22 noviembre, 2024

Valores democráticos, ¿Cuáles?

[author] [author_image timthumb=’on’][/author_image] [author_info]Contribución por: Ana María Castillo[/author_info] [/author]

Mientras en España gana la democracia una vez más, en Ecuador día tras día la perdemos un poco más. Acaban de celebrarse elecciones del partido socialista en la comunidad de Madrid y de los dos candidatos uno de ellos tenia todo el apoyo de Zapatero. Para sorpresa de muchos, gano el candidato que no contaba con el apoyo directo del Presidente. La democracia salio fortalecida, las bases fueron escuchadas. La actitud de ambos candidatos ha sido de respeto, de tender la mano para juntos trabajar en las próximas elecciones. No ha habido pelea, ni insultos, ni resentimientos, mas bien calma y consenso. Al conocer los resultados oficiales Zapatero dijo: “Ha ganado el mejor”. ¿Por qué resulta imposible imaginar un escenario similar en nuestro país con el bloque de Alianza País? ¿Por qué nuestros politicos no nos dan ejemplo en valores democraticos? ¿Será posible que nuestra sociedad no aprecie verdaderamente las cualidades de una vida política sana? ¿Cuáles son esos valores democráticos tan lejanos de nuestra cotidianidad?

La imagen publica de Correa nos muestra su recurrente necesidad de vejar, insultar, maltratar – no solo a sus oponentes sino a sus más cercanos colaboradores – escondiendo así una inseguridad abismal, un constante estado de crispación, de irritabilidad, de malgenio que genera una violencia gratuita a su alrededor. Esa incitación a la violencia que todos vimos explotar en el regimiento Quito 1 nos muestra a un Presidente que carece de control de si mismo, que pierde los estribos y se convierte rápidamente en presa de sus humores dejando todas sus debilidades al descubierto. ¿Pero que hubiera pasado si Correa actuaba de manera conciliadora? ¿Cuál habría sido el desenlace si la verdadera motivación de Correa hubiera sido la de encontrar una solución al malestar de la Policía?

Esta confrontación de Correa hacia el dialogo, su negación a la escucha, su intolerancia hacia lo diferente, su nula habilidad para generar consenso, su carencia total de empatia lo llevan a escudarse en una prepotencia salvaje. Reina un estado de censura a su alrededor. La sinceridad no le agrada, mas bien le molesta, las cosas son como el las ve y no hay otra salida, vive engañándose a si mismo, ya que todos sabemos que la realidad tiene muchos matices. Estas características denotan a un político improvisado, que carece de la más minima experiencia en el manejo del estado, que no tiene la más remota idea de cómo afrontar una crisis sin hacerla estallar.

La censura a los medios de comunicación, ese control desmedido por una única verdad refleja una profunda cobardía, miedo a un pluralismo que se escape de sus manos y del que es opositor acérrimo. Correa no entiende que la diversidad enriquece, que las opiniones distintas construyen futuro, que el progreso solo se logra en conjunto. Las famosas encuestas, lo más aberrante de la política instantánea de nuestros días, Correa las utiliza para reafirmar lo que quiere creer, lo que quiere ver y lo que quiere imponer. Le sirven de mecanismo de protección para su ego.

Tristemente, la policía sublevada no encontró otra forma de hacerse escuchar que la protesta. No había otra solución con un Presidente sordo y ciego. Los eventos desembocaron en muertos, heridos, robos, creando un innecesario enfrentamiento entre ecuatorianos . Era fácil imaginar que el resultado de aquel dia seria muerte para algunos, ya que la política de terror, odio y divisionismo del Presidente lleva consumándose varios años ya. Ojala estos eventos lo haga reflexionar, cuestionarse cuales fueron sus errores, que pudo hacer distinto, ya que siendo Presidente tuvo la ultima palabra en la toma de decisiones y la máxima responsabilidad de los hechos del 30 de Septiembre pasado, hechos que habrían sido evitados si Correa hubiera demostrado capacidad para hablar, comprender y persuadir a los sublevados.

Ginebra 7 de Octubre de 2010

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El economista, refiriéndose a la derrota de PAIS en las elecciones para elegir alcalde del cantón Quinsaloma en la provincia de Los Ríos, ha motejado de corruptos a sus propios militantes y en su malsano entender señaló que fue traicionado por sus partidarios, y que éstos votaron por otro candidato quien utilizó el “billete corrupto” para comprarlos.

Lo cierto es que perdió las elecciones a pesar de que la maquinaria gubernamental estuvo puesta al servicio de su candidato con la participación –como es de dominio público- de los ministros de Agricultura y de Obras Públicas quienes repartieron, sin ton ni son, urea, semillas de maíz, de arroz, así como también ofrecimientos para la construcción de carreteras…

El voto razonable, y el voto razonado.

Todavía recuerdo con nostálgica amargura, lo que me contestó una compañera de aula universitaria al preguntarle por quien iba a votar para presidente en las elecciones del año 1992, (eran nuestras primeras elecciones presidenciales), a lo que ella muy emocionada me respondió que lo haría por Sixto, quien en definitiva terminó siendo Presidente de los ecuatorianos durante el período 92 – 96; mi congoja no fue porque quien fuera mi candidato haya perdido en segunda vuelta, sino, que los argumentos de ella para consignar el voto a favor del arquitecto Durán Ballén, fueron que Sixto “era bonito, que se parecía a su abuelito”.

No hay comentarios

  1. Valiente opinión, frontal y bienvenida sea. Gracias por ese artículo.

    Análisis como el suyo nos estaban haciendo cruel falta; porque en medio de la cursilería ambiente de lo políticamente correcto, hay articulistas empalagosos aquí mismo que se atiborran de embelecos para continuar vendiéndonos su mercadería averiada, que consiste en salvaguardar una democracia desarticulada que se mantiene a punta de rumores, patrañas y a fuego y a sangre, con tal de mantener en el Poder a un pobre desquiciado.

    ¿A qué democracia se referirán? ¿A la atrofiada que nació en ese pueblo olvidado de Montecristi?

    Poco les importa destruir la cohesión de toda una sociedad, o de mandar a un país entero al suicidio colectivo ¡No! Nos dicen los analistas domingueros. Tenemos que llevarle el dúo al mandatario, porque es nuestro orate y hay que aguantarse.

    Algunos aquí me recuerdan a las indígenas maltratadas de mi país cuando tratamos de rescatarlas y ellas rotundamente se oponen con un sentencioso ¡Marido es!

  2. Gracias Wilma, mi leccion aprendida con Correa es no volver a confiar en politicos improvisados, necesitamos politicos con experiencia en la vida publica, necesitamos aprender a vivir el dia a dia de la democracia. Saludos,

  3. Ana Maria, como lo dije hoy, lo que sucede es culpa nuestra, ya que nosotros los ecuatorianos votamos por este presidente. Mientras no haya sentido comun (que es el menos comun de los sentidos en nuestro pais) ni suficiente capacidad de dicernimiento en el pueblo, seguiremos votando y eligiendo nuestro cruel destino.
    Pienso que el presidente no fue a conciliar sino a provocar y a aprovechar la situacion, nunca estuvo secuestrado. El director del hospital y dos medicos que lo atendieron en el hospital de la policia asi lo testimonian…. pudo haber tranquilizadô la situacion y evitar que hermanos ecuatorianos se maten unos a otros.
    Muy interesante el articulo, que refleja un profundo conocimiento de la realidad de nuestro pais.
    Un saludo,

    PA

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