La ley y la lógica

Todas las personas que ocupan un puesto de trabajo remunerado, con afiliación al Seguro Social, debemos llegar a la jubilación cuando hemos cumplido la edad y el tiempo de trabajo requeridos para nuestro retiro del cargo. Esto permite que las personas que están debajo de nosotros, ocupen nuestros puestos y que otras personas más jóvenes entren, para asegurar que la Empresa pueda seguir produciendo en forma eficiente y siga progresando. En el caso de los Hospitales, esta situación es más crítica todavía, pues la atención que se presta a la persona con alguna dolencia física, requiere que el personal que la trate sea competente, ágil y tenga los conocimientos adecuados para poder curar, mejorar y aliviar.

A medida que nos vamos acercando al fin de la vida, debemos aceptar que el mundo no se acaba con nosotros y debemos comprender que nuestros puestos deben ser ocupados por personas más jóvenes, que empujen el carro y logren que el mundo no sólo siga adelante, sino que vaya progresando. Sólo un tonto podría pretender seguir siendo la estrella hasta el final. Así como la belleza y la fuerza van menguando, hay otros valores, sobre todo espirituales, que deben ir aumentando, preparando nuestra alma para el viaje más importante que algún día, todos debemos emprender.

Sabiamente Gregorio Marañón nos dice: “Vivir no es sólo existir / sino existir y crear, / saber gozar y sufrir / y no dormir sin soñar. / descansar… / es empezar a morir.”

Pero hay que hacer bien las cosas. La juventud tiene el ímpetu, la vejez el conocimiento, y la utilidad mayor se obtiene cuando se prepara adecuadamente a la juventud con el conocimiento y la juventud aprovecha la sabiduría, para con su ímpetu, proyectarse más allá.

En La Junta de Beneficencia hace ya algunos años se resolvió que los Médicos mayores, al llegar a una determinada edad, dejaban de ser Jefes de Servicio para dar paso a la juventud, y se los designa como Médicos Consultores, porque sus conocimientos y experiencia son valiosos y deben ser usados para preparar a los Médicos que vienen detrás de ellos, asesorando, enseñando y apoyando en los casos de difícil diagnóstico o tratamiento.

Si la ley permite jubilar a las personas cuando han cumplido su período, es necesario que se prepare a los que van a ocupar sus puestos y la forma correcta de hacerlo es por medio de una asesoría realizada por los que han estado ejerciendo el cargo. Los Médicos consultores, durante un período de unos tres a cinco años, previo a la jubilación, puede ser una forma ideal de realizar el cambio.

De esa forma, se respeta las canas, se le da el valor al conocimiento y se logra que la experiencia y la sabiduría del Médico mayor se pueda pasar a los Médicos más jóvenes, mejorando la práctica de la Medicina, para el bien de los pacientes que se atienden en nuestros servicios de Salud y para el progreso de la medicina en nuestro país. No conviene desperdiciar el conocimiento almacenado en los muchos años de práctica, con un despido intempestivo que en vez de hacer bien, hace daño a la sociedad.