“La indiferencia moral es la enfermedad de las clases más cultas.”
– Henri-Frédéric Amiel –
Dentro de una democracia, es importante que la libertad de expresión se mueva no por impulsos subjetivos sino por el raciocinio y la moral. Muchas veces confundimos democracia con el derecho de decir sin estar preparados y criticar sin motivos lo que nos venga en gana. Ojo que no estoy diciendo que está bien que el Gobierno haya incautado periódicos y canales de televisión, porque está mal que lo haya hecho. Es mas el gobierno debe fomentar que hayan mas periódicos y canales privados por donde se de la libertad de expresión para que haya generación de ideas frescas.
Lo que digo es que siempre se nos olvida que democracia implica sobretodo la obligación de tener la preparación necesaria para que al ejercer mi derecho, el de opinar y actuar, este vaya en pos del Bien Común y que tales expresiones y actos no se vuelvan un atentado en contra de la sociedad.
Estar preparados no es tarea sencilla pero tampoco difícil. Es una tarea orgánica, que se desprende de la adquisición de conocimientos, ya sea directamente, a través de nuestras experiencias, o de manera indirecta, por las conversaciones, los libros, películas y cultura en general. Lo importante es estar en capacidad de analizar y decidir por nuestros propios medios. Esto es positivo no sólo para la sociedad como un todo, sino que a nivel individual también nos beneficia porque así no dejamos que otro decida nuestro destino por nosotros.
No es necesario ser asambleísta, ministro o presidente para accionar. Cada uno puede hacerlo desde el campo en el que se mueve. Pero participar no quiere decir insultar cada vez que pueda. Una persona que se expresa así con puros ataques, solo demuestra que no tiene la preparación necesaria, que no tiene la capacidad de análisis y decisión que el vivir en democracia nos exige.
Accionar es ir buscando el camino por el que la solución se haría viable, no es cuestión de ‘hacer oposición’ a un político de un bando o al del otro. Sino a las ideas de la persona. No atacar a la persona sino a las ideas. Lo importante es participar en la sociedad a través de la toma de decisiones. Tenemos que participar todos. Tenemos que estar más activos para no ser esclavos de las ideas de los demás que nos imponen su manera de vivir. Tenemos que ayudar con ideas. Pero estas no bastan. Tenemos que hacerlas realidad. No esperar que otro las haga. Usemos nuestro tiempo, dinero, experiencia, capacidad, etc. Pero hagamos algo. Actuemos.
Quizás la palabra que más se acerca al concepto real de democracia es ‘Participación’. He concluido que la indiferencia es el peor enemigo de la democracia. La indiferencia esclaviza a la persona a los antojos de los apasionados, ya que estos terminan dirigiendo la sociedad. ¿Qué tanto estamos dispuestos a dejar que otros decidan el rumbo por nosotros? ¿Qué tanto estamos dispuestos a participar en las decisiones sobre cómo vamos a enrumbar nuestras vidas y las de nuestros hijos? Callarnos no es solución.
Ojala esa corriente de pensamientos sea contagiosa y encuentre eco en las personas, lo vengo pregonando en los diferentes foros, aceptar responsabilidades y cambiar las estrategias, sin repetir los errores cometidos, bien dice los cambios los tenemos que hacer como individuos, pero para mi uno de los responsables es el sistema mediático sensacionalista, buscando posesionarse en ventas a través del escándalo y la oposición, estos son los que promueven las voces de pensamientos e inducen a las colectividades en corrientes, hasta confundir la libertad de expresión con el ultraje a la dignidad humana.
Los periodistas de investigación, desaparecen ante la falta de interés por los malos salarios, los productores y editores, encuentran en el sensacionalismo amarillo, el beneplácito de los propietarios que solo tienen intereses. El ciudadano común, no encuentra las palabras ante la impotencia de la imposición mediática y de los entes de poder, con una educación escasa impuesta por un grupo de holgazanes y el beneplácito de los que manipulan la economía y el poder.
Libre solo es el pensamiento, sin ingerencias externas, pero hay que aprender, pues igual que los sueños, valores, principios, también el pensamiento fue hurtado por quienes encuentran el placer, solo en el beneficio propio
Yo pienso que la democracia es participacion de gobernantes y gobernados para en base a consensos fomentar la unidad y la fuerza en todos los ambitos. Lamentablemente en nuestro pais la libertad de expresion solamente la tiene el gobierno quien en vez de fomentar la union tiene al pais totalmente dividido, atrasado. Este caballero jefe de gobierno tiene que dejar sus amarguras de antaño y dedicarse a gobernar con todos los ecuatorianos, dejarse de insultar a sus opositores y buscar soluciones a los acuciantes problemas que nos aquejam.