresponsal de la tristeza “Apuntes de un pasajero” “Con el alma en puntillas” “Tierra mi tierra” “Y el poema quedó hecho” todos éstos y más libros para siempre.
Alguna vez, para Henry-1973.
Poeta fraterno…
En la misma mitad de este mundo, donde escribiste tus poemas, me he sentado a leerlos, rubricando cada verso con una emoción humana.
Y…desde el tríptico tan puro, mezclado con tus sonetos…al madrigal y romances, elegías y nocturnos…he trazado yo un gran círculo, en cuyo centro está el hombre, con su “pisada de siglos”…
Porque es al hombre al que envías en cada letra que escribes, un mensaje de esperanza, de pasión y de protesta, De fe, ternura y angustia…
No sabría yo decirte, cual de tus poemas es mejor; solo se, que mi eternidad entera de mujer se estremece, al leer “Advenimiento”, en la página 91, en eso de que “en clave de cromosomas””…se recibe el…” mensaje de siglos de la especie”…convirtiéndonos en madres.
Mas, éste es solo un poema de los tantos tuyos, que son gama entera de todas las sensaciones, desde las tiernas y dulces… hasta las rebeldes y duras… ¡porque son así de humanas!
Libros tuyos, Henry, de amor sublimado que los vivimos todos, que tú los trasformas en versos, sublevación exacta, de ironía, de búsqueda de la verdad y la justicia ¡en fin! Poesía humana donde a veces somos yo, tú, él, ella, nosotros o vosotros.
¿Nacionalidad?-Poeta cosmopolita, poeta americano, poeta ecuatoriano, poeta de Guayaquil, poeta, hoy, de la eternidad…!
Fraternalmente…
Francisco!
Fraterno siempre vivo de Cultura y Fraternidad, hermano poeta de tantas latitudes, que tiene el ser humano en su andar en la vida y en la muerte, esta muerte que fue en ti resurrección de cada día, porque leyéndote se aprendía que los millones y millones de amaneceres de los hombres vienen después de cada hora de esperanzas y sueños extinguidos.
Algo de unas misivas-1970
Querido Poeta:
Otra vez para decirte que has llegado a mi alma en tus “Apuntes de un pasajero”…”migrado en noche oscura”, deseando con vehemencia llegar hasta tu puerto.
“…Hojee tu corazón en una noche. Cada página era un rincón de tu alma que en una “confusión interior” grita y se muere.
Y al terminar de leer todos tus versos, me he sentido feliz, casi aliviada.
Ya te conozco poeta, no es que quieres la muerte en tus poemas, sino que ellos son el canto a la vida y la vida es eso: nacer, vivir y morir. Y al verte surgir de nuevo en cada poema, deja que yo te grite lo que eres…
¡Eres un hombre resurrecto, poeta!
Es tu muerte bebida cotidiana, que de tanto vivir mueres mil veces…”
Fraternalmente…
…y entre sentirte mi fraterno, hermanada en ti por unos versos coincidentes escritos-cada uno por nuestro lado en lugares del cosmos, diferente: tú aquí en Guayaquil, yo en Alemania-1970 sin jamás conocernos. Estos fueron los versos si debiera morir y es mi vida una feria de retazos con los que nació nuestra hermandad, que cada uno con su ser amado, hemos compartido:
Tú y Silvita y yo con Manuel -mi hombre-caminamos un largo trecho unidos por la vida.
Década de los 80.
Nuestra incursión “poética pedagógica”- antes “La Moderna-CELM” y hoy el Steiner, haciendo estación con nuestros compañeros e hijos.
Abriendo surcos de luz para la Patria: escuelas y Colegios, donde seguimos tu amada Silvia y yo, rimando versos de un poema pedagógico, donde cada alumno, niño y joven, son versos cotidianos de un sueño…
Septiembre del 2010 – Tu partida-
Mientras viva no dejaré de decirte; ¡Gracias, Francisco! Desde por darme un nombre como poeta “que cuando lo escuché casi no pude creerlo…” y luego como Periodista en que escribí cientos de artículos por casi 30 años en “El Universo”diario de tus ancestros que fue la palestra de la cultura de nuestro País y universal.
Y para los poetas de esta patria chica-Guayaquil, ¡Cuanta añoranza de tu “Ventana poética” que fue lumbre y exposición al mundo.
¡Ah Francisco Pérez! los poetas y escritores de acá Jamás podrán olvidarte, más aún cuando tú, ya no con el “alma en puntillas” sino a fuerte voz, nos impulsaste a seguir escribiendo.
-¡Busquen otros espacios, y no dejen de escribir!-Así nos dijiste la noche del día que emprendimos contigo la retirada. ¡No dejen de hacerlo! Repetiste…
Y aquí estoy yo entre tantos espacios, escribiendo todavía, traspasados mis escritos, de las teclas de la querida máquina de escribir que hoy reposa arrinconada en mi alcoba, al monitor electrónico del siglo XXI, con secretaria.
A ti debo el ser escritora de diarios y revistas de aquí y más allá, a veces “Periodista rebelde”, como me dijiste un día, después que Fujimori me descalificara por mis artículos de censura, recordando nuestros avatares limítrofes y las felonías peruanas…
Y aquí me tienes hoy, también por rebeldía, escribiendo para ti “Desde mi trinchera”.
Septiembre 12/2010
Por un nombre
A Fco. Pérez Febres Cordero
Yo se que me has bautizad con un nombre.
Cuando lo escuché casi no pude creerlo.
Era un punto en el cosmo que se perdía….
era mucho… y era nada…
No sé si es que nacía o me volvía a encontrar
temblaba mi espíritu, como las hojas del lirio,
que un día hace muchos años
encontré en la montaña
y lo traje, hasta mí para plantarlo.
Te he pedido un nombre, poeta… y me lo has dado.
Yo lo recibo agradecida.
Pero deja que te pregunte:
¿Cómo fue? ¿Cómo fue que lo pensaste?..
Aquí estoy como asombrada.
Me llamas lirio del campo
y esa soy yo poeta, bien lo sé.
Mi alma tiene de salvajes raíces
el sabor de la tierra.
Soy el lirio del campo, que está erguido y lozano
cuando en la selva crece,
que siente la caricia,
de la lluvia que lo moja,
que del ave
su canción de arrullos y trino, la conoce
y se va en la voz del río cuando cruza la montaña.
Sabes poeta
Que siempre quise ser un lirio?
Y tú,
que has presentido mi alma,
Me has transformado en lirio
cuando te pedí un nombre.
LIRIO DEL CAMPO
Guayaquil, abril de 1970