La Asociación de Municipalidades de la Provincia del Guayas decidió conformar una mancomunidad de tránsito para ejercer la totalidad de la competencia de tránsito de conformidad con la Constitución y el Código Orgánico Territorial Autonomía y Descentralización COOTAD. Esta Mancomunidad delegará el control de tránsito a la Comisión de Tránsito del Guayas. Asimismo en los estatutos de dicha mancomunidad se establecerá, entre otras cosas la integración del Directorio y del Director Ejecutivo.
La acertada decisión que comentamos me recuerda lo que me ocurrió el día 16 de Marzo del presente año aproximadamente a las 9 de la mañana, cuando ingresé a la calle Arroyo del Rio de la ciudadela los Ceibos. Manejaba a no más de 25 kilómetros por hora y divisé a un vigilante que se encontraba parado en la vereda junto a una moto. En ese momento sonó mi celular y lo saque de la cajuela para apagarlo. El mencionado vigilante me pidió que me detuviera y le enseñara mis documentos, sin decirme porque tomaba esa actitud. Viendo que todos los documentos estaban en regla manifestó que venía hablando por teléfono. Le respondí que a él le constaba que no había hablado por teléfono porque la distancia que nos separaba era menos de un metro. No entendió y me citó.
Al respecto le realice las siguientes acotaciones: a) No existe ninguna contravención de transito que pene la tentativa, pues en el peor de los casos lo que hubiera existido es esa figura penal, pues, nunca hable por teléfono B) El vigilante que respondía a los nombres de J. Navarrete se encontraba, aparentemente, haciendo guardia para algún dirigente de la Comisión de Transito, guardia con motocicleta, lo que es muy raro. C) Podría darse el caso que ese vigilante lo que aspiraba era detener automóviles, con razón o sin razón, pues por esa calle mientras me citaba pasaron tres camiones que llevaban cuatro ruedas atrás y, para colmo pasaron también 2 furgonetas de gran tonelaje, lo que está prohibido en la ciudadela. Este “”diligente vigilante”” no hizo el menor esfuerzo por citarlos.
En pocas palabras, incumplía su deber.
Doy publicidad a lo que me ocurrió porque no es un caso aislado. Un ejemplo de lo afirmo fueron los abusos que realizaban los directivos de la CTG con el famoso operativo de las grúas a los ciudadanos guayaquileños. Lamentablemente, la Comisión de Tránsito del Guayas ha perdido el nivel que antes poseía, no castiga a sus malos elementos y lo que es más grave ha dejado de ser una entidad autónoma convirtiéndose en una oficina más del Gobierno. Asimismo sus autoridades el único mérito que tienen es ser incondicionales representantes de Alianza País.
Por los motivos expuestos, felicitamos la oportuna acción de la Asociación de Municipalidades de la Provincia del Guayas para salvar esta importantísima institución guayaquileña.
Bravo Carlitos…la CTG fuè lo de lo mas respetable cuando su señor padre y amigo mìo fuè la màxima autoridad de la misma
Me parecen de enorme pobreza los argumentos vertidos por el articulista, para sugerir la desaparición de uns institución guayaquileña. Guayaquil tuvo pésimos Alcaldes, y sin duda los volverá a tener, pero a nadie se le ha ocurrido proponer la desaparición del Municipio de Guayaquil; o porque hay jueces corruptos, desaparecer el poder judicial; o porque hay corruptos presidentes y ministros, desaparecer el poder ejecutivo. Entre los abogados, ingenieros, políticos, diplomáticos, etc., hay corruptos, y a nadie con un dedo en la frente se le ocurriría proponer desaparecer a estos profesionales. Como algún director de la Junta de Beneficencia no ha sido sumiso, o complaciente, entonces podríamos ver con buenos ojos la desaparición de la Junta de Beneficencia de Guayaquil. Creo que Guayaquil debe ser más profundo en el análisis, y ver los temas con mayor alcance. No podemos seguir apoyando la demolición de nuestras instituciones, no seamos idiotas.
Señor estarellas excelente articulo ,y en unión de brillantes colaboradores s puede llevar una institución .
