Con el inicio del auge cacaotero en las últimas décadas del siglo XIX, la economía guayaquileña comenzó a crecer a tasas sin precedente, la población aumentó, más personas se incorporaron a la población económicamente activa y mayor fue el consumo de bienes y servicios. Dentro de este entorno favorable se establecieron numerosas empresas, incluyendo fábricas. Estas últimas se establecieron en la calle Industrias, actualmente Avenida Eloy Alvaro. Los almacenes proliferaron y ofrecieron una gama más amplia de bienes. Este período, como en los anteriores, vio el nacimiento de pequeños nuevos empresarios que se hicieron grandes, logrando acumular riqueza, partiendo de nada. Uno de ellos, quizá el más representativo, fue Rafael Valdez Cervantes. Nacido en Ibarra, de joven se trasladó a Esmeraldas en busca de un mejor futuro. Allí entró a trabajar para Uladislao Concha Piedrahita, quien estaba en el negocio del tabaco. Después de ganar experiencia en la comercialización de ese producto, Valdez decidió trasladarse a vivir en Guayaquil, por ser ciudad económicamente mucho más importante que las demás.
Valdez se inició vendiendo tabaco esmeraldeño a El Progreso, fábrica de cigarrillos constituida en 1892 en Guayaquil. Más adelante, con sus ahorros y un préstamo bancario, incursionó en la siembra de la caña de azúcar y posteriormente se arriesgó a montar un pequeño ingenio azucarero. Con el transcurso de los años, el Ingenio Valdez se convirtió en el más grande de Ecuador, posición que mantuvo por décadas. Valdez instaló la primera planta eléctrica en su ingenio y para darles comodidad a sus trabajadores, tendió un cableado hasta Milagro donde vivían, proporcionándoles así, luz eléctrica a sus viviendas. Esto tuvo lugar antes de que llegara la luz eléctrica a Guayaquil. La familia Valdez llegó a tener poder económico y político; en 1914 Enrique, uno de sus hijos, falleció en la revolución de Esmeraldas. Desde hace aproximadamente dos décadas, Azucarera Valdez no está vinculada con la familia del fundador, fue vendida a Luis Noboa Naranjo. Actualmente la familia Valdez está desvinculada del mundo de las grandes empresas.
Manuel Cobos fue otro empresario de fines del siglo XIX que comenzando como pequeño comerciante, logró crear un imperio. De ser exportador de orchilla (usada como tinte natural), planta que se producía cerca del mar en la provincia del Guayas, pasó a convertirse en el empresario más importante de las Islas Galápagos; con su socio José Monroy que vivía en Guayaquil, manejaron numerosas líneas de negocios. En la obra Emperador de Galápagos, el escritor Octavio Latorre escribe que Cobos tenía un ingenio de azúcar y otros negocios. El autor comenta que para 1903, un consorcio estadounidense le ofreció 500,000 dólares por su complejo agrícola-industrial. No aceptó la oferta y tiempo después fue asesinado. Con su partida, sus negocios comenzaron a decaer, su descendiente no tuvo el liderazgo ni capacidad de trabajo de Manuel y los negocios desaparecieron.
El siglo XX, fue el siglo de los grandes emprendedores guayaquileños. Son numerosas las historias de éxito de pequeños empresarios convertidos en poderosos agricultores, comerciantes, industriales o banqueros. No hay espacio para hablar sobre todos ellos.
Juan Vallarino, después de trabajar en el Ingenio Valdez, decidió independizarse y comenzar una pequeña fábrica de jabones en 1911, con la razón social de Jabonería Nacional. Con el transcurso de las décadas amplió la línea de productos que incluyeron detergentes; sus descendientes fundaron otra empresa para producir aceite vegetal. Durante el decenio de los ochenta, estas empresas eran dos de las más grandes de Ecuador y se encontraban entre las que pagaban más impuesto a la renta. Posteriormente fueron vendidas a la multinacional Unilever de origen inglés-holandés. Los descendientes del fundador se encuentran desvinculados del mundo de las grandes empresas.
Jacinto Jouvin Arce, de ser profesor de una escuela rural en Puná, para 1905 adquirió una pequeña imprenta de segunda mano y cuatro décadas después, se convirtió en el personaje más importante del país en el sector de artes gráficas. De este negocio, él y sus hijos, se diversificaron a la fabricación de cuadernos, papel higiénico, equipos y útiles de oficina, etc. En los setenta, era el complejo más grande del país en su sector, incluían fábricas de papel. Las crisis de los ochenta y dos mil golpearon duramente a este grupo empresarial y las empresas fueron vendidas. Uno de los compradores fue Kimberly Clark, poderosa multinacional estadounidense. Sus descendientes publicaron la obra Los Jouvin, 100 años en la industria gráfica y del papel.
Jorge Salcedo Salcedo trabajó durante años en Ultramares Corporation, empresa exportadora de propiedad de una familia alemana residente en Guayaquil. Cuando esta empresa fue puesta en Lista Negra durante la Segunda Guerra Mundial y sus dueños fueron deportados a un campo de concentración en Estados Unidos, Salcedo inició su primer negocio de muchos que formaron parte de una larga y fructífera carrera que duró más de 50 años en el desarrollo de la agroindustria de la costa. Comenzó con el fomento del tejido de la cabuya, entregando telares a indígenas en provincias de la sierra; exporto la producción aprovechando los altos precios en el mercado internacional. Posteriormente fundó una fábrica de sacos de cabuya para reemplazar a los importados de yute provenientes de India y Pakistán, comprados por los exportadores de cacao y café. En esta actividad se asoció con los hermanos Durán Wauge. Años después incursionó en la exportación de cacao en sociedad con su hermano Marcos. Luego fundó Solubles Intantáneos, la primera fábrica de café soluble en Ecuador. Más tarde estableció INEDECA, en sociedad con los hermanos Maspons Bigas, que luego fue vendida a Nestlé, multinacional suiza. Introdujo al país el proceso de liolización en la fabricación del café y creó Salco que llegó a ser la fábrica de elaborados de cacao más grande del país.
Más recientemente hay empresarios que sin recursos económicos y a pesar de la dura competencia se encuentran entre las empresas más importantes de su sector. Entre ellos están los hermanos Jaramillo Miranda; José, fundador y presidente ejecutivo de PAPELESA, una de las compañías más importantes de Ecuador en su ramo y Carlos, propietario de Alimentos Ecuatorianos (Doña Petrona). El caso de Eugenio Fernández es ejemplo del clásico emprendedor: a inicios sin recursos económicos, grandes ideas, gusto por tomar riesgos calculados y con capacidad de trabajo ilimitada. Este joven nacido en Mocache, llegó a Guayaquil para estudiar universidad y como sus ingresos eran muy limitados, decidió abrir una tercena. En pocos años abrió su primer local bajo el nombre de Avícola Fernández para la venta de carnes. Actualmente tiene cinco puntos de ventas en toda la ciudad y una infraestructura de óptima calidad. Otra historia de éxito es la de Carlos Cueva González, quien en plena crisis económica de los años ochenta abrió la Farmacia Marina, para posteriormente crear DIFARE, la distribuidora de medicina más importante de Ecuador, donde trabajan 2700 personas.
No solamente que es interesante y fluído el comentario, sino que reviste de una trascendental importancia por los conocimientos del autor sobre el desarrollo empresarial guayaquileño. En buena hora! Felicito a mi apreciado amigo Guillermo Arosemena.
Muy interesante conocer sobre estos empresarios. Ojalá podamos algún día conocer la historia de ecuatorianos que resultaron exitosos como profesionales o empresarios en otros países… actualmente hay muchos, especialmente en el campo de la medicina.
Gracias por esa recopilación de datos sobre personas que a fuerza de trabajo y de esmero llegaron muy alto. No faltará quien el haga preguntas anodinas, o critique su fabuloso aporte.
Por mi parte estoy muy contenta de poder enterarme de una buena parte de nuestra historia.
Hola Sr. Arosemena. Gracias por su articulo. A pesar de haber vivido por mas de treinta anos en California, USA., jamas he dejado de recordar a mi querida Guayaquil y mi Ecuador. Tengo 59 anos de edad y todavia alcance ciertas facetas de nuestra ciudad como por ejemplo, la inauguracion de la Pepsi cola en las calles Eloy Alfaro y Camilo Destruge donde yo vivia de nino, frente al colegio de la Immaculada. Tambien recuerdo que hasta alli llegaba el tranvia. En ese mismo sector, estaba la casa del Doctor Noboa y recuerdo que tenia uno de esos carros que en la epoca solo lo manejaba el. Luego recuerdo la fabrica de calzado la Nacional que producia excelente calzado, tambien, con amigos, nos dirigiamos a la ria a coger palo de balsa para hacer diferentes jugetes con los que jugabamos en las vacaciones . Me encantaba el malecon y ver los barcos que llegaban a embarcar el banano. Me eduque en el colegio Cristobal Colon y vi la Construccion de la Molinera Noboa, tambien la ampliacion de la industria de productos medicos H.G. Vi la construccion del parque del Jambeli, recuerdo que para ir al colegio, caminaba por Eloy Alfaro y tenia que pasar primero por un terreno donde un senor italiano esculpia estatuas, y tambien pasaba por una curtiembre que siempre olia desagradable. Del malecon recuerdo el hotel Humbolt, el club de la Union, las tiendas mayoristas, las barcazas y canoas, los kioskos de comidas como los famosos secos, y luego uno comenzaba a oler el aroma del cacao tendido al sol. Se me olvidava, que cuando pasaba por la fabrica la Universal, olia tan delicioso, a vainilla y canela.
En fin, a veces cierro los ojos y puedo traer a mi memoria todos estos olores y fotografias mentales que me hicieron querer mas a mi ciudad.
Desgraciadamente, el desarrollo se llevo todos estos hermosos lugares, ahora los automotores inundan las calles y compiten con los peatones, los asaltos ya no permiten a los jovenes caminar sin temor por estos vecindarios, y las nuevas leyes socialistas de esta comica mal llamada revolucion, tan solo sirven para acabar dia a dia con todo a su paso muy especialmente con la inversion de dinero para fomentar el trabajo, la educacion y la verdadera justicia social. El paternalismo estatal tan solo genera conformismo y estancamiento.
Estimado Guillermo, cada uno de estos artìculos nos demuestran que hay una sola estrategia hacia el èxito y es el trabajo y solo los necios pueden pensar en que el gobierno central es quien tiene la obligaciòn de mantenerlos y valar por su bienestar.
Si bien es cierto que el espacio que tiene para hacer estas reseñas es pequeño y no se puede enumerar uno a uno a grandes empresarios que ha tenido Guayaquil, yo quiero rendirle un homenaje a un hombre que con visiòn y acciòn logrò desarrollar empresas que en su momento y aùn son puntales del desarrollo y bienestar de la ciudad, porque a travès de ellas ha dado y continùa dando miles de plazas de trabajo que tanta falta hacen en este paìs y esa persona es Werner Moeller Freire, Doctor Honoris Causa nombrado justamente por sus mèritos empresariales, quien cuando le tocò representar al paìs como cònsul del Ecuador en Alemania, consiguiò reubicarlo en Europa a travès de la afamada feria internacional de Alemania, posponiendo justamente sus propios intereses a favor de todos los empresarios ecuatorianos abriendo las puertas a esa relaciòn de comercio que tanta falta nos hace.
Alguna vez alguien mencionò que Werner Moeller es de los pocos sino ùnica persona que puede ver debajo del estero sin utilizar siquiera una màscara para ello. Hoy preside la H. Junta de Beneficiencia y esto lo hace nuevamente dejando de lado sus propios intereses en beneficio de Guayaquil y de todo el Ecuador.
Fantastica la serie Sr Arosemena, y muy atinado el comentario del Sr Traverso, nos olvidamos de la maderera el pailon,ubicada en maldonado y villavicencio me parece, y de la fabrica de galletas italiana, en Gomez Rendon y seis de marzo, el otrora bazar Santiago, entre comercios mas pequenos.
Refrescante el articulo y el comentario.
Pero como decia una de la emisoras radiales de aquella epoca ….. y el mundOO sIiiigue su marcha.
EstimadoSr. Arosemena:
Gracias por el artículo y por el espacio dedicado a nuestro Tatarabuelo Don Rafael Valdez Cervantes y a la Compañía Azucarera Valdez.
Es valioso reconocer que existieron personas con el empuje necesario, para llevarnos a lo que ahora somos: La pujante Provincia del Guayas y el Gran Guayaquil. Más importante aún es ser dignos herederos de ese legado de hombres de bien y seguir trabajando como tales, para ofrecer similares condiciones a futuras generaciones.
Es oportuno mencionar que; Hay que saber diferenciar, entre la persona de bien que con sus actos contribuye al progreso del país, que con su empuje genera plazas de trabajo y que con honorabilidad trata con justicia a sus colaboradores. A ser tildado con epítetos desagradables que desdibujen toda la buena voluntad y capacidad del individuo, solo porque a logrado alcanzar el éxito.
Saludos,
Xavier Valdez Cevallos
La salvación del Ecuador, después de Dios, llegará solamente a través del trabajo honrado y la inversión privada en todos los campos productivos. El estado debe ocupar su lugar de moderador y regulador de la economía, mas no de empresario, porque no sabe hacerlo por sí mismo debido a que su función no es esa.
De acuerdo, así ha de ser. En el tema del «financiamiento», precisamente está el «Kit» del asunto. Las entidades bancarias de Guayaquil, prestaron solo a los suyos y quizá a uno que otro de fuera del círculo. Pero esos préstamos, jamás tuvieron reembolso, es decir, eran préstamos a título gratuito, pues el banco no perdía en modo alguno usufructuando el ahorro de las masas que jamás acceden a un crédito. Eso ha sucedido por excelencia en Guayaquil. Acá tenemos cualquier cantidad de información como durante unos 150 años, los beneficiarios de los préstamos JAMÁS HAN PAGADO. Los Bancos en Guayaquil existen para captar el ahorro nacional «repartirlo» entre la élite y declararlo en quiebra. Lo ocurrido en 1998, es la reedición sempiterna de la piramidación de capitales o «préstamos vinculados». Los banqueros no es que se robaron todo, ellos repartieron entre la élite, que no devuelve un centavo. Un señor ex Concejal de Guayaquil tiene préstamos por 75 millones de dólares y hasta hoy no paga -ni pagará-a un real. El sobrino de Febres Cordero, el Hidalgo, por 125 millones, los Baquerizo, etc. etc. Con acceso a un préstamo de la centésima parte de esa magnitud, en el primer caso, 750.000 dólares y en el segundo 1’250.000,oo, cualquiera se convierte en «Empresario de Éxito». Los préstamos vinculados en esa ocasión, ascienden según lo ha demostrado el Ec. JORGE RODRÍGUEZ TORRES a US $ 20.000.000.000,oo (VEINTE MIL MILLONES DE DÓLARES). Repito así cualquiera es empresario. Dénme en calidad de préstamo no reembolsable, (regalo) US $ 10.000.000,oo y me pongo un negocio de Hotel 5 estrellas o cadena de restaurantes en el mejor sitio de Quito, Guayaquil, Cuenca o Lima y me afilio a la Cámara de Comercio ya mismo!! En Guayaquil, ningún empresario pagó ni pagará jamás su préstamo.
En lo que es imposible de aceptar de Arosemena es de que en Quito la gente dejó de pensar desde 1820, por la decadencia económica, cuando toda la sociedad quiteña y sus diferentes clases se habían educado en la Universidad o cuando menos en sus magníficos colegios desde hacía 300 años. Miren el caso de la familia Montalvo de Ambato, Juan y sus hermanos se educaron en las primeras décadas (primera mitad) del S. XIX. Una familia de clase media de provincia y que lumbreras dejó esa educación en QUITO, así fue durante todo el tiempo. JUAN BAUTISTA AGUIRRE, pasó en Quito 34 años y se educó desde los 10 años en esta ciudad, (claro que el complejo de inferioridad le hizo escribir sus décimas). OLMEDO y cada pensador en nuestro País, se educaron en Quito, de modo que a pesar de que hubiese cierta necesidad, pero no como la que hace aparecer Arosemena, no es que va a tornar analfabetos o mendicantes a la gente. está absolutamente equivocado. Nosotros (mi familia materna), con ser de provincia, sin pertenecernos a la élite quiteña, siempre hemos tenido propiedades, trabajo, educación y recursos suficientes, en especial durante el empobrecido siglo XIX. De modo que Quito, con riqueza o sin ella, siempre ha estado a la vanguardia del pensamiento en América, no sólo en Ecuador.
Tampoco se contesta nada de la comprobación hecha por Arosemena no por nadie, de que Guayaquil fue una ciudad realista, empecinada en el sistema monárquico, apoyadora, financiadora y cómplice, con sus propios ejércitos, de los sanguinarios ibéricos, hasta 1822, inclusive.
JFM
LA CULTURA DE LA VERDAD
Apreciado Guillermo, lo felicitamos por sus estudios e investigaciones que seguimos desde hace algún tiempo, soy sobrina política de Emilio Valdez Palau y me gusta el tratamiento que usted concede a quienes, como él y más familias guayaquileñas o descendientes de antiguas cepas de guayaquileños por su papel destacado en beneficio del crecimiento y progreso de Guayaquil. Mujeres y hombres que han dedicado a nuestra ciudad todos sus afanes y han contribuído con su esfuerzo a promover el desarrollo con honorabilidad, ética y amor por la Patria. Una de esas personas que amaron profundamente, tanto como a su tierra nativa, El Oro,fue mi madre Raquel Ugarte de Cevallos, quien fuera lideresa política del Partido Liberal en Guayaquil o dedicaron gran parte de su vida a la ciencia y la investigación, como mi padre guayaquileño Manuel Cevallos Avilés, quien desarrolló en su ciudad valiosos estudios en virología reconocidos por las Naciones Unidas, que en base a los mismos le concedió una beca de estudios en Chile y la Argentina como profesor invitado de la Universidad de Chile y la Universidad de Buenos Aires, donde honró a Guayaquil, a Ecuador y al Instituto Nacional de Higiene Leopoldo Izquieta Pérez, en Guayaquil. En otras áreas del conocimiento humano son innumerables las personas con valores humanos, desinteresados, altruistas y solidarios que se han distinguido en la metrópoli porteña en la industria, comercio y la banca, además del ámbito cultural, literario, del periodismo y de la educación, en la investigación y en el trabajo diario para el progreso de Guayaquil y las provincias hermanas. Mujeres y hombres, muchos de ellos cuyos nombres no son conocidos ni se relieva su trayectoria diaria, pero que han contribuido y lo siguen haciendo, al desarrollo del Ecuador, así como los hay en otras regiones de la Patria. Investigaciones con rigor científico es lo que necesitamos y usted las realiza, y se debe estimular esta preocupación suya por buscar la verdad con idoneidad e imparcialidad, estudios que, en lo personal, son muy útiles como parte de nuestras fuentes fidedignas, para quienes, como esta servidora y el ingeniero agrónomo Armando González Elías, estamos en España realizando masterados y doctorado en integración, desarrollo y codesarrollo, en mi caso; y, desarrollo agrícola, riego y medio ambiente, en el caso de mi esposo, con el propósito de regresar al país para trabajar por nuestro desarrollo. Oportunidad que esperamos, no se nos niegue.
Como personas amantes del estudio y que amamos profundamente a Guayaquil y a Ecuador, nuestro hermoso país, propugnamos la unión entre las provincias y la unión entre todos los países latinoamericanos; y para estar más unidos es preciso que nos conozcamos, que aprendamos a reconocer nuestra realidad, nuestra identidad y nuestra historia, para no repetir los errores del pasado y para cultivar mejores relaciones basadas en una cultura de la verdad. Es necesario conocer el papel fundamental que ha tenido y lo tiene actualmente el esfuerzo del pueblo de Guayaquil, del Guayas, de los Ríos, de El Oro, de Manasbí y de Esmeraldas en el proceso del desarrollo nacional y reconocer el aporte del montubio costeño, del campesinado del litoral para el progreso del Ecuador. Importancia que también tienen la región interandina, la amazonía y la provincia de Galápagos en las respectivas etapas de la vida del país y, cabe mencionar al respecto, el trabajo de los pueblos originarios. Y, por lo tanto, no significa que falta amor para estas regiones, cuando se da el justo relieve a Guayaquil y la provincia del Guayas (comprendido la región de la península, ahora provincia de Santa Elena), y su aporte para el desarrollo del Ecuador, en losmovimientos libertarios, política, economía, espíritu emprendedor, innovador y autónomo, industria, la banca, el comercio, el arte, la literatura, la educación, la artesanía, la arqueología, el folklore, el turismo.
Lo que encontramos en la web acerca de sus estudios es de mucha utilidad para nuestras investigaciones porque amamos nuestra Patria y consideramos importante la práctica de la transparencia y promover la cultura de la verdad acerca de nuestro país. Muchas gracias.
Muy atentamente,
Mª.Claudia Cevallos Ugarte de González y Armando J. González Elías
Madrid, 31 de diciembre de 2011.
En esa historia esta incluida la familia Ugarte Fernández de Cordova que en la provincia del el Oro fueron uno de los mayores productores de cacao, cafe y luego de banano aportando a la economia del pais y especialmente de las provincias del sur del Ecuador. Ahora los tiempos han cambiado todas aquellas personas que aportaron tanto al pais y sus descendientes con la reforma agraria de los años sesenta y las invasiones arbitrarias de tierras
cambiaron de manos esas propiadades, esperamos que quienes las tienen ahora las trabajen y con el sudor de la frente las manetengan y no se las arrebaten como lo hicieron en esa oscura época.