La nueva constitución abrió muchos caminos, anteriormente cerrados por la misma forma de conceptuar el derecho en esas legislaciones madre que ahora han quedado atrás. Quedaron superadas porque la misma constitución de Montecristi establece que, en caso de acudir a la creación de una nueva constitución esta no deberá contemplar un retroceso en la normativa referente a la supremacía de los derechos reconocidos y de obligatoria aplicación para cada uno de los ecuatorianos en cualquier edad, condición laboral, social y económica.
Esta situación de gran positivismo incluida en la nueva constitución no obsta para que tenga errores terribles de redacción, de sintaxis, de estructura y técnica jurídica. Pero hay que ir más allá. Esta constitución es el resultado de un proyecto político, hecho al que la misma opinión pública no le hace mucho caso.
La situación creada en el país a partir de la asunción al poder del Ec. Correa, es definida. Pocas personas han razonado y se han concientizado que el tema no es una reforma coyuntural para lograr votos más o menos a favor de sostenerse en el poder los cuatro años para los que fue elegido originalmente. El accionar del Presidente Correa esta enrumbado a lograr una permanencia indefinida en el poder, para lograr implantar un proyecto político que a su buen saber y entender es el correcto para los ecuatorianos, ya que, asume el Ec. Correa, junto a su grupo, que ese es el camino apropiado para lograr la felicidad política y social de los ecuatorianos.
El concepto democracia pasa por aceptar que la libertad de los individuos termina al empezar la de los demás, si bien es cierto, soy uno de los miles de connacionales que no hemos estado de acuerdo con la manera como los sectores que han detentado el poder han usufructuado de este país, llevándonos a niveles de pobreza y corrupción sumamente elevados, pero tampoco estoy de acuerdo en que “me den pensando” como debe ser mi felicidad. Eso es irrespeto a mi condición de ser humano.
El caso de los señores policías, con quienes no estoy de acuerdo en la forma de reclamar que presentaron, pero tampoco estoy de acuerdo con los visos publicitarios que se ha dado al tema para convencer que el Sr. Presidente estuvo secuestrado, hubo una revuelta que con el pasar del día se fue tornando violenta, que se pudo haber manejado con prudencia y evitando en todo momento el derramamiento de sangre, pero ese elemento “prudencia” es el que no apareció durante el día aciago del 30 de septiembre.
Pero, la actitud de los policías, a la luz de las doctrinas criminológicas, fue una resultante de actitudes que se han venido desarrollando, de confrontación y de enfrentamiento, es un hecho que se ha definido como normal el camino de la pelea para obtener réditos de orden político, quienes lo han concebido esperan que de un encuentro de este orden se derive una resultante favorable para quien solicita cualquier beneficio.
Pienso que el presidente, que ha generado este concepto de Confrontación, simplemente recibió un poco de sus mismos vientos, pienso en la tempestad, ¿habrá terminado esta finalmente? O solo amaino para retornar con fuerza? No lo podremos saber hasta cuando los nubarrones pasen, Pero lo que sí es un hecho cierto es que no fueron 200 los descontentos, tampoco fueron solo los policías, ¿Qué se está haciendo para morigerar el clima confrontacional?
El estado de derecho y vigencia de ellos exige que el gobernante maneje un discurso y un accionar armonizador, para que aquello que fue una revuelta por sueldos, no termine en un levantamiento, y de esta manera pueda el presidente ejercer su derecho constitucional de terminar el ejercicio de su derecho político obtenido gracias a la votación de la más grande las minorías, pero que por la ficción democrática representa a todo el país, sin ser en ningún momento la mitad mas uno.
La apreciacion del articulista es correcta en el sentido de la existencia de un proyecto politico de muy largo plazo. Esto implica mantener en el poder a la misma cúpula de gobierno, creando gobiernos sin sustento popular ni legal, verbigracia Cuba, Corea del Norte, la España de Franco, etc. La democracia es alternabilidad, cambio y dentro de esa democracia acuerdos nacionales para la creación de politcas de estado que aglutinen conceptos politicos de todos lados.