Saludos
Bueno ciudadanos, aspiremos pues a que al fin cambie esta entidad que ha sido prostituida al extremo desde hace décadas, porque no son de hace poquito sus vergonzosos actos, politizada, repartida a pequeños dueños transitorios, ya desde la época de finales de los 70´s los medios televisivos pasaban la corrupción dentro de ella, a tal punto que los militares de la época quisieron desaparecerla, luego todos los gobiernos la usaron como botín en el Guayas, Qué pena! pero lo que le ha pasado a Carlos nos ha sucedido a miles de Carlos, Pedro, Juanes, y a los diez mil apóstoles, porque nadie se ha librado de esta lacra de vigilantes que viendo arriba a sus jefes hacer y deshacer, repetían los malos hábitos en la calle. Por Guayaquil y por Guayas ojalá esto tome un giro que ha sido esperado por muchisimos años, Dios no permita que sea un nuevo reparto de nuevos ambiciosos de dinero.
Conozco, respeto y admiro a don Carlos Estarellas Merino. Sé de su gran ejecutoria cuando estuvo al frente de la CTG, por lo que es obligación felicitarlo.
De todas formas, opino que el pico máximo de respetabilidad de esta guayaquileña institución fue en el período 58-60, con don Joaquín José de Orrantia González, Quino Orrantia.
Bueno , me alegro que al menos de esta manera, la Comisión de Tránsito del Guayas, vuelva a ser eso, La Comisión de Tránsito del Guayas…..solamente espero que con las nuevas autoridades de control (las mimsas que deben ser apolíticas para mantener una autonomía total), los miembros de la tropa y oficiales se acuerden de para qué fue creada….para «prevenir y enseñar» y se olviden de la premisa actual «multar y castigar»….pues muchos conocemos de la famosa cuota de «citaciones», mencionada en imnumerable socasiones por miembros de la institución, que deben cumplir todos y cada uno en su respectivo rango, el de a pie, el de la motoneta, el de la patrulla, el del escritorio, etc…….
esperemos ya no encontrar a los vigilantes detrás del letrero esperando a un infractor, sino ubicado delante enseñando al conductor a no ser un infractor……
esperemos ya no ver a los vigilantes, detener el tráfico abruptamente( como ocurre en varias ocasiones en varios sectores de la vía La Puntilla Samborondón) para permitir que personas y alumnos imprudentes atraviesen la vía desde un lado a otro(generalmente desde el parterre central) cuando en realidad lo que deberían hacer es conminarlos a pasar por las zonas de seguridad o pasos cebra, que están debidamente pintados en la calzada eso si, con la premisa de que si recurren a lo mismo, otorgarles la respectiva citación….e immponerles la multa que permite la ley.
en cuanto al paso de peateones y apartándome un poco del tema central del comentario de mi dilecto amigo Carlos, al igual que lo sugerí antes en comunicado a los asambleistas cuando solicitaron ideas y propuestas a los ecuatorianos, creo que es difícil cobrar las multas a los peatones, por lo que sugerí, que se habilitaran «mini retenes» a lo largo y ancho de las ciudadelas y parroquias, para que en ese sitio se obligue a los peatones infractores a permanecer por el lapso de una o dos horas, sitio en que se registre debidamente sus datos personales(nombre, número de documento de indentidad), el tipo de infracción, la hora de ingreso y egreso del retén, etc.. todo esto controlado por alguna persona discapacitada físicamente para ejercer otro tipo de trabajo…..pues es la única forma de educar a los peatones….
La decisiòn que tomò la Asociaciòn de Municipalidades del Gauayas es una consecuencia lògica y un paso mas hacia la autonomìa provincial que tanto necesitamos y exigimos de un gobierno central que en muchos actos a lo largo de decenas de años ha demostrado la inoperancia para administrar de manera justa y solidaria las distintas obligaciones bàsicas que debe asumir. Sino fuera por el esfuerzo y fortaleza de instituciones guayaquileñas no nos podemos imaginar lo que sucederìa en Salud`, Educaciòn, Sanidad, y ahora retomando la Vialidad que a pesar de que aparentemente gozaba de autonomìa en Guayas ya hacìa dècadas que se habìa convertido en otro botìn polìtico del gobernante de turno, irradiando esa putrefacciòn hacia los mayorìa de sus subordinados que se reparten àreas de la provincia (calles, carreteras, etc.) para lucrar de ello de manera personal y no como guardianes del orden, por ello la falta de respeto de la ciudadanìa que lamentablemente se generaliza al punto de asumir cualquier intervenciòn de los vigilantes de trànsito como algo corrupto y por ello cada uno de quienes manejamos un vehìculo tenemos al menos una anècdota como la que Carlos nos comenta en su acertado artìculo.
Esperemos que este paso sea el inicio a la recuperaciòn de esta instituciòn creada por guayaquileños que desde tiempos ya remotos soñaron con la autonomìa provincial o regional.
Los pasos se siguen dando y lo importante es no detenerse…