Es una metáfora usada por William Shakespeare en “Hamlet”, acto 1, escena 4. Algo apesta en muchas partes, en este país realmente apesta mucho.
Hay una embaucamiento que nos ronda para decir qué sucedió el jueves 30 de septiembre y cómo sucedieron las cosas, pero no cuadran; efectivamente algo apesta…
Hoy se escuchó una “copia” del Sistema de Radio de los patrulleros, pero la versión en las noticias gubernamentales deja afuera el pedido de un miembro, cuando menos, de la Policía de tener calma y no lastimar al Presidente.
Se habló de una “alza salarial retroactiva” y luego se negó en forma categórica que sea una “alza” y que era sólo un reajuste pendiente ¿desde cuándo?
Una información narra que se usó con el grupo de negociación que habría un ajuste, quedando todo en una zona gris porque era únicamente para convencer al personal.
Dicen que se adelantó el “rescate”; sin embargo, el coronel Luis Castro, comandante de la Brigada Patria, de Latacunga, de quien hay referencias de ser un oficial pundonoroso y ejemplar, indica que desde que recibió la disposición de tener listo un plan ante la posibilidad de tener que retirar al Presidente, él lo preparó.
Cuando salió el carro gris solo, no se oyeron disparos. Pero ha recibido cuatro ¿no se encuentran las balas? ¿Ninguna?
En la tensión y grave riesgo se permitió la presencia de una multitud y Policías de la Escolta, embanderar el balcón y luego exponerlo a un francotirador ¿negligencia o sabían algo que no sabemos?
Apesta, corrompe nuestro buen entender.
Creemos que se requiere una “Comisión de la Verdad” del Ecuador. Sin los vicios con la que se creó, mediante decreto Ejecutivo suscrito el 3 de mayo de 2007, la dedicada a tratar de empañar la figura del Estadista ingeniero León Febres Cordero.
Se habló de un “proceso histórico impulsado por diversas organizaciones de víctimas de violaciones de derechos humanos y familiares de éstas durante más de veinte años” y con la misión de “investigar y esclarecer e impedir la impunidad respecto de los hechos violentos y violatorios de los derechos humanos, ocurridos entre 1984 y 1988 y otros períodos” (art. 1º)”
El organismo estuvo integrado por Julio César Trujillo, Luis Alberto Luna Tobar, Elsie Monge Yoder y Pedro Restrepo Bermúdez y por un Comité de Soporte conformado por familiares de las víctimas: Mireya Cárdenas, Clara Merino y Francisco Acosta, Ramiro Ávila Santamaría, y un delegado del ministro de Gobierno que, inicialmente, fue Julio César Quiñónez hasta octubre de 2008, Iván Granda hasta febrero de 2009 y Gabriela Espinoza hasta la finalización del informe.
Un grupo compuesto por personajes muy antagónicos del ingeniero León Febres Cordero, Presidente Democrático y Estadista, temido por hablar y presentar denuncias debidamente documentadas. Él y su régimen ya había sido perseguido sin tregua por los supuestos sucesos que le endilgaban y que fueron juzgados y además ya estaban prescritos.
Nótese que el tiempo de análisis era exclusivamente desde 1984 hasta 2008, o sea solo seis meses del período legal de la actual administración.
Es interesante que la hermana Elsie Monge, del Cedhu – El Portal de los Derechos Humanos de Ecuador – y directora del Observatorio de Derechos Humanos, generalmente gran defensora de los derechos “humanos” de los delincuentes pero – que se nota que no considera el de las víctimas.
Ahora no ha dicho ni “pío”. No ha protestado por nada. No ha dicho nada por el universalmente reconocido respeto a los lugares de atención médica, incluso en las guerras más cruentas.
Se debe integrar una “Comisión de Investigación de la Verdad” que no sea presidida por Hugo Chávez y tener de miembros a Fidel Castro, Evo Morales y Cristina de Kirchner.
Deben ser investigadores profesionales sin nexos políticos o influenciables. Ecuatorianos probos, que debe de haber; Suecos, Noruegos, Suizos, Franceses… No incluyo a personas del F.B.I. para que no se alteren los camaradas compañeritos del Cuento del Siglo XXI.
Deberá la Comisión tener toda la cooperación que requieran, previamente otorgada y capacidad de absoluta libertad de examen.
Al fin, sólo queremos la verdad y usar un método de asepsia ¿No es así? No queremos que algo apeste tan fuerte en nuestra Patria.
Eso quisiéramos todos los ciudadanos honorables, estimado Antonio. Pero ninguno forma parte ni del gobierno, ni de la mayoría de los borregos asambleístas, ni de la fiscalía general de la nación. En dictadura es imposible determinar con imparcialidad la verdad de los hechos, sobre todo cuando el mismo gobierno y el cínico Corcho se prestaron al sainete del golpe de estado y el autosecuestro del presidente. Alguna institución no gubernamental o los asambleístas de oposición deberían denunciar la criminal disposición dictada por el gobierno de disparar contra el hospital militar.
Irene Hurtado.
No es en Dinamarca mi querido Antonio, es en el Ecuador donde el insepulto cadáver político de alianza país, es el que está en estado de descomposición ética, se les ha acabado la credibilidad, al extremo que ellos mismos no se creen lo que dicen.
El pueblo se está despertando de su letargo, está empezando a abrir los ojos, a darse cuenta que la película es repetida, que el guión lo escribió el que sabemos allá en la isla hace 50 años, pero que ya no funciona, ni le sirve a ellos; se lo dio al dictador venezolano, y este a su pupilo Correa, que, ahora ha adoptado posturas mussolinescas, si no me creen miren el reprise del balconazo en Carondelet el 30-S.
Es este cadáver gusarapiento putrefacto el que emana olores nauseabundos el que debe ser sepultado por todos los ecuatorianos, antes que los malos olores lleguen a Dinamarca.
POR SUPUESTO ANTONIO:No es que algo apesta en Dinamarca. Todo apesta en Ecuador. Ya el socialismo nos tiene podrida la economía. No aguantamos
más este fétido sistema económico que
nos imponen. Mientras el pueblo zonzo
se deja cuentear por las subliminales
propagandas robolucionarias.
La patria es de solo los robolucionarios.
No nuestra.
Mayra
si y parece que el olorcito ya no le esta gustando al pueblo ecuatoriano ojala que la pestilencia nos despierte definitivamente del letargo!!era increible oir la narracion de A. Espinoza, otras veces tan exitado y en este «golpe» parecia tan aburrido como si hubiere asistido a tres guerras mundiales. Justamente la pica es que por mas que intentan no logran manchar la figura de Leon Febres Cordero!! si el odio no los cegara, a lo mejor podrian mirar su propia ineptitud y tratarian de corregir, para intentar lograr la mitad de lo que LFC consiguio a pesar del terremoto las inundaciones y el bajo precio del petroleo!! nunca antes con ningun gobierno hubo tanta hambre delincuencia y desesperanza!! si Sr. Kure de que apesta…..apesta
Shakespeare también dijo en Hamlet: /Ser o no ser, he ahí la cuestión/
O vivir de las apariencias, que si lo aplicamos a la situación grotesca que estamos viviendo se adaptaría a la perfección. Creemos por ingenuidad u omisión que la tiranía comunista que nos ha sido introducida de refilón por una sarta de vivarachos forma parte de los vericuetos de la democracia, cuando en realidad es una autocracia del siglo pasado disfrazada de dizque ideas humanistas, que sirve única y exclusivamente a sus autores y encubridores.
Valdría también preguntarse si el solícito oficial /pundonoroso y ejemplar/ que fue a rescatar al pseudo secuestrado conocía el Art 95, titulo II, Sección I, letra E de la Convención de Ginebra del 12 de agosto de 1949 que prohíbe atacar hospitales y exige proteger a los civiles que allí se encuentren; mas aun si según testigos, el famoso secuestrado se negaba a salir por sus propios medios, porque esperaba y deseaba un espectacular rescate acompañado de un gran show al mejor estilo de Las Vegas, sin importarles ni jota los muertos, los robos, los saqueos y los heridos. De verdad hay algo podrido en el reino de Dinamarca.
El menosprecio por las leyes internacionales ya dice mucho de los sujetos que causaron el despelote, que una simple Comisión de la Verdad organizada por ellos, no nos llevaría a nada concluyente.
Si los deudos de los que cayeron allí fuesen personas instruidas, hace rato que debieron constituirse en parte civil, para denunciar a esa caterva de irresponsables ante Las Cortes Internacionales, porque si esperan la objetividad del enredado Pesantez, van a tener que ponerse en la fila detrás de los padres de Natalia Emme y sentarse a esperar otros mil años.
¿Qué esperamos para denunciar internacionalmente los crímenes de lesa humanidad (de estado) cometidos por Rafael Correa el 30 de septiembre del 2010, al ordenar el ataque militar a un hospital